"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 20 de mayo de 2024

La anémica democracia

Estamos asistiendo a un estúpido debate, reproducido en las redes sociales, que no nos aporta ningún beneficio neto para decidir a quién vamos a votar en las próximas elecciones (europeas) y las subsiguientes. Que se llamen “elecciones europeas” es un abuso del lenguaje, porque tienen poco impacto en la gobernabilidad de Europa. Reduzcamos el tono hiperbólico: digamos que son elecciones a una institución fantasmal, el Parlamento, que no tiene ningún efecto práctico como los tienen los parlamentos nacionales pertenecientes a la UE. 
En su sede se asiste a debates acalorados, votaciones furibundas que no llevan a ningún efecto real: en la UE los que mandan son los miembros del Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno quienes, por supuesto, cuando se reúnen, están más atentos al patio de su casa que a los hipotéticos intereses de la Unión, intereses que, por cierto nadie sabe cuáles son exactamente. Y es lógico, porque no hay un sujeto europeo que represente esos intereses. No está definido quién es el sujeto de esos derechos. ¿El pueblo? No existe el pueblo europeo. Pero mantener la ficción viene bien para que la burocracia europea siga viviendo y comiendo de gula, cuando no están cruzando en globo en Falcons de lujo. Es raro que no se choquen entre ellos.
En Europa mandan las naciones, unas más que otras. Y la burocracia europea de Bruselas, cuando dictamina algo, antes ha evacuado consultas secretas con los gobiernos nacionales. 
Por ende, las elecciones del 9 de junio será una expresión actualizada de lo que la gente europea piensa de su gobierno nacional. En España tendrán una significación especial, porque sobre el gobierno actual rondan muchas sospechas, y algunos esperarían que recibiera un voto de castigo. Pero, ah: resulta que el presidente que lo preside ha logrado un magnífico resultado en Cataluña, que puede vender en la campaña como la definitiva “pacificación de Cataluña”, gracias a la infame ley de amnistía que ha logrado negociar con los prófugos del golpe de estado del 2017. Ya he leído que hay sondeos que registran un efecto electoral positivo para el gobierno.
Así que estamos a la expectativa de que el presidente que está dejando España como un solar, reciba un jugoso y húmedo beso del electorado y, si lo considera suficiente, no se descarta que convoque elecciones generales… y las gane; o no del todo, pero lo bastante para seguir gobernando a España.
En otras palabras, reafirmará su poder y seguirá cancelando jueces y periodistas de la “Fachoesfera”, a lo que sin duda ayudará el espectáculo montado por los partidos populistas de Abascal, Milei, etc, etc. que montan un numerito y se ríen a mandíbula batiente. Él ya se ha encargado de ponerles un amplificador a sus denuestos, que le vienen muy bien para representar en su escenario la ruptura de relaciones con Argentina, ya que nadie le apoya en su ridículo reconocimiento del estado palestino que no existe. 
Pero todo eso le da votos, porque lo importante es haber dejado en el ambiente la leve creencia de que él defiende a Palestina, él solo como un jabato, y que está doblándole el brazo a Milei, “ese fascista”. El circo abierto 24 horas.
El caso es que marchamos hacia una posición irreversible. Me recuerda a Fernando VII declarando en 1822 “marchemos todos juntos por la senda de la Constitución”. Eso, poco antes de aliarse con los cien mil Hijos de San Luis enviados los la monarquías europeas, para derrocar al gobierno constitucional y la Constitución del 1812, tan famosa.

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