Artículo muy duro, pero realista, sobre La Argentina. Argentina fue rica cuando era la suministradora de carne, leche y trigo a Europa,principalmente al imperio británico. Esos mercados se acabaron, porque la ventaja en competitividad se acabó, y los mercados son cotos de caza de otros países: por ejemplo China.
Y eso no lo puede devolver Milei. Y menos con doctrinas, las libertarias, que nunca han sido vistas en la realidad. Tienen sueños de la razón que, como decía Goya, crean monstruos.
Milei dijo el otro día, en su condecoración en Madrid, que emitirá una ley que “declare delito cualquier emisión de dinero”. Esto es, como se dice en inglés, un “non sense”. El problema de la inflación es que cuando se quiere curar mediante esos métodos radicales y letales, viene una crisis financiera, la caída de la banca y una contracción económica. Fue lo que sucedió en la crisis de 1929: contracción monetaria porque todos los países estaban comprometidos al oro. Cayó EEUU, y luego todos los demás, por empecinarse en sostener una paridad de sus monedas con el oro. Volvió a suceder en 2008, pero la reacción de la Reserva Federal frenó la torrentera que podría haber sido más grave que la del 1929.
Argentina es un país que sufre plagas inflacionistas fuertes y recurrentes porque lo que no produce competitivamente lo ha de ofrecer a su población mediante mentiras y anestesia, que es la inflación. La inflación es un fracaso de la política monetaria, pero la deflación (caída continua de los precios) no lo es menos. La inflación es por excesiva emisión de dinero. Al contrario, la deflación es una contracción continua de la emisión de dinero. Y cuando no hay el dinero suficiente para que los mercados funcionen, los precios caen y siguen cayendo, hasta que se emita el dinero que falta. Si no se hace, la deflación se retroalimenta a sí misma. En la crisis de 1929, los precios en EEUU llegaron a caer más de un 20% anual. Esto tiene un efecto devastador. Si la gente espera que los precios caigan a un 20% anual, el poco dinero que se revaloriza en poder adquisitivo, como si fuera muy rentable, tanto como el 20%: pues la gente se sienta a esperar a comprar lo que desea, y si espera un año lo conseguiría un 20% más barato. Cuando se cumple el año, por efecto de la espera de las compras los precios habrán caído más de lo esperado, y esto aumenta las expectativas de caída, por lo que vuelven a retraerse las compras, lo que retrae aún más la demanda y se acelera la deflación. Una cadena que, si no se hace nada, tendrá su propia dinámica.
Esto demuestra que Milei es un visionario que se ha aprendido cuatro cosas de una doctrina “fake” que nunca se ha sometido al contraste con la realidad.
Por otra parte, los países avanzados, en los últimos treinta años, han demostrado ser capaces de controlar la inflación sin crear deflación, y si ésta ha amenazado, como en la crisis de 2008, han tenido un notable éxito en anularla. Lo malo de que cuando se hacen las cosas bien, y se evita un gran mal, la gente ni se entera: lo ve natural. Desde 1988 hasta 2008, se ha vivido una economía muy estable con inflación baja y crecimiento sostenible (salvo el países como Argentina), y la escasa pedagogía de los políticos actuales no han sabido comunicárselo a la gente. Es grave que la gente ni se entere cuando el gobierno lo ha hecho bien.
La política monetaria de un país no es tan simple como congelar al 0% la emisión de dinero. Eso sólo es una parte del mercado monetario, que por otra tiene una demanda impredecible. Ésta demanda puede subir en flecha si se esfuma la confianza en la banca y la gente busca a toda costa liquidez, que el gobierno se empeña cerrilmente en congelar. La propuesta de Milei es un frivolidad siniestra, que puede provocar una deflación tan difícil o más de corregir que una inflación.
La doctrina que ha adoptado Milei no ha cambiado en 100 años sus teoría monetaria, las cuales se reducen a emisión de dinero 0%. Una aberración que lleva al desastre.
4 comentarios:
De mayor importancia para nosotros es la escabechina que se está cociendo en Francia.
https://www.vozpopuli.com/opinion/unidad-derecha-caso-frances.html
El artículo me ha hecho recordar ese pasaje de Viaje al final de la noche, de Celine, donde en un París rodeado por las infinitas penurias de la l Guerra Mundial los argentinos son los amos. como los jeques árabes de hoy, porque tienen dinero para dar y regalar gracias a sus haciendas de la Pampa. Después de la guerra los submarinos alemanes ya no torpedeaban nada y los precios de los alimentos se hundieron, y los argentinos desaparecieron...
Bien visto
Francia está a punto de romper la V Republique
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