"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 26 de marzo de 2025

China no es un gigante

Seguimos pensando que China es un gigante imbatible. No lo es, o al menos está dejando de serlo. Desde su emergencia como hacedor de milagros económicos/comunistas, siempre sospeché que había truco, que éramos engañados por un “ale hop” que occidente no quería ver porque a muchos les fascinaba que un país comunista tuviera más éxito que EEUU, al fin y al cabo un país “fascista-capitalista” que había que odiar, porque nosotros, europeos guais, somos progresistas y preferimos lo que viene de la izquierda. Además, los partidos comunistas, ¿no son “hermanos” que nos ayudaron a vencer a Hitler?, y USA ¿no es al fin y al cabo profundamente reaccionario?
El error fue querer embarcar a China en los mercados occidentales. 
Allá por 1972, el presidente Nixon, y Kissinger como maestro del escenario, diseñaron un plan para que China mirara con simpatía a Occidente, y hostilmente a la Rusia soviética, el enemigo nº 1 de EEUU en la guerra fría. USA acababa de ser derrotada en Vietnam, amarga guerra y amarga derrota que dejó por los suelos la moral de los americanos y un resquemor hacia el gobierno, sobre todo si se compara con los años mágicos de Kennedy, elevado a los altares por una sociedad que, tuvo que asistir horrorizada al atentado de su presidente y descubrir la amarga realidad de que su país no era el líder del mundo. El sucesor, Johnson, cometió el tremendo error de ampliar el compromiso en Vietnam,  lo que se tradujo en cada más cadáveres de jóvenes repatriados. Otro fracaso lacerante: la toma de rehenes de funcionarios de la embajada en Teherán, cuando los Ayatolás se auparon al poder... 
Ese ambiente fúnebre abrió la puerta al impechment de Nixon, primer presidente de la historia en ser expulsado por un caso judicial, el Watergate, un caso de espionaje entre partidos que quizás no hubiera llegado a su final sin ese espíritu de amargura que recorría toda la sociedad. 
En los medios europeos se celebró este proceso no como lo que era - una muestra de fortaleza democrática -, sino como la puntilla a un país corrompido y fascista. 
En fin, China fue beneficiada con una tolerancia, que era una pedrada a la Rusia soviética, que por su parte, empezaba a dar muestras de debilidades ocultas cuando perdió la guerra de Afganistán. 
Llegó la década del resurgimiento con Ronald Reagan (y Margaret Thatcher en GB), firmes partidarios de ampliar la libertad de comercio. Reagan se inventó la “guerra de las galaxias”, que Rusia intentó replicar. De repente, sin esperarlo nadie, cayó el muro de Berlín, y fue como la revelación inaudita de que todo el sistema comunista del Este de Europa estaba en un profunda crisis económica y social. No podía hacer frente al gasto militar para enfrenarse al desafío de Reagan, había que deponer las armas: EEUU había ganado la guerra fría. 
Se cantó victoria, y en este punto empezaron a acumularse los errores geopolíticos que propiciaron la emergencia de China como potencia económica y militar desafiante (a la vez que empezaba la profunda crisis europea). 
La grandes popes de Occidente, hinchados de vanidad por la “gloriosa victoria” de la democracia y el libre comercio, decidieron lanzar la globalización… que es cuando empieza el triunfo económico aplastante de China y la derrota de occidente.
La globalización fue la aplicación de la teoría del Libre Comercio al Planeta: todos saldremos beneficiados si bajamos las barreras arancelarias, de manera que si un país produce a menor coste tal o cual bien, salgo ganado si se lo compro porque en mi país bajará el coste medio y aumentará la oferta de bienes disponibles. Esto sería verdad, en todo caso, si los países competidores se comportan con lealtad y no subvencionan sus exportaciones, como declara (y vigila que es cumpla) la Organización Mundial del Comercio, OMT. Pero China no jugó limpio y debió de ser multada, o expulsada del partido, porque: 1) podía tener el salario a un bajísimo nivel, inalcanzable para países maduros y con fuertes sindicatos. 2) el Comité del partido comunista chino podía extraer o importar las materias primas a un precio ficticio. 3) China no tenía que luchar contra la polución, al fin y al cabo otro coste menos. Y 4) La gran mentira china: el tipo de cambio de la divisa china estaba artificialmente devaluado, simplemente aceptando la adquisición de dólares a un tipo a de cambio fijo. Esto, de paso le inflaba la cantidad de divisas en el BCPCh, es decir, China durante años acumuló una increíble cantidad de activos frente al exterior, lo que le permitió “ir a la compra” por el mundo y comprarse a precio de ganga tierras menospreciadas de África y Sudamérica con alto valor estratégico. Con lo que le sobraba compraba deuda americana, lo que además de rentarle un interés curioso, ponía a EEUU a su merced en caso de una crisis de deuda. 
En resolución, China invadió los mercados occidentales con trampas, generó un superávit comercial enorme, diplomático el que compró propiedades que se podrían llamar “geoestratégicas”. Aquí no se quiso ver, al revés (véase un ejemplo del punto de vista pro chino).
Pero China tuvo una pandemia muy larga y agresiva. Además, por sus políticas internas erróneas, provocó una gran burbuja inmobiliaria que ha vaciado el bolsillo y las propiedades del chino de la calle (no encuentran comprador para sus casas vacías que compraron con hipotecas). Los salarios o han caído y no hay consumo interno, lo que dice que China sigue su política de coste ínfimo, pero salario más ínfimo. Todavía no se ha resuelto definitivamente las secuelas de la burbuja, que ha dejado millones de pisos vacíos invendibles. 
En otras palabras, China está ahora padeciendo su ausencia de mercados abiertos y comunicados de capitales y consumo, eso que nos maravillaba tanto. Puede ser que todos nos hayamos equivocado fácilmente dando por válida una información veraz inalcanzable.

