Páginas

DECADENCIA DE OCCIDENTE

sábado, 1 de marzo de 2025

En realidad Europa solo habla de unidad, pero no la practica

Europa no hace nada unida, aunque lo pregone, y en materia de defensa nada que no decidan los países vehiculados a través de la OTAN. 

Pasé los primeros años de mi carrera trabajando en política europea, y lo que vemos en este momento parece un déjà vu. Ya fuera la crisis de la eurozona, la anexión de Crimea o la crisis migratoria, el patrón nunca cambió: Europa habla de unidad, hasta que llega el momento de la decisión. Luego, cada nación mira por sí misma. 
Teníamos una frase para esto: proponer y fingir. Y todavía se aplica. Cada crisis se enfrenta con soluciones a medias, que se postergan hasta que la siguiente emergencia obliga a repetir lo mismo.

Nina Schick, ex-ayudante del Secretario General de la OTAN.

Y ahora que Trump está tensando todas las cuerdas que se encuentra por el camino, ¿quién ha ido a balbucear a La Casa Blanca como ovejitas?
Pues ha ido Macron por Francia, Stamer por Gran Bretaña, y se han postulado como parnerts de EEUU individualmente. 
Alemania ya está cayendo en un vacío energético (cerrando nucleares, postrándose ante el gas de Putin), y vacío industrial (menosprecio de la innovación tecnológica) creado por ella misma. Así que es difícil que se postule a EEUU para algo. No tiene nada que ofrecer, aparte de ser un bulto sospechoso por sus obligaciones con Putin. 
Claro que Francia ni GB tienen algo que ofrecer. 
A la vez, la UE quiere figurar en la foto finish del posible (aunque cada vez menos probable) Tratado de Paz Rusia-Ucrania. Trump se lo ha cargado y tiene difícil retomar el hilo… lo que aprovecha Europa para levantar la voz y dar palmaditas en la espalda al proscrito de La Casa Blanca: el inefable Zelensky. 
En realidad hemos sido una mierda suspendida en el aire y el cordel que nos sostenía se ha roto. ¿A qué seguir?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ponga Ud. lo que quiera, Muestre su airada y justa indignación, su santa Ira, pero respete un mínimo sentido del decoro. Tenga en cuenta que las opiniones son libres, los sentimientos ofendidos dignos de reparo, pero serán tanto más respetados cuanto su expresión esté más alejada de lo vulgar.