"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 11 de junio de 2024

España, como los demás, entre la incompetencia y la demagogia


Es, con los límites de la participación habida y las características concretas de la cita electoral, lo que ha ocurrido en las Elecciones Europeas de este pasado fin de semana: que han dibujado lo que a día de hoy pensamos y queremos los que formamos parte de la comunidad política. Y ahora nos conocemos todos mejor. Y, al parecer, no podemos dejar de ser lo que somos.”

Leo en 
Vox sobre el caso Alvise, ese tuitero que ha logrado tres escaños en las elecciones europeas. Sus mensajes son decididamente radicales y demagógicos, mensajes-consigna donde embiste contra todos y contra todo. Parece ser que gusta mucho a sus nuevos votantes; ha logrado quitar 3 escaños del parlamento europeo a partidos “extremistas” más fogueados, mismamente como Vox. 
Alvise es un símbolo perfecto del desquiciamiento que vivimos: lo que llamaba Ortega y Gasset “la acción directa”, que consiste en ofrecer cosas imposibles, más aún cuando se ofrecen todas a la vez, en el mismo plano, que es la primera lección de la política: no se pueden ejecutar todas tus ideas a la vez, por muy apreciables que sean. 
Alvise ha ofrecido, según leo en en El Mundo, “la mayor cárcel de Europa cerca de Madrid”, supongo que para encerrar a todos los corruptos de la política que señala con el dedo acusador. También ofrece “salir de Europa” lo que en su boca suena a pura demagogia, cuando Meloni (1) ya ha comprendido que lo que se requiere es cambiar las instituciones europeas desde dentro, pues es verdad que están moribundas. 
España está desquiciada, confusa y desnortada, sin saber bien en qué farola colgarse - a quién le gustaría ver gobernando. Una visión estridente, como la de Alvise, es sospechosa de recabar un voto estridente, pueril, inmaduro. Es verdad, como también lo es del 30% que ha votado a Sánchez, sujeto que está desencuadernando España. Hay alguna lógica en este absurdo desatino? La mayoría no lo quiere ver, pero viene de lejos; por lo menos de los dos gobiernos de Zapatero, el segundo de ellos con mayoría absoluta. Ahí se empieza a poner la prime piedra del conflicto de España con Cataluña. Pero antes, si nos fijamos bien, hay desde hace unas décadas signos de malestar en los países occidentales, que empiezan a despertarse de la melopea del “fin de la historia”, y empiezan a perder peso en el escenario geopolítico que antes dominaban con firmeza.
Estamos en una tesitura muy parecida, a grandes rasgos,  a la de Europa años treinta, cuando la revolución soviética de Lenin y la crisis económica - que nadie sabía solucionar - sembró el pánico en las clases medias, arruinadas por la crisis del 29, y se dejaron seducir por los fascismos ascendentes. Nuevos partidos liderados por antiguos líderes comunistas, que se dieron cuenta que para alcanzar el poder había que ofrecer más nacionalismo, más intervencionismo, pero de derechas. Ah, y no olvidemos la salsa que nunca falla en tiempos de crisis: una buena salpimentación de antisionismo, en los que Hitler desde luego fue el más “brillante”. 
Reconocerán en estos componentes de los fascismos “clásicos” los mismos de hoy, incluso el antijudaísmo floreciente hoy. Tanto que veo difícil que Israel no encuentre dificultades crecientes en sobrevivir, pues ha cosechado una ira feroz en la opinión pública occidental. La caída de Israel sería simplemente el comienzo del final de Europa, y por consiguiente de Europa, pero esto no entra en oídos preconcebidos para el odio. ¿Y qué mejor odio movilizador que el viejo y estimado anti judaísmo? Es un comodín que nunca falla. Israel fue creado para evitar una nueva masacre de los odiados judíos de Europa, perseguidos durante siglos. Sus enemigos islamistas son jaleados hoy por sus odiadores “civilizados.
Así que esta es la confusión que vivimos, tiempos de navegación agitada con el timón del barco averiado, y un capitán que sigue escrupulosamente sus derechos sindicales y los hace seguir a sus más estrechos colaboradores. Por no decir que es un loco de atar al que no le importan las consecuencias de sus actos. O las persigue con gran alegría.

(1Meloni me sorprende gratamente por cómo ha evolucionado hacia la moderación conservadora. Ha comprendido que es más eficaz sumar que restar. Ojalá tuviéramos una Meloni.

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