domingo, 23 de marzo de 2025

Nina Schick


Les recomiendo encarecidamente a Nina Schick. Bien informada, bien formada por su trabajo en la OTAN. Este link es la mejor exposición que he leído sobre la descomposición avanzada de la UE, que nadie quiere ver… ya puse extractos suyos 
en un post.



viernes, 21 de marzo de 2025

Un canon de belleza

Este texto es totalmente subjetivo, de aficionado, por lo tanto no imparte doctrina. Mi punto de partida es la impresión, que no me puedo despegar, de que vivimos un mundo muy feo, inmerso en una fealdad que es además cultivada y glorificada. Diríase que la gente joven ha decidido quitarse el cinturón y meterse entre pecho y espalda todo, y más, de lo que cabe. Ahí están lo/as influencers, que imperan sobre los gustos, pues mucho/as tienen millones de seguidores. Son seguidores que hay que trabajarse todos los días, pues hay mucha competencia. Es un mercado nuevo donde los que mandan imponen lo que deben vestir, comer, pensar, etc. sus cientos o miles de millones de fieles en el mundo. Hay que entrar en las redes sociales para ver lo que se eso. 
¿Y esto/as influencers recomiendan cosas de buen gusto, bellas, o algo así? Pues no, porque la belleza simple ya no cotiza. Y no cotiza desde hace más de un siglo. 
A principios del siglo XX, más o menos, empezó el derribo de la belleza. Llevávamos entonces muchos siglos en Occidente de coronación y triunfo de la belleza, indisputable triunfo por aclamación de todos, el pueblo llano y las clerecías, que eran los que entonces ejercían la influencia bajo la toga. Efectivamente, religión y belleza fueron muchos siglos de la mano, aunque en algunos casos se podía caer en la idolatría si el alma de un contemplador de una belleza se dejaba dominar. Pero en eso consistía el juego del libre albedrío, libertad para pecar o no pecar, y en ese caso obtener el perdón De Dios. La belleza en sí no era vilipendiada por nadie salvo algunos espíritus satánicos. 
Todo empezó en Grecia. Grecia sí que fue “La oficina del buen gusto” - que es como llamaba Unamuno a Francia -. Grecia inventó un canon de belleza perfecto, porque “caía por su propio peso”. Cualquiera que haya visto una estatua griega sabe a qué me refiero. 
Además fue un canon potente, que fue absorbido por Roma, y luego por la Iglesia católica, gran propagadora de la Fe íntimamente unida a la Belleza. la Belleza es buena porque reina junto a Dios en el reino de los cielos. ¿Y qué representaban esas grandiosas catedrales góticas si no era la belleza que nos espera en los cielos?
Después del Renacimiento se podía sospechar la caída del canon greco-latino. Pues no, todo lo contrario: como decía Josep Pla, era increíble que ibas a cualquier país occidental, incluido EEUU, y los edificios simbólicos, memorialistas, todos tenía un frontispicio greco-latino, con más o menos variantes que no empañaban la sacralidad del mito: del mito de la civilización greco-latina, sea en Suecia, Francia, Inglaterra o Washington en cualquiera de sus estados. Se consideraba no serio edificar con otro estilo. Recuerden las casas de los sudistas, en medio de un campo de algodón. 
Eso era el canon; por cierto, sospecho que no ha dejado de gustar; lo que pasa es que ahora, desde que se inició la modernidad, los rectores de ese canon sienten vergüenza de ese canon, les da miedo que les tomen por… ¿reaccionarios? En algún momento de la historia, se decidió que la belleza había que envilecerla, que no fuera fácil, no asequible a todo el mundo. Había que subir la cotización pagada por los ricos, y Lara eso nada mejor que “individualizarlo con un nombre del autor consagrado, de tal manera que valga más la firma que “la obra en sí”. (Curioso que se hiciera en nombre de la divulgación.)
De esta manera, por un complejo de conservadurismo, unido a la revalorización del objeto (por ende, siendo desde momento una inversión), la belleza, entre unos y otros,  se ha tirado a la basura. El genio creador de esta corriente (de todo vale menos la belleza genuina), ahora absolutista, que se ha impuesto en el mundo - apuntalada además por la llegada de la subvención pública, que es radioactiva mente letal para la belleza más sencilla -, es cómo no, el español Picasso, quien por cierto, se forró inmensamente. Picasso rompió la fina capa de hielo que quedaba protegiendo a la belleza. Ahora, si quieres recuperarla hay que ir a sitios de de todavía se encuentra. Yo recuerdo el cementerio de Paris Le Père Lachaise, donde encuentras cosas maravillosas e inesperadas. 
No tengo ninguna teoría sobre la belleza. Los Manuales de estética me aburren. Lo que sé es fragmentario, intuitivo, subjetivo. Por ejemplo, que Albert Camus decía en “Le premier Homme” , que lo que redime al hombre es “la incesante búsqueda de la belleza”. Camus tenía estas salidas así. Esto ahora sería herético. El mundo de hoy es feo.  

jueves, 20 de marzo de 2025

Recortes sobre la Historia, la Evolución y la Decadencia

He aquí un ejercicio de pastiche de grandes aportaciones de varios renombrados autores. Lo único que añado es unos párrafos de coordinación y una breve introducción. El tema principal es la Decadencia de la civilización, tema tan caro a Splenger, el papel que juegan las masas cuando los revolucionarios han olido la herida por la que sangra “lo anterior” y se puede empezar las labores de demolición (obsesión de los republicanos españoles, como Azaña, que odiaba la historia de España y decía que había que empezar de cero con el equipo de demolición).
Los grandes cambios revolucionarios que han llevado a dictaduras totalitarias se han potenciado con el control de las masas. Donde no hay masas manipuladas mejor hablar de un golpe de estado, o un golpe de palacio. Tanto la Revolución Francesa, como la de Lenin (que admiraba enormemente la primera), como la de Mao... son grandes movimientos de masas. Las masas son aglomeraciones de gente sin ningún espíritu libre que obedece perrunamente a una consigna que le señala el objetivo. Estas masas son fenómenos sobre todo debidos en la sensación deprimente de alienación. 

