Según me he enterado, los parlamentarios tienen derecho a un menú en el restaurante del Congreso. El restaurante no es cualquier cosa. Lo regente el flamante empresario Arturo, dueño de una cadena de restaurantes de alto standing en Madrid y otras poblaciones. El menú para la elite de este país cuesta, tres platos con café, 3,8 €. Es decir, parte de sus dietas (que son para esas cosas) se la embolsan porque comen de la "beneficiencia para atribulados diputados", que están muy sensibles últimamente, con los asaltos y eso. (además, no tienen asignación para putas, pobres).
Ah, pero eso no es todo. Hay más. El acceso a ese restaurante está vetado a los trabajadores del Congreso, no vaya a ser que les traspasen las pulgas a la Elite. Ya empiezo a ser más comprensivo con eso de asaltar el Congreso. Igual me apunto y le corto loa güevos a mas de uno. ¡Que se anden con ojo, que por esas cosas empezó la revolución francesa!
Ni que fueran Urdangarín.
(ABC Punto Radio, Melchor Miralles)
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DECADENCIA DE OCCIDENTE
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