Estoy leyendo una buena novela: "Narciso Negro", de Rumer Godden. Godden es una autora inglesa totalmente desconocida para mí. El libro es de 1939. ¿De qué trata? de conflictos humanos y de la incapacidad de cualquier esquema preconcebido para suavizarlos; y de: ¿quien tiene razón, sino nadie en particular? Y de cómo los sentimientos son a veces los que dominan a la persona, y no al revés.
La portada pinta así:

(Se hizo, en 1947, una peli, como pueden ver)
La historia es de unas monjas que van a abrir un convento en las laderas del Himalaya. Han sido requeridas por el gobernante de la zona, que no es cristiano, pero que tiene el afán de educar e ilustrar a su pueblo; un pueblo perdido en un rincón de la India. Me parece un regalo que se haya reeditado.
Como toda novela de antes de... no sé, antes de la decadencia actual, la escritora tiene un dominio absoluto sobre lo que quiere decir, cómo contarlo, hacerlo atractivo al lector, y convincente. No hay malentendidos entre el lector y el libro, salvo que no se sepa leer. Lo cual me sorprende cada vez menos: me he asomado a los blogs de más éxito, y cuánto más banales y y lelos sean, mejor. Y si sustituyen la palabra por unos dibujitos, no veas el éxito. En fin no quiero ahondar en eso.
Yo les recomiendo el libro, aunque sé que no harán caso.
Por cierto, Rumen Godden es la autora de "El río", una novela sobre la India que no he leído, pero de la que Jean Renoir hizo una película esplendorosa; majestuosa como ese río que pasa por la vida de los personajes.
Lo que les digo rotundamente, es que ya no se escribe así. Me refiero a la sencillez y eficacia, no a la estética, que debe ser lo último en qué pensar. A la tensión dramática, que es lo único que te hace pasar de página con ilusión. A lo bien que está encajado el drama con el entorno natural, por cierto, muy influyente en el comportamiento de los personajes.
Creo que ahora es al revés: esteticismo, o decadentismo puro. Yo no leo literatura actual, pero a veces en los Vips y los Crisol hojeo los libro más vendidos. Bonita operación nos han hecho: nos han ineducado, nos han analfabetizado de nuevo, y ahora cualquier mierda acaramelada pasa por literatura. Ahora los libros tratan sobre vagos sueños, sombras de viento, cuando no están escritos por periodistas que escriben al peso. O cuando no, tratan de futurismo para subnormales. O novelas "históricas", que ni son novelas ni tienen historia. Ahora se gasta más en promoción que en calidad de página, como decía J Marías.
Y les juro que no soy ya ( la edad, supongo) nada aficionado a las novelas.
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