"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 3 de septiembre de 2024

La firma de Stalin

Transcribo aquí unos párrafos de “El fin de la inocencia”, de Stephen Koch. La razón es muy sencilla. En unas líneas nos resume cómo el comunismo cambiaba la historia matando, cuando le venía en gana, a sus mejores servidores. Stalin fue el más virtuoso… en seguir las enseñanzas de Lenin.

La gratitud de Stalin era mortífera. Sólo su indiferencia dejaba vivir a la gente. Otto Katz fue arrestado y ejecutado en Praga como una de las víctimas de las purgas Rajk-Slánský, la serie de procesos políticos que se llevaron a cabo en todos los países del Este europeo entre 1948 y 1952 y que formaban parte de una vasta y demencial aunque significativa operación por la cual Stalin consolidó su paranoico poder en los recién conquistados territorios. 
Las purgas Rajk-Slánský fueron el detonante para el inicio de la guerra fría. En 1948, mucha gente como Otto Katz, grandes figuras entre los dirigentes veteranos «antifascistas», muchos de los que habían sentado las bases en Europa para la expansión del poder comunista a lo largo de los años treinta y la propia guerra, salían a la palestra esperando la merecida recompensa. El autócrata los consideró sirvientes comprometedores y jubilados. Muchos de ellos, además, eran judíos. Había llegado la hora de deshacerse de ellos. 
A cientos, incluso a miles, se les arrestó, condenó y ejecutó. Los políticamente invisibles o inutilizables simplemente fueron ejecutados sin más. A las figuras más conspicuas se las llevó al juicio político, acusadas generalmente de una lista de delitos inventados que sirvieran de propaganda y dejaran al descubierto la doble vida del desertor. De ese modo, décadas de servicio secreto se convertían en vidas sospechosas de traición, a la manera socialista. En todas las capitales de Europa Oriental dio comienzo un grotesco circo de confesiones y muertes; fue una gira circense de terror político que no se detuvo durante cinco años. Muchas de las «confesiones» que se producían de ciudad en ciudad eran extravagantes contorsiones precisamente del tipo de historia que aquí estamos indagando; de hecho, una parte esencial del fenómeno fue el esfuerzo sistemático por reescribir la historia desde cero.

4 comentarios:

Pablo dijo...

https://theobjective.com/sanidad/2024-09-04/psoe-sumar-ley-ela-presentan-ampliacion-enmiendas/

Pablo dijo...

No es Stalin, ni siquiera el comunismo. Es la izquierda, estúpidos!

Pablo dijo...

Si los progresista hubieran presentado el proyecto de Ley ELA hace mucho que estaría aprobada pero se les adelantaron, así que a la mierda la ley ELA y los enfermos de ELA. Además tenemos la eutanasia que es una cosa muy progresista (los obispos no pueden ni verla!).
Veis ya la secta criminal que son?

www.MiguelNavascues.com dijo...

Siguen minando el terreno hsta que nos hundamos