Elías Canetti, Masa y Poder:
Un objetivo principal de la masa es dar caza a quienes no son suficientemente virtuosos, como los que están «en el lado equivocado de la historia» - como dice nada menos que Sánchez de los que no están a su lado -, pero, al fin y al cabo, declarar a alguien así es suponer que se conoce la dirección de la historia, un nivel del conocimiento no concedido a nadie. Porque ni siquiera quienes luchan contra el más abyecto de los despotismos pueden estar seguros de cómo acabarán los acontecimientos. Lo único que pueden hacer es luchar. Por lo tanto, reclamar categóricamente que se conoce el futuro cae dentro del ámbito de la ideología, de la que la multitud, o la turba, es un arma principal. Canetti, como escritor, es tan despiadado y obsesivo como las masas que describe, descomponiéndolas y catalogándolas en el transcurso de más de quinientas páginas. 
La existencia de la masa de acoso lleva al fenómeno de las ejecuciones públicas, que están vinculadas a la práctica del asesinato colectivo. «El auténtico verdugo es la multitud reunida en torno al cadalso», escribe Canetti. La más primitiva de todas las manadas multitudinarias dedicadas a la matanza colectiva es la turba que lincha, que piensa de sí misma que es humana solo porque sus integrantes no hincan realmente los dientes en la víctima. La víctima tiene aquí un aspecto diferente al de la muchedumbre. Está claro que no forma parte de ella. Y el hecho de que huya aumenta la sed de sangre de la multitud cuando sus miembros dan con ella. Es donde están las raíces más primitivas del racismo en el sur estadounidense. Incluso la inflación, afirma Canetti, es un «fenómeno de masas», ya que, a medida que la unidad monetaria pierde su valor e identidad, los individuos que la poseen se sienten depreciados, y, como no pueden admitir ante sí mismos su propia depreciación, aparece una masa que busca una víctima para esa depreciación, un chivo expiatorio. La inflación de Alemania que ayudó a que Hitler llegara al poder fue una de las más extremas de la historia económica. Y la víctima que la masa escogió para vengarse fueron los judíos, [que en realidad se habían integrado perfectamente a la sociedad alemana y había luchado y muerto por ella en la primera Guerra Mundial. El agradecimiento por su sacrificio fue el exterminio de 6 millones de judíos en la “Solución final” diseñada en la Conferencia de Wansee…]

Una vez formada una gran masa - sobre todo si se ha formado en todas las partes del mundo, como sucede ahora -, se la puede dirigir a aniquilar determinados objetivos señalados por el Líder, que es el único que sabe lo que hace. El historiador Oswald Spengler supo ver que la masa nació cuando el hombre empezó a emigrar a las ciudades.

Oswald Spengler:
“mientras que el campo produce lo «popular», la «ciudad mundial», es decir, en nuestro contexto, internet, produce la «turba».”

Ciudades que, por otra parte, fueron una evolución espontánea y positiva desde el punto de vista económico. La cercanía de todos aumentaba la productividad, y fueron un cambio benéfico comparado con el estado anterior de siervo de la gleba. La ciudad dio un impulso a la libertad individual innegable. Pero para que funcionase, había que hacer acopio de una cultura urbana, que a veces, sin verlo venir, producía masas de inadaptados, primeros candidatos a integrantes de la masa futura. Cuando la ciudad empezó a ser “demasiado” grande y gran productora de desechos, atrayentes para los inmigrantes vendidos de zonas devastadas, empezó a llenar sus calles de candidatos a ser absorbidos por una masa dirigida por el Líder.
El enfrentamiento entre la masa aleccionada y los individuos reacios a la sumisión lleva a la idea de Lenin de Totalidad, quintaesencia de la masa en la edad moderna. 

Robert Kaplan:
“Esta clase de turba es el máximo enemigo de la libertad, ya que su efecto es abolir el pensamiento individual en sí mismo. Recuerde que el nazismo y el estalinismo trabajaron muy a menudo en silenciar el pensamiento individual, de modo que cada uno estuviera de acuerdo con el otro. La llamada «cultura de la cancelación» en la que el estatus profesional de una persona y su habilidad para hablar y publicar se reducen o, en casos excepcionales, se extinguen.”
“… Esto es estalinismo sin nada de violencia y encarcelamiento. O leninismo, de hecho, ya que Lenin fue el que esencialmente inventó la noción de totalidad: que el resultado total de una vida está determinado por la aceptación personal de una sola idea.”

Hannah Arendt, según Kaplan:
Fue la filósofa de mediados del siglo XX, Hannah Arendt, en Los orígenes del totalitarismo, quien sugirió que los sistemas políticos represivos dependen de la soledad de los individuos, que necesitan escapar de su condición y ser parte de una masa.

Con la masa surgen las tecnologías que permiten controlarla, malearla y dirija a un fin alevoso, a la vez que las nuevas formas artísticas son cada vez más deplorables.

Oswald Spengler:
“«En cuanto a la prensa moderna», escribe Spengler, «el sentimentalista puede mostrar una enorme sonrisa de satisfacción cuando la prensa es “libre” constitucionalmente, pero el realista simplemente pregunta a disposición de quién está la prensa (...) Ningún domador tiene a sus animales más sometidos a su poder» que la prensa, continúa. «Desata a la gente como masa lectora y asaltará las calles y se lanzará sobre el objetivo indicado (...). La prensa es hoy un ejército (...), en el que los escritores son oficiales y sus lectores soldados.”

La masa es más fácil captarla en la juventud indefensa, todavía desorientada y fácilmente manipulable, como yo vi en mis años universitarios: una juventud obediente a las consignas del PCE, cuyo fin era que los jóvenes aprendieran lo menos posible. 

Robert Kaplan:
“Poner a la juventud en un pedestal todavía más alto, por lo tanto, es destruir la civilización.”

