Excelente, y sin embargo melancólico artículo de Antonio Elorza, en un día agosteño de playa y sol que casi nadie se va a molestar en leer. Yo lo cuelgo aquí como testimonio de que un día hubo alguien clarividente. Magistral. Hace un resumen del asombroso camino de Sánchez en seis años, y resulta que sí, que nos lleva una ventaja abismal en ese extraño proceso que Elorza define bien:
“Si conjugamos al desarrollo de estas aventuras privadas con las aparentemente alejadas de su política de Estado, existe base para pensar que Pedro Sánchez está construyendo una esfera propia de privilegio, absurda en su configuración externa, pero afincada sobre un entramado de intereses muy sólido, cuyo eje es la afirmación paso a paso, golpe a golpe de su poder.”
Por este sendero de “gloria” no va a quedar ni las raspas de un Estado que desde su promulgación pedía a gritos el asalto de unos y otros. Al final, la cucaña la ha conquistado, como no podía ser de otra forma, un psicópata. A cada uno su victoria. Los demás hemos perdido todos, Rey incluido.
Todo apunta a que Sánchez ha ganado en su magnífica carrera hacia la posesión del Estado como parte de su patrimonio. Como los reyes absolutistas, que no distinguían entre nación y resto de sus posesiones… Lloremos.
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