Decía Napoleón en sus memorias que no hay más desgracia para un país que tener un gobierno insolvente. Francia está camino de eso. Y lo peor es que las instituciones de poder son incapaces de de tomar las decisiones necesarias, por una razón muy sencilla: en Francia los partidos políticos viven (como en España) en una burbuja que les aísla de la realidad. Unos quieren resucitar las décadas de las vacas “gordas” subvencionadas, mientras los de enfrente, en el fondo, creen en los mismo. Es decir, más gasto público, más déficit y más deuda. Francia tiene un déficit público del 6% de PIB. Es un disparate. Pero las medidas correctoras crearían, inevitablemente, enorme malestar social.
El Presidente Macron quiere reducir el déficit y la deuda con gobiernos minoritarios, capacitados técnicamente, pero propicios a ser derribados por los partidos que tienen la mayoría. Ya van 4 gobiernos este año. Nadie asume responsabilidades. Todos prefieren esperar a ver quién cae primero.
Es un gran riesgo para Europa. Como lo es el pésimo estado de la economía alemana, hasta hace poco la rica de Europa, que mantenía en lo más alto la confianza de los mercados. Ambos países eran los dos pilares fundamentales.
Es decir, los dos estados fuertes europeos están en una debilidad extrema y, por su parte, la Comisión Europea, incluida la presidenta Van der Leyen, esta en una inoperancia total, a veces contraproducente.
En cuanto los “mercados” frunzan el ceño y revisen sus expectativas… por cierto: los mercados no son tenebrosos señores de piel verde, vestidos de negro, que chupan la sangre. Son los que gestionan los ahorros de sus depositantes: nuestros ahorros. Los expertos ya han empezado a la descalificación de la deuda francesa y de sus bancos.
Algunos insensatos ofrecen como solución el bitcoin. Pero el bitcoin no hace crecerse la productividad. Es una opción de última hora, cuando se desata el pánico. Es inquietante que Trump hable de eso cuando tendría que estar hablando de dinamizar la economía. Sería mejor ofrecer inversiones, prosperidad, reducir la deuda… el bitcoin es veneno para todo eso. La prueba: es lo que Putin ofreció a los golpistas catalanes cuando apoyaron la subversión de 1017. Putin no es mi economista favorito.
7 comentarios:
¡Anda que cuando miren con atención a España!
La cabeza y la cola
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Pippa_Bacca
Hablando de los males que nos afligen a los occidentales en general y a los europeos muy en particular, se me ocurre que la vida de esta subnormal italiana podría ser una buena metáfora.
Ojo, era familiar del gran artista que rellenó unos botes de cristal con su propia mierda y los envió a una exposición de arte. De arte contemporáneo, o sea, de mierda.
La subnormal italiana se hizo mucho más famosa después de su muerte de lo que lo había sido en vida. Una heroínas del feminismo, del pacifismo y de no se cuantas cosas más.
Ah, no sabía. ¿Cómo se llamaba?
Sí, efectivamente. Subnormal.
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