Los americanos tienen a Newton Gincrich, nosotros tenemos a Rubalcaba. Newton quiere colonizar la Luna, Rubalcaba la banca y el Vaticano. Ambos son poetas que sueñan despiertos: con la luna, símbolo del amor, y con el Vaticano, constante obsesión de las izquierdas desde los Hunos hasta hoy. Lo que pasa es que al llegar a sus puertas se rilan: Atila no invadió Roma, se rindió al encanto lunático y especular del Papa de entonces, no recuerdo su nombre.
Los Hunos fueron las protoizquierdas de las épocas bárbaras, Rubalcaba es el sucesor de esos hunos (y de los hotros), que siempre han perdido a la hora de la verdad verdadera de llegar al poder. Para ganar han tenido que echar mano de un Felipe, moderador detrás de cuyas faldas se esconden, taimados, los rojos de verdad, republicanos y arteros, como Rubalcaba, que ha tenido que recurrir de nuevo a la mesa camilla de Felipe.
Sólo Lenín se atrevió a sacar la pistola, y matando y matando, se impuso y cambió la historia. Pero no tuvo sucesión; bueno sí, se sucedió a sí mismo, en un Mausoleo que hacían visitar a los ruskies, por si se les ocurría protestar. Pero ellos lo que veían allí era la pistola, la famosa pistola de Lenin . Y salían, silenciosos y hambrientos. Gorbachov vino a cerrar ese mausoleo que ya apestaba. La historia es destino: no hay mal que cien años dure.
Las izquierdas siempre avanzan pidiendo sangre fresca, pero han aprendido de los hunos, y llegan al poder vendiendo "socialdemocracia", una marca que viene del marxismo desvaído. No importa, es una marca europea.
Los sagaces comentaristas dan por moribundo al PSOE; unos por no haber votado "al futuro", que al parecer era Chacón (¿?); otros, por haberse aparcado ellos mismos en la cuneta de la historia. No importa: es el socialismo español, medio republicano, medio mata curas, aunque la mayoría de los curas están a su izquierda. Tiene el corazón partío, pero siempre tendrán un hueco en el corazón del elector, sea el candidato una bella mujer, sea varonil y guapo, no importa si es tonto (Rubalcaba, no tienes ni una chance).
Mientras, del Guindo, un chico empollón de derechas, que todas las noches se queda hasta altas horas a acabar los deberes, les ha recortado a los banqueros un 80% de su salario, y sin llamar a escándalo. ¡Toma Rubalcaba, eso no lo harías tú ni en cien años de gobierno! Y es que España es TAN misteriosa: para hacer política de izquierdas hay que ser de derechas.
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