Cuando la civilización alcanza su máximo nivel de sofisticación y apoteosis, nadie se da cuanta, hasta mucho después, de que empieza la decadencia. Esa es la visión cíclica de Spengler de las civilizaciones, como organismos que nacen viven, crecen y mueren lentamente, no sin bruscos saltos en formas de guerras y conflictos. Es muy difícil detectar el momento justo en que todo el navío opulento de la gran civilización está ya navegando hacia su extinción. Cuando se empieza a hablar de decadencia, ya es tarde. A veces vemos una obra de arte como el summun de la expresión cultural… (estoy de acuerdo con un amigo, arquitecto, que se pregunta ¿qué ha aportado el arte plástico desde que Picasso inventó el abstracto?)

Robert Kaplan:
«… Incluso un clásico como West Side Story, con letras de Sondheim y música de Leonard Bernstein, que rompió los límites de la música popular y llegó en pleno apogeo del siglo estadounidense y del poder estadounidense —tanto como la intensa tragedia de Sófocles, Edipo rey, llegó en pleno apogeo del poder ateniense— probablemente no habría impresionado a Spengler, ya que todavía habría significado una regresión desde personas como Franz Schubert y Ludwig van Beethoven. Para Spengler el contexto lo forman nada menos que los vastos flujos históricos y culturales de siglos y milenios.»
«… todo lo posterior a artistas como Manet y Cezanne «es impotencia y falsedad», al menos a ojos de Spengler. En 1918, Spengler escribió que «se podrían cerrar todas y cada una de las escuelas de Bellas Artes sin que el arte se viera afectado en lo más mínimo».

Tomas Wolfe (según Kaplan): 
« El fallecido periodista y novelista Tom Wolfe llegó a conclusiones parecidas en su libro La palabra pintada (1975). Wolfe escribió que la pintura en el transcurso del siglo XX se había convertido no en una experiencia visual, sino en una ilustración visual de teorías del arte propuestas por un selecto grupo de críticos. De hecho, escribió que el mundo del arte había llegado a estar dominado por un estrecho y limitado grupo über-urbano de coleccionistas ricos, museos situados en ciudades superestrella, y un puñado de críticos influyentes, que juntos decidían lo que la gente veía en las galerías y museos.»

Y ¿qué decir de el espejismo de la razón?, espejismo que trajo la Ilustración (al menos la francesa, pues la anglosajona siempre fue escéptica sobre el poderío de la razón, con David Hume y Edmund Burke a la cabeza), que elevó la Razón a condición necesaria y suficiente para conquistar una sociedad mejor… la razón justifica siempre a posteriori los actos pasados, como una sierva fiel (Schopenhauer) a nuestras pasiones. 

Solzhenitsyn, según Kaplan:
Solzhenitsyn: la historia esté gobernada por [el exceso de] la razón. La Revolución francesa, la Revolución rusa, la Noche de los Cristales Rotos, la Revolución cultural maoísta de China y la Revolución iraní son algunos ejemplos de locura de las multitudes urbanas combinadas con la irresistibilidad del extremismo que ayudó a dar su terrorífica dirección a la historia contemporánea y contemporánea temprana.
Incluso en Estados Unidos, las revueltas urbanas —que pueden estar motivadas por una demanda de justicia racial y contienen un componente violento que a veces es para bien y otras para mal— han afectado profundamente el transcurso de la política interior. Las revueltas urbanas son casi siempre un elemento común en las crisis de régimen, y no solo en el mundo en vías de desarrollo con ciudades cada vez más grandes. 
En otras palabras, el siglo XXI será progresivamente más tumultuoso. Es más, el núcleo de las dictaduras consiste en evitar la formación de multitudes espontáneas, que pueden formarse con más facilidad que nunca debido a la tecnología de los medios sociales. 
«¡La multitud!», escribe Solzhenitsyn. «Un extraño ser especial, tanto humano como inhumano (...) donde cada individuo fue liberado de su responsabilidad habitual y vio multiplicada su fuerza». La psicología de la multitud, o de la turba, es así: «Muéstranos a quién tenemos [a continuación] que hacer pedazos».

Como he dicho, es muy difícil determinar cuándo empieza la caída desde el apogeo, porque en el apogeo se sigue esperando un apogeo aún mayor. A posteriori es relativamente fácil construir un discurso con fechas, datos y eventos considerados cruciales. Pero yo creo firmemente que la historia no es determinista (no tiene un fin marcado por un ser superior); creo que la historia es, como leí hace tiempo, una cadena de consecuencias indeseadas (no buscadas), que aveces son hecho venturosos - aunque cuando llegan no se pueden valorar con los esquemas mentales antiguos -. Tiene que venir otra generación que esté más familiarizada con la novedad… lo cual tampoco deja de tener consecuencias, pues sin quererlo una generación o dos se quedan colgada de unos valores inservibles, mientras que la nueva goza de su buen momento, haciendo bien en no preguntar ni analizar a qué se debe su buena suerte; si lo hace, corre el riesgo de creer que es mérito suyo. Así que lo más probable es que el individuo esté siempre como descolgado de la realidad, lo cual, a veces, muy agradable. 

miércoles, 19 de marzo de 2025

Comentario sobre la guerra Europa-Rusia

Como saben, la UE, con Úrsula van der Leyen a la cabeza, está montando una guerrita que tiene a Putin sin dormir, desvelado noche y día. 
Starmer dice que ya hay montado un grupo “operativo” de 50.000 hombres.
¿Qué harán, Pedirán permiso a Putin para poner los pies en Ucrania? No, puesto que Ucrania es un país soberano… (lean aquí el fúnebre comentario que se merecen estos payasos. Por cierto, primera vez que veo mencionada la posible corrupción que hay detrás). Depongo un sabroso extracto:

