En Argentina les han cogido con el pie cambiado, como en todos los países en que un “populista” derrumba a todo el estamento extractivo que chupan la sangre con el beneplácito de los idiotas que viven bien del sistema. Ej., Italia, gran consternación cuando ganó Meloni.
Estos son movimientos telúricos que no van a regresar al pasado, porque el pasado está muerto. El pasado ha muerto por sus propios méritos. Lo que es claro es que los argentinos querían quitarse las garrapatas de encima.
Ahora, eso no quiere decir que a Argentina se le presente un brillante futuro. Por lo que he leído de Leili, no es precisamente un portento de equilibrio personal. Todos están expectantes por ver cómo un creyente en la conexión con el más allá, concretamente con el alma de su perro (de los pocos seres que han correlacionado con él). Parece ser que su vida ha sido traumática, de malos tratos etc.
En fin, una incógnita para esta pobre Argentina que de ser uno de los países más ricos del mundo, empezó a decaer y no ha parado.
Dicen: la derecha dura, la derecha populista... esas etiquetas no significan nada, porque lo mismo dicen de Orbán el húngaro, y le verdad es que en muchas cosas lo ha hecho mejor que bien. Ah, pero defiende a la familia, ah pero da ayudas por tener hijos, ah! Eso no es woke.
Por lo tanto, eso es una etiqueta en la que han barrido todo lo que no gusta a la izquierda woke y decadente, la izquierda europea, es decir. O la española, que ahora está derribando presas de agua en nombre del medio ambiente, cuando llevamos dos años de sequía.
El diablo se los lleve.
Desde la crisis de 2008, han surgido nuevos problemas para los que no hay respuesta. Lo que pasa se parece bastante a los años de entreguerras, los años treinta, de una desorientación total u emergencia de los fascismos. Pero estos de hoy no tienen nada que ver...
De ahí el surgimiento de los partidos populistas, que gobiernan en muchos países de Europa. Sólo les falta llegar a la cabina de mandos de la UE, y no tardarán, si están cada día más fuertes. En el objetivo: la burocracia europea, lastrada por ineficiencia.
¿Bueno, malo? Ni idea. Lo que está claro es que el presente está siendo comido por sus propias termitas que él mismo ha alimentado. A quien se le ocurre derribar presas en un país sin agua.
Roma también se derrumbó por sus propias termitas. Siempre es así.
2 comentarios:
https://youtu.be/BsLGhUHRp9o
Gracias, ahora lo veo
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