Lo siento, pido perdón a las fuerzas esas, Pacha mama, y eso, pero no soporto las culebras, y mi mujer menos. mi mujer tiene muy a flor de piel el mito de Eva y la serpiente, yo creo que todos lo tenemos en los genes. Y luego yo no podía tolerar ese bicho zapateril cerca de mí: duermo con la ventanas abiertas, y sólo de pensar en que zapatero (o su emisario) se deslizaba por la ventana... Brrrrr!!!!
Y no la he matado, sino que la he sentenciado, y un aborigen que pasaba por ahí, y tenía un arma mortífera (un rastrillo) ha hecho una faena maestra. Primero la ha provocado (tocándola los cojo--s), lo que ha hecho que la zapatera amagara a la izquierda (con una velocidad realmente siniestra) y luego se le enfrentara vilmente, pero entonces le ha asestado un golpe seco, digno de un José Tomás, y ahí se acabó. Visto y no visto. Gran faena que no ha tenido el premio debido porque la muy zorra no tenía orejas.
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