La idiocracia europea, incluyendo al Reino Unido, parece decidida a intensificar la guerra contra Rusia, sin importar las consecuencias. Por supuesto, el impulso proviene de todos nuestros líderes que, como Ursula von der Leyen, se ríen de la idea de enviar a sus propios hijos a la guerra. Claro que se ríen: saben que no tienen ninguna posibilidad, pero mientras la lucha continúe, se pueden obtener beneficios desviando las enormes cantidades de dinero que fluyen hacia el complejo militar-industrial occidental y el agujero negro de corrupción que es Ucrania.
¿Se sienten afortunados?
Todos los daños colaterales sufridos en esa guerra valen la pena, en lo que respecta a la idiocracia: mientras la lucha continúe, no solo seguirán beneficiándose, sino que incluso existe la posibilidad de que algún evento fortuito revierta su derrota. Quizás se pueda persuadir a Trump para que renueve su compromiso con la seguridad de Ucrania; algo podría sucederle a Vladimir Putin, o algún evento podría galvanizar a la opinión pública occidental a favor de escalar el conflicto hasta una nueva guerra mundial. Pero apostar la casa a un golpe de suerte improbable equivale a la ruina del jugador. El hecho de que nuestros líderes sigan ese camino excluyendo cualquier otro debe ser la definición de idiocracia: incluso si lograran unir a Occidente para enfrentar a Rusia, la derrota sería el resultado más probable.

Sigue la estrategia Sánchez-Puigdemont de parcelar España

Con denuedo, sin paradas, sigue la estrategia de ruptura y confrontación de el Estado contra las Comunidades Autónomas. En la Constitución de 1978 se define el Estado como la suma de el gobierno central, las comunidades autonómicas, y los municipios. Lo malo de esa Constitución es que no queda precisado qué competencias se atribuyen a cada unidad administrativa. Además, esa definición quedó conculcada desde que a Cataluña se le regaló un nuevo estatuto que, pese a ser rectificado por el Tribunal Constitucional, fue uno vigoroso salto en el “espíritu y la letra” del “proces de independencia, que desde entonces cogió velocidad, hasta el fracaso de octubre de 1917. 
El indigno pergeñador de aquel estatut fue Zapatero, primer Presidente de gobierno en actuar de pirómano para alentar el movimiento de independencia desde el Estado español. No fueron los catalanes nacionalistas, que acababan de perder el referéndum de un estatut que había votada una “estruendosa minoría”. Sin embargo, Zapatero se encerró en la Moncloa con Artur Mas, en una noche insomne y mucho tabaco, y sacaron adelante un estatut que luego el Tribunal Constitucional hizo corregir, haciendo borrar la declaración general en que se definía a Cataluña como una nación. Pero el impulso no cesó.
Cada vez que han hecho un votación en sentido separatista la han perdido, por lo que, tras el fracaso de la declaración de independencia de octubre 2017, Cataluña y el gobierno de Sánchez (con la complicidad de su peón allí, Illa), han cambiado de estrategia, mucho más práctica que la de ir de frente. Se trata de ir cediendo competencias de Estado - según la Constitución deben ser gestionadas por el gobierno - con el apoyo traicionero de Sánchez y su cómplice Pumpido. 
El proyecto Sánchez sobre Cataluña y El país Vasco es hacer las cosas de tal manera que se beneficien los grupos separatistas y, ya de paso, crear una confrontación larvada (que en algún momento estallará) entre las demás Comunidades, ofreciéndoles como señuelo distintos y arbitrarios regalos, para diluir un Regalo echo previamente a Cataluña solicitado por la banda de separatistas. 
Com este procedimiento, Cataluña ha conseguido transferir a sus manos la gestión de puertos, presencia de fuerzas policiales en la gestión de fronteras, la gestión de trenes de corta distancia, la cancelación de una importante cantidad de deuda de Cataluña con el Estado - que seguro que no es más que un inicio, pues Cataluña demuestra una gran voracidad financiera -. La devolución la deuda cancelada pasa, pues, a cargo del resto de España. Es decir, les estamos pagando la independencia cediendo competencias y dinero para gestionarlas.
El resto de España ha rechazado el caramelito ofrecido para acallar voces, pero seguro que se les ocurre algo para que caigan en la trampa y tengan que aceptar, irremediablemente, un dinero que les pueden cercenar por otro lado. Por ejemplo, negándose (o racaneando) comprar la deuda regional, que por la norma actual debe ser aceptada por el gobierno, quien por otra parte presiona a las comunidades veleidosas (no a Cataluña).
El Estado central es el único que tiene poder recaudatorio importante, en un pacto de silencio por el que las comunidades intentan controlar los gastos a cambio de recibir su parte alícuota de los impuestos centrales. La deuda regional regional debería ser para cubrir un eventual desfase prestado por el gobierno.
(Esto en Madrid es diferente, pues es la única Comunidad que se financia en el mercado, es decir, tiene suficiente crédito para hacerlo).
En definitiva, las 15 restantes comunidades se enfrentan al “dilema del prisionero”,  entre seguir unidas ante la estrategia de dinamitar la nación, o bien dejarse sobornar por treinta denarios. El aceptar ese soborno a plazo será caer irremediablemente en manos del autócrata, que irá haciendo muescas en su pistola a medida que van cayendo una a una.
La fragmentación de España va también por otros caminos, pero este es ciertamente el más destructivo. Secar las fuentes de financiación, transferir asimétricamente rentas con ventaja para Cataluña y P. Vasco, hacer de las otras cada vez más pobres y, por ende, más pedigüeñas… asfixiadas hasta que se rindan. 
Y en este proceso acelerado me temo que el jefe de la oposición no se entera. La única que parece enterarse es Isabel Díaz Ayuso; por eso está cada vez más acosada por toda la fuerza del gobierno y del partido. Pero Ayuso, sola, no puede parar este proceso enloquecido, seguramente intencionado, que solo puede acabar con la ruptura de la Nación, entonces difícil de reconstruir. 

