Cuando yo estuve en la universidad, hace ya demasiadas décadas, el odio a los judíos y los estadounidenses por parte de los estudiantes de izquierda (o sea, por casi todos) como representantes del éxito del capitalismo ya se podia cortar con un cuchillo. Y el wokismo aún ni estaba ni se le esperaba.
Totalmente de acuerdo. El odio a los judíos ha sido constante en nuestras vidas. Eso no obsta para que Franco, el de la conjura “judeomasónica”, salvó a miles de judíos gracias al diplomático embajador en Praga, Blitz, que se jugó la vida protegiendo y dándose documentación diplomática a candidatos a la cámara de gas en países de Centroeuropa. Esos judíos lograron llegar a España y de ahí fueron a distintos destinos. Una historia jamás contada por la historiografía oficial de uno u otro signo. Ha sido rescatada después de la película de “La lista de Singer” tan famosa, pese a que Blitz salvó a muchos más judíos .
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