Adiós Gran Bretaña, tierra de Churchill, la libertad individual, la Revolución Industrial y la abolición de la esclavitud; adiós Francia, cuna de De Gaulle, la meritocracia, el racionalismo y 365 tipos de queso. Dos países gloriosos, divididos por una historia común.
Bonjour, en cambio, a la pesadilla distópica de Frangletterre, un par de estados fallidos por el precio de uno, ambos sumidos en una espiral de ruina económica, cultural y social.
Tras divergir en las décadas de 1980 y 1990, Francia y Gran Bretaña vuelven a converger, a pesar del Brexit, copiando mutuamente sus peores patologías, desde los altos impuestos hasta el wokismo, desde la incontinencia fiscal hasta la mala alimentación: la única pregunta es cuál implosionará primero.
Vaya, está detrás del muro de pago. Pero si he podido leer esta noticia:
ResponderEliminar" Hundreds of migrants have crossed the Channel this morning, dwarfing the number that could be sent back to France under Sir Keir Starmer’s new deal with Emmanuel Macron.
French police failed to stop hundreds of asylum seekers from making the crossing as the Prime Minister welcomed the French president to No 10 for last-minute negotiations on a “one in, one out” arrangement."
Qué buenos vecinos son los franceses! Aunque los ingleses no se quedan cortos tampoco.
Encantadores epígonos de la democracia
ResponderEliminarGame over.
ResponderEliminarhttps://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/13454272/07/25/la-deuda-de-reino-unido-va-camino-de-ser-insostenible-por-culpa-de-los-fondos-de-pensiones.html