lunes, 17 de marzo de 2025

Frivolidad a grandes dosis

Los gobiernos europeos se han lanzado a una piscina sin agua, pero se han puesto a simular movimientos natatorios ridículos, aparte de que gozan de un lustroso sobre-peso.
La piscina se llama “salvemos a Ucrania”, y para ello “armémonos” ya. Especificar qué tipo de armamento corresponde a cada país y cómo se va a financiar no está especificado. Ni siquiera analizado, ni hablado. 
Por lo que he leído, el dictat de la UE, vía Van der Leyen, es que la coordinación común ya vendrá por sí sola, fácilmente, por que hay un objetivo común que es entrar en Ucrania para ayudar a tan noble país, lo que conlleva a un riesgo cierto de que Rusia amplíe su objetivo estratégico a toda Europa. Varios países ya se han desmarcado de Gran Bretaña y Francia, que pretenden meter tropas en Ucrania de “voluntarios” para vigilar el alto el fuego. O sea, para estar en la mesa de la paz. Lo que temen pánicamente es no estar en la foto con Trump, Putin, quizás Xi… pero, ¿se lo merecen?
En El Debate, leo este escalofriante párrafo:

Europa se ha marcado tres objetivos de cara a un hipotético acuerdo de paz: rearmar y fortalecer a Kiev para que llegue con una posición de fuerza a las negociaciones, presionar a Rusia, a través de sanciones, para «debilitar la maquinaria bélica de Putin y llevarlo a la mesa» y, por su puesto, el despliegue de una «coalición de voluntarios» 

Leo en el Telegraph la opinión respecto a su loco Prime Starmer, que es de momento el más agitado y belicoso que hay en Europa. De repente se ha convertido en militar vocacional y expertísimo. (Mientras, Alemania decide rearmarse pero dando señales de tranquilidad a Rusia). Dice el comentarista:

“La naturalidad con la que nuestros líderes políticos y comentaristas discuten decisiones que podrían llevarnos a un conflicto armado debería alarmarnos a todos. La historia nos enseña que las guerras más desastrosas suelen comenzar con pasos pequeños y aparentemente inofensivos. El Primer Ministro debería estar preparado para responder a algunas preguntas tan serias.”
¿Por ejemplo. ¿Cómo podemos rearmarnos sin reindustrializarnos?
Considerando las otras amenazas que enfrentamos –y que la principal amenaza que Rusia nos presenta no es una invasión– ¿cuál es el equilibrio apropiado en nuestra capacidad de proyectar poder y fuerza por aire, tierra y mar?
El Gobierno afirma que necesitamos rearmarnos. Pero ¿nuestro programa de rearme se basará en la necesidad percibida de enviar tropas terrestres a Ucrania —que defiende una frontera con Rusia de casi 2400 kilómetros de longitud— o en una evaluación de las amenazas más amplias y directas que enfrentamos?

Es claro que preguntas de este tipo deberían hacerse a los líderes españoles, si los hubiere (por cierto, ¿qué opina Feijóo, al que le vendría de perlas definirse en función de los intereses nacionales… si supiera cuáles son? Para empezar, en España la respuesta a la pregunta ¿estaría dispuesto a tomar las armas por su patria? Es justo lo contrario que en Europa: 80% en contra 20% a favor…)
En definitiva, cada país tiene un ejército diseñado para defenderse de riesgos con un coste abordable. No debemos abandonar nuestra estrategia de siempre para inventarnos una deprisa y corriendo y echar a la alcantarilla paletadas de dinero. No creo que toda Europa esté en riesgo de estar invadida por Rusia (no England, por ejemplo), aunque hay países adyacentes que sí, como Polonia , Finlandia, los nórdicos… pero para ese tipo de riesgos está la OTAN, que es un marco de coordinación que debería respetarse, porque si le hacemos el juego a Trump, la OTAN desaparece. Ayudar a Polonia a defenderse no es igual que mandar tropas a Ucrania. 
Cualquier movimiento de chulería y menosprecio a Putin volverá a recrear los riesgos que han causado la invasión de Ucrania: el temor a verse cercado por países hostiles. Sin embargo, aquí, tanto el equipo de opinión sincronizada como los espontáneos a tirarse a la piscina vacía haciendo un tirabuzón, resulta que saben más de estrategia que el Pentágono. Y como sigan así nos meten en Ucrania. 
La guerra de Ucrania responde a varias causas, no sólo a la sensación de indefensión de Putin. Es una guerra geográfica de reconquista, con connotaciones imperialistas que siempre han estado muy arraigadas en Rusia. Dice Kaplan en “Tierra Baldía”:

“cada gran potencia, a su propia manera, de nuevo, es una potencia imperial. El imperialismo histórico ruso (retrocediendo a las conquistas de la dinastía Romanov) resultó evidente en Ucrania. 
El imperialismo histórico chino (retrocediendo a las conquistas de la dinastía Qing) es evidente en su deseo de gobernar Taiwán.”

Una buena parte de su población admite esto con total sinceridad. Esto le da aspectos a esta guerra que nosotros no vamos más que a agravarlos si nos metemos ahí. Aparte de lo que significa Ucrania para el imperialismo ruso, que nosotros no hemos entendido.
De nuevo Tierra Baldía de Kaplan:

“Una Ucrania victoriosa [como suelta hoy la UE] de posguerra se incorporaría de modo formal o informal a la OTAN y a la Unión Europea, desplazando físicamente a la Alianza Atlántica original hacia el este, con su equivalente económico. Incluso en las mejores circunstancias, eso sería mucho que digerir para los burócratas de Bruselas.”

