Reproduzco aquí un comentario de Violante Cabrera (un descubrimiento) al buen post de Carlos Díez sobre el tema de los homos y las caravanas guays. Ya he reproducido aquí una parte del debate, pero creo que el comentario de Violante es muy destacable, por su enfoque basado en el derecho a la intimidad (obvio) y el derecho a que los demás no nos restrieguen su intimidad por las narices. Porque aquí nos hemos olvidado de una cosa: que somos víctimas de la exhibición impúdica del deseo rabioso de exhibir algunos sus intimidades, como sus partes, que antes eran llamadas pudendas, porque así eran consideradas. Una vez, paseando con mis hijos por una playa, con paraguas y chubasquero porque llovía (era en el norte, hacía fresco), nos encontramos a un imbécil con su chubasquero, pero desnudo de cintura para abajo, de tal manera que exhibía con todo orgullo lo que normalmente llevamos cubierto (imagen chusca, tronco cubierto de la lluvia, aparato sexual al aire) . ¿Por qué? a mí me molestó; mis hijos eran pequeños. Me sentí violento. ¿Por qué esa visión impuesta? antes eran detenidos por exhibicionistas. El desnudo no es un derecho de exhibición, o de provocación, diría yo. Por supuesto, no sé si era homo o hetero, ni me importa. Violante me ha descubierto que lo que más me molesta no es la preferencia sexual de cada cual, sino el impúdico exhibicionismo que toma impunemente las calles de nuestras ciudades. Eso es un salto de incivismo, o cívico-negativo, por mucho que se quiera racionalizar. Dejo la palabra a Violante (subrayados míos).
Hay tanto que responder. Es un gusto tener gente inteligente con quien intercambiar ideas, aunque diferimos en algunos puntos (muy pequeñitos a mi parecer). Es una lástima que el tema sea tan poco respetable. La vida sexual (mientras no se infrinjan leyes) es parte de la intimidad del individuo. No es algo que se ventile en publico, ni debe ser discutida. Porque ser discreto no implica “ocultar” como gritan muchos gays que es lo que queremos que hagan los que solicitamos un límite a tanta expresión sexual pública (y aquí hablo de hetero y homosexuales) Es esta necesidad de “expresión sexual publica” la que nos lleva a debatir algo privado y personal.
Lamentablemente, Luis desde el momento en que la inercia moral permitió que se pasasen leyes absurdas, ya el mal está hecho, no hay marcha atrás. Lo único que se puede hacer es impedir más desmadres, y tratar de proteger los pocos derechos morales que nos quedan, incluyendo los de homosexuales que no les interesa ir a desfiles, que no les interesa que los denominen como "Gays” (un termino ofensivamente artificial) y que no les interesa que se les segregue. Que desean seguir siendo hombres y mujeres que viven como todos los hombres y mujeres del mundo sin tener que andar lavando ropa en sucia en público, pero tampoco deben ser señalados o estigmatizados por lo que hagan a puertas cerradas. En cuanto a víctimas homosexuales, ha aparecido otra, la que contradice lo que quiere el Lobby Gay. No hay mayor prejuicio ni intransigencia que la que nace dentro de la misma minoría.
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