Podemos ver el estado más reciente de la deuda pública española, es decir, a deuda que pagaremos nosotros y nuestros sucesores a través de los impuestos. Aclaremos que para mayor sencillez representamos los valores en relación al PIB, que no es más que nuestra renta anual que nos permite afrontar los pagos periódicos cuando vencen. Cuanto más alto es el PIB, mayor capacidad de renta hay para saldar los devengos periódicos.
En la primera columna, que recoge el saldo vivo de deuda en circulación (es decir, emitido y no saldado), vemos que el volumen de Deuda/PIB ha alcanzado una gran velocidad de crecimiento. A final de 2007 la Deuda/PIB tan sólo era un 47,7%, es decir, menos de la mitad del PIB. El último dato conocido, primer trimestre de 2024, estamos en un 141,3% del PIB, un valor más preocupante. Es verdad que la Deuda ha pasado por momentos más graves, pero se debió a la Pandemia, que obturó los canales básicos de la producción y, por otra parte, obligó al Estado a afrontar gastos extraordinarios en atención a los más necesitados. Eso siempre pasa en situaciones catastróficas, y se asume una emisión extraordinaria de deuda que luego se espera ir consolidando a media que la normalidad vuelve.
Pero el problema es que la normalidad ha vuelto, nos han abierto otras fuentes de financiación, como los Fondos de la UE, y pese a ello, el gobierno ha seguido emitiendo deuda con voracidad. Voracidad que no se ha traducido en grandes inversiones públicas o privadas (concertadas), todo lo contrario: la inversión no ha vuelto todavía al nivel de 2019 precio a la Pandemia, algo bastante chocante, porque la mayoría de los demás países europeos sí lo han hecho. Esto, además, ha repercutido en un estancamiento de la productividad, medida esencial para saber si la economía cumple con los mínimos requisitos para el presente y el futuro. España lleva una trayectoria nada brillante en productividad, que es la última garantía de crecimiento futuro.
Desde que llegó este gobierno en 2018, se han emitido un total de 350 mil millones de deuda. A un ritmo de unos 60 mil millones por año. A esto, repito, a de añadirse los fondos teóricamente allegados y fiscalizados por la UE como ayuda a salir de la crisis de la pandemia, que son un misterio en cuanto a su canalización y destino final. Pero sí sabemos que en definitiva, las AAPP han dispuesto de una cantidad excepcional de fondos disponibles que, a falta de un rastreo contable pertinente de origen y gasto, el gobierno ha dispuesto libérrimamente de ellos sin distinción de sus consecuencias futuras en términos de cumplir con los devengos de lo que sea deuda y no menos con el destino marcado a priori por la UE para sus ayudas.
Como verán el el cuadro, hay una columna, la 11, llamada Deuda según PDE (protocolo de déficit excesivo) que es la cifra oficial de deuda reconocida por la UE. De esos ajustes resulta una deuda muy inferior al bruto de la primera columna: 108,9%; una diferencia del 32% del PIB. ¿Está “ajustada a derecho” esta merma? En mi opinión no. Contablemente es irreprochable, pero no todo lo contable refleja la realidad. La merma se debe a una serie de pasivos que se excluyen de la cifra bruta, y a la consolidación del neto debido. Me explico: la deuda de las CCAA son en realidad papelitos que no tendrían venta en un mercado. Es decir: No tiene mercado: su valor es nominal y por ello el Estado central ha de comprarlas, transferir el dinero a ellas, y emitir deuda para poder financiar la operación. Si tenemos en cuenta que esa deuda comprada por el gobierno a la CCAA tiene valor nulo (las CCAA no tienen apenas capacidad para generar recursos propios), por ende, aunque contable mente es un activo del gobierno, su valor real es cero. Si este gobierno pusiera en venta esa activo contable, obtendría cero euros. Esa es la realidad. Por ello el valor de deuda real se acerca más a la cifra bruta inicial que a la oficial (y no es consuelo que esto pase en todos los países de la UE).
En realidad todos los países desarrollados nos hemos endeudado frenéticamente desde la crisis de 2008, que fue una crisis financiera gravísima que se taponó con deuda pública.
En 2007 el % de PIB de los países desarrollados y de la UE tenían una deuda del 71% (España estaba en la coqueta cifra del 45%).
En la tabla siguiente, tomada del FMI, vemos com han evolucionado estas cifras:
Todos los países avanzados, europeos o no, han aumentado su deuda/PIB hasta el 11%. La UE hasta el 88,6%. Ergo, España está desviándose seriamente del resto de países del área euro, lo que obedece tener dos consecuencias. Una, que cada vez encuentre más dificultades para financiarse, en términos de coste de interés y plazo, y tanto para el sector público como el privado, que depende totalmente de lo que haga el gobierno, que representa siempre la deuda mejor cualificada. Dos, que dificulte la política monetaria del BCE, quien posee ahora mismo unos 359 mil millones de deuda española (si, casualmente lo que ha aumentado el saldo de deuda el señor Sánchez; que es como decir que el BCE ha monetizado la deuda de Sánchez). No olvidemos que España es el segundo país con mayor inflación de la Zona Euro, por lo que técnicamente el BCE debería estar vendiendo deuda española para subir los tipos de interés y enfriar la demanda. Es decir, el BCE está en una posición muy mala para reconducir la inflación española sin provocar un empeoramiento de las condiciones de financiación y un posible crowding out (efecto expulsión del mercado de fondos prestables de las empresas menos cualificadas).
4 comentarios:
Lo contaba Marc Vidal en una entrevista que dio en YouTube. Un día un presidente del Gobierno saldrá por televisión, anunciará recortes "a la griega" y...no habrá nada que hacer, se queje la ciudadanía lo que se queje.
Según quien sea ese presidente de gobierno. Para creer un poco en él, tendría que ser del PP y estar respaldado por la UE. Como mínimo. El PSOE tiene nula credibilidad. Hay que tener en cuenta que tendría que aunar muchas voluntades dispersas hoy en día…
Gran artículo. Espero con fruición la segunda parte. Es una pena que a la mayoría de nuestros compatriotas esto les importe un carajo. Por cierto, por estas fechas se cumple el primer aniversario de las últimas elecciones generales.Todos en la playita que se está muy bien. Que lío de voto por correo. Bueno, por un voto más o menos no va a pasar nada.
Pues gran comentario. Gracias mil. Y, si, es una pena que estas cosas, tan abstrusas por cierto, importen un carajo. Es mi maldición. Me he dedicado a cosas que no tenían ni una gota de poesía.
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