Europa, además, NO es una nación sentida como tal por sus habitantes; más bien lo que sienten estos es que la UE ha sido un maná del cielo, aunque los alemanes tienen una opinión matizada: el euro les ha servido a ellos para ser más competitivos en los mercados industriales; pero están en contra de que Alemania sea donante neto de masivas transferencias al sur. Su sentido del ahorro les ha llevado a tener de las menores deudas de la UE. 
En cuanto el euro, no sé cuánto aguantará los tirones que va a sufrir de unos países sobre endeudados que se ponen ahora cascos militares y hablan de escudos antimisiles… las primas de riesgo ya se están desperezando, lo que puede llevar a una situación dramática como la del 2012. Podemos llegar a un impasse financiero antes de que vayan los primeros soldados al frente.

domingo, 16 de marzo de 2025

5 años después

El Covid nos invadió hace cinco años. Con esta excusa, se han escuchado verdaderas atrocidades desde uno de los polos que son hoy la política en España (pero también en el mundo). El mundo se ha polarizado, no sólo cada país en su geografía, sino también globalmente.
Por motivo del fúnebre aniversario, se han hecho recapitulaciones y balances de opinión. Para mí tienen el vicio de centrarse exclusivamente en favor o en contra del gobierno, cuando no fue sólo este gobierno quien falló: fallaron todos por un motivo elemental: la pandemia nos cogió desprevenidos a todos. Fue un nuevo virus, desconocido por la ciencia, y hubo que forzar la marcha para conseguir unas vacunas urgentemente. Estas vacunas han sido vilipendiadas injustamente, en mi opinión, aunque hubo alguna que resultó fallida por generaba efectos derivados indeseados. 
Pero la realidad es que lo único que se hizo bien en el mundo es desarrollar una vacuna a coste razonable, que inmunizó a millones de personas. Esto fue mucho más decisivo que el confinamiento, que ahora resulta que en países donde no se hizo obligatorio (creo que Suecia), han salido mejor parados. 
Aquí en España, el gobierno conculcó la ley, por supuesto, al cerrar el Parlamento; Además, se le puede acusar de llevar una gestión conspiranoica, falseando los datos y no dando los nombres de los responsables, con el nefasto Fernando Simón de portavoz, un nombramiento cuanto menos poco estético (y nada fiable). Por supuesto la poralización de los medios repuntó, como no ha dejado de hacerlo desde entonces. Hemos llegado al límite (que pronto será superado), de la acusación de una política a otra de asesinato (y homicidio), en el marco de una guerra sin cuartel del gobierno contra la presidenta de Madrid-comunidad, una guerra sucia, muy obsesiva, y la vez burda por el material bélico usado. Pero con ello van rayando poco a poco la mente de los lerdos que les votan, pues la política se ha convertido en una pelea con tirachinas que despiden sonoras palabras dirigidas a los electores de unas elecciones que todavía están lejos. A veces me pregunto si esto no dice algo del bajo nivel mental y cultural del ejército de propaganda.
Como la polarización ya es de escala planetaria, la nuestra cobra más fuerza, aunque no se sabe muy bien contra quién vamos. En unos días fuimos adalides contra Trump, y resulta que hoy somos amiguitos de Meloni y no nos va a a llevar a la guerra que tanto desea El inglés y Macron, el pequeño Napoleón. A ver lo que tarda Trump en meterles un viaje. 
En suma, la pandemia sin la ciencia hubiera sido otra cosa más mortífera. Ciencia que cada vez concita más agresividad entre gente que prefiere creer en el yin y el yan y la milagrería, y que acusan a los poderes ocultos de haber introducido en la vacuna un chip que te absorbe la mente. Los que yo conozco son gentes de izquierdas, obviamente, tan buenorros como tontorrones. No causan a sus hijos de las vacunas obligatorias, por lo que las guarderías podrían llegar a ser caldo de cultivo de futuras epidemias. Un sector en gran crecimiento, por lo que sé.

sábado, 15 de marzo de 2025

Okupas okupados por okupas de otra banda

En Mataró, cuentan en Vox, aquí, que un grupo “fuerte” de okupas de la ciudad - el Sindicat de l'Habitatge de Mataró -, ha decidido que los okupas in situ de un edificio no eran dignos de esa vivienda, y se ha considerado agraviado; por ende, han tomado el asunto en sus manos y han expulsado a los “invasores”, quedándose con la finca. (Bueno, no niego que pueda ser al revés, porque estoy un poco confundido.)
En todo caso: unos okupas se desalojan entre ellos y las autoridades no pueden hacer nada porque la honorable municipalidad (siempre espesa y ocupada en lo suyo, como es trincar) pues está dividida en sus lánguidos apoyos a unos okupas frente a otros. 
Por lo visto, el Sindicat de l'Habitatge de Mataró está muy bien considerado por la alcaldesa (o alcaldeso), o sea, por el grupo mayoritario del ayuntamiento. (Aquí mejor consulten el artículo referenciado, pues la verdad, sigo confuso).
Esto me recuerda a una novela de Wenceslao Fernández Flórez, “La novela número 13”, que describía el estado de desorden y anarquía (o anarquía y desorden, es lo mismo) durante la República y la guerra civil española. Libro que yo leía cuando preparaba la selectividad, el examen de entrada a la universidad - entonces un examen duro que salvé gracias a los temas que me tocaron -… 
Wenceslao contaba amenamente cosas así, y yo, que entonces vivía una sociedad estable, me partía de risa y me parecía imposible que sucedieran cosas así. No puede ser - me decía -, esto es imposible. 
Bueno pues lo era, como podemos ver ahora que están pasando aquella vieja película en cinemascope a todo color. 
Otro buen libro de Wenceslao es “Haciendo de república”, unos artículos cortos en los que insistía en lo mismo. En uno de ellos contaba como un fallecido ateo había sido enterrado en suelo santo por ser de familia muy influyente. Cuando llegó la república, sus compañeros de partido decidieron enterrarle en suelo non santo; pero para ahorrase el penoso trabajo de cavar, mover, cavar otra vez , etc., decidieron correr la vaya separadora y declarar non santa a tan noble zona. De este pelaje hubo muchas, a juzgar por las numerosas variaciones sobre el mismo tema. 
Pero lo que más me fascinó en mi juvenil imaginación fue, en La novela número trece, la historia de un pueblo gobernado por anarquistas que un día decidieron ir desnudos por obligación, pues eso de vestirse era burgués y reaccionario. El experimento fue un fracaso, porque desnudos somos más feos que vestidos: más vale sugerir que enseñar. Eso lo sabe cualquiera, salvo gente ideologizada, o deschavetada, que es lo mismo.
En resolución, esto es lo de siempre: Libertad sin Orden. Una de las primeras cosas que prefigura la anarquía es suprimir el derecho de propiedad y instaurar el derecho a la Okupación. Pero claro, hay muchos que se encuentran en la anarquía como pez en el agua… sobre todo si están en connivencia con los poderes.

viernes, 14 de marzo de 2025

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que Pablo me a descubierto una nueva veta de análisis de estos tiempos convulsos, he encontrado, a módico precio (2,99 €), un resumen de un clásico:
Despeja el horizonte de ideologías perversas y de la guerra que nos quiere vender Europa.


jueves, 13 de marzo de 2025

Robert Kaplan

ElMundo publica una entrevista con Robert Kaplan, uno de los más clarividentes (y pesimistas) observadores de la geopolítica de hoy. La entrevista se titula con un dicho del autor, 

“La democracia pervive en el tiempo cuanto menos democrática es”

Es una sentencia provocativa, pero verídica, que según el autor es lo que se comprueba al leer la historia de la humanidad. En su nuevo libro, “Tierra Baldía”, explica por qué, en su opinión, estamos en una fase histórica epigonal de la que no se espera que salga nada previsible y tranquilizador (Absténgase de leerlo el que quiere mantener un optimismo incólume ante el futuro). 
Kaplan es un autor interesante porque su instrumental analítico no es científico, sino que se basa en una amplia cultura que le sirve para encontrar analogías y puntos de apoyo tanto en la historia como en la Tragedia griega, o la Novela, que según él es capaz de reflejar una gran verdad que pasa desapercibida a los más sesudos eruditos. No por eso renuncia a ser riguroso en su desarrollo discursivo; su opinión es muy respetada en su patria, EEUU, por la que muestra una gran preocupación.
En Tierra Baldía parte de una comparación (creo que acertada) entre el mundo de hoy en descomposición y lo que fue la desafortunada “República de Weimar”, régimen político de Alemania de entreguerras impuesta a Alemania por los vencedores de la primera Guerra mundial. 

“El mundo entero es un gran Weimar en la actualidad… Al igual que en diferentes partes de la República de Weimar, nos encontramos en una fase sumamente frágil de transición tecnológica y política.”

Fue desafortunada porque fue un régimen diseñado con todo el idealismo pero ni una ración de realismo, que dio lugar a una sociedad descreída, empobrecida por las duras reparaciones de guerra impuestas por los Aliados, lo que desde el primer minuto impregnó a dicha sociedad de un rencor y a la vez una frivolidad cínica degradante: nadie creía más que en el placer inmediato, Berlín era la capital de la fiesta continua mientras su clase media yacía en la calle empobrecida tras una hiperinflación y una posterior contracción en 1929. Efectivamente, el resultado que trajo el destino de ese frenesí fue Hitler, un castigo demoníaco para toda Europa: Hitler.

Weimar fue el ejemplo perfecto de la sociedad actual, borracha de democracia - y de otras sustancias sin tasa -, que no se da cuenta de lo que dice Kaplan: el orden debe ir antes que la libertad, porque sin orden no hay libertad para nadie... De ello eran conscientes los padres de la patria americana, que fundaron una república que, a diferencia de una democracia, gobernarían las elites votadas cada 4 años por el pueblo.
Desde los padres de la patria, incluso de antes, EEUU ha fomentado la excelencia, para Jefferson la base de una sociedad libre y próspera. Este espíritu de superación individual como la base del bien social ya no es de recibo, según Kaplan, y la única manera de contener la deriva hacia el desorden y el caos sería volver a esa creencia… lo cual, piensa, es imposible. La única ventaja de EEUU es que está un poco más retrasado que los demás en la decadencia. (Tengo un amigo militar que cree por eso que EEUU será la Constantinopla de ahora, el trozo del imperio romano último en caer ante los sarracenos). 
Es verdad que los textos de Kaplan son rigurosos en su razonamiento, pero como he dicho, no son científicos; no responden a una ciencia establecida, sea la sociología, la economía o la historia. Sin embargo, te permite ver intuiciones que sientes sobre lo que estás viendo. Digamos que te pinta un cuadro grandioso que ilumina esas intuiciones.

“Las analogías pueden llevarnos por una senda peligrosa. No obstante, a menudo es la única forma de comunicar y explicar. Mientras por un lado una analogía es una distorsión imperfecta, por otro lado puede crear una nueva conciencia, otra forma de ver el mundo. Solo por medio de una analogía puedo empezar a describir la profundidad de nuestra crisis global. Tenemos que ser capaces de tener en cuenta que literalmente todo puede ocurrirnos. Esta es la utilidad de Weimar.”

 Por eso digo que se abstengan los que no quieren renunciar a su visión rosácea que, como decía el mismo Erasmus en su “Elogio de la locura” es necesaria para vivir. Pero, que quieren, Kaplan es fascinante, adictivo. Creo que las dos inclinaciones del ser humano, la curiosidad insaciable versus la locura, son irrenunciables. La curiosidad llevaba a André Gide a pedir a Dios que por favor nunca le revelara el misterio, pues no se podía vivir sin perseguirlo incesantemente. Pero es difícil sobrellevarlo sin la ayuda del olvido, o del aturdimiento de vez en cuando, o… que cada uno ponga su método personal. 
“El sentido de la vida es hallar una idea de qué es la vida”, decía E. J. Lo importante es que haya preguntas, aún sin respuestas.

Robert D. Kaplan: "La forma de democracia más exitosa es que no exista demasiada democracia"