"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 12 de junio de 2025

La endeble democracia en España

“Aquel país rural —tan brutal a veces— y aquella otra sociedad marginal urbana…”
“Yo siempre me he inhibido de la política porque me ha parecido un caso sucio de compadres”.
“No hay más que ver las caras de los políticos españoles. No hay nadie que tenga aire de algo, ninguno; todos, militares y paisanos, no tienen aspecto de nada. No se ven más que caras mediocres. ¿Qué van a hacer estas gentes? Fracasar en todo”.

(Pio Baroja)

España ha tenido más o menos suerte que otros países: ha disfrutado de dos regímenes democráticos: la Restauración 1875-1923, y la Transición, 1975-20??). Apenas cien años entre las dos. Curioso: dos períodos de 50 años en paz y orden seguidos ambos de convulsiones y guerra civiles (la guerra cantonal de la primera república y nuestra guerra civil). No pongo el entrecomillado en barbecho; lo pongo por la incertidumbre creciente del golpe de estado en marcha, cada vez más avanzado - aunque hayamos conseguido un breve fruncimiento de cejas en la vieja y alcahueta Europa, por el espectáculo que damos al mundo. Europa, a la que más importa que no se pierdan los tapones de plástico de Coca-cola que la desvaída economía europea.
Quiero recordar que algunos lo vieron venir. 
Y la historia se puede ocultar, pero no cambiar. Los pasos cronológicos que  definen un periodo (que podemos llamar era), están escritos en piedra. Aunque la misma Europa lo quiera ocultar. Y el “Magno Periodo” vivido entre 1975 y 2008, merece todos los aplausos por los logros recolectados. 
Si los dos intentos de que en España cristalizase un régimen liberal con separación de poderes, un rey constitucional con diputados electos, jueces independientes, y elecciones periódicas, fue por una causa común en las dos: desde el origen hubo un rechazo total al régimen de la izquierda, la ultraderecha carlistas, predecesores de los nacionalismos venideros. En la Restauración, que dio esperanzas a acabar con las guerra carlistas, fue porque cuando estas pasaron de carlismo al nacionalismo separatistas - con su mismo integrismo catolicón -, fue por la amistad sin fisuras que siempre mostraron los derechistas ultras con los partidos revolucionarios, principalmente el PSOE, partido definido como federal-separatista desde su fundación. 
Por ejemplo, el buen entendimiento entre el separatista Cambó y y la izquierda para aniquilar el régimen de la Restauración, algo que tuvieron a su alcance en 1917¡ en olema revolución bolchevique y una guerra mundial.
Así no es extraño que en la confrontación por la conquista de poder fue una confrontación “a por todas”, es decir a por un régimen enemigo de la lucha de clases y que no valía la pena salvar, sino derribarlo cuanto antes para conquistar el poder por la fuerza, lo que decía la doctrina marxista. Si el PSOE participaba de ese sistema era para recobrar fuerzas, como lo hicieron en la dictadura de Primo de Rivera, entre 1923-31. Al final de esa dictadura se habían conseguido logros importantes en el establecimiento de orden en una sociedad con el pistolerismo desatado en las ciudades, sobre todo Barcelona. Mientras el PSOE pactaba con Primo de Rivera un pacto de no agresión, que permitió al PSOE rehacerse de sus heridas, estabilidad económica com buenos cargos, y prepararse el siguiente asalto a la República.
No, el PSOE no hacía ascos a asociarse a unos u otros si estratégicamente le convenía- lo demostraba fehacientemente su indiferencia a la Nación, cuestión de paquete en una negociación. (La Nación nunca ha tenido para estos desampresivos más que valor de transacción comercial.
La monarquía estaba muy desgastada. Había permitido la dictadura bajo el manto de la corona, lo que le había dejado sin argumentos que lo justificara. El rey propuso seguir con la Restauración como si nada hubiera pasado, pero las fuerzas, los partidos moderados que antes le apoyaron le dejaron caer. Llegó un momento que se se dilucidaba qué partidos podrían sacar “eso” adelante, si valía la pena, o no, quitarse al rey de encima. Tan endebles y desvalidos se sentían los del “antiguo régimen”, que no se les ocurrió otra que montar unas elecciones municipales, a ver por dónde salía el pueblo. 
Al salir victorioso el grupo republicano en las grandes ciudades - pero no en España- el miedo paralizante de los antiguos partidos enardeció a los republicanos, que se lanzaron a la calles a proclamar la república y tomar por el amedantramiento las casas civiles del Estado. El rey fue despachado a Valencia,con destino a Francia, donde se encontraría con su familia. 
Y así, de manera convulsa, España cambió en dos días de una monarquía parlamentaria a una República que estaba por hacer.
Esto, por sí mismo, demuestra la otra gran fuerza que quiero destacar aquí, porque su presencia se ha repetido en todas la convulsiones:
1- invasión napoleónica: mientras la corte huía a Francia a entregarse a la voluntad de Napoleón, el pueblo de Madrid, a pecho descubierto, arreciaba contra la soldadesca francesa. 
2- la cesión vergonzosa a la izquierda republicana de el Estado de la Restauración, perfectamente reformable, pero bajo las prisas y el miedo no se podía esperar una resistencia mínimamente organizada. 
3- mentira sobre mentira, bajo el espíritu de la “historia democrática” (en realidad espíritu marxista/Zapatero), hasta hace poco no sabíamos qué había sucedido durante la República y la Guerra Civil, un episodio negro que hasta salió Pío Moa del arcón - lo que le mereció el ostracismo menos merecido por parte de la historiografía oficial y académica -, que siempre ha aceptado el camino marcado los los que mandan en la academia, los marxistas y neomarxistas.
No hay otro secreto para convulsión de la política en España que el no saber estar ni cumplir con su deber de la élite de uno y otro signo. A ello ha de añadirse la distopía de los partidos de la izquierda, en especial el PSOE, que nunca fue socialdemócrata y siempre prefirió la ruta de la violencia y guerra civil, como sus propios dirigentes decían.  El PSOE nunca aceptó reglas constitucionales más que por razones táctica, para dar mejor el golpe en otro momento. 
4 - Y, finalmente el presente. El presente es una recopilación de las situaciones convulsas analizadas antes. Tenemos un régimen constitucional incapaz de defenderse a sí mismo. Estamos asistiendo a un golpe de estado “blanco” sin que nada ni nadie sepa cómo frenarlo. Tenemos una Constitución tan democrática que cualquier mindundi, véase Pumpido, es capaz de trastocar la existencia de la Nación española para dar cabida al separatismo. Tenemos un sistema electoral tan pulcro que nos apañamos bien para tener una representación sobredimensionada de diputados antiespañoles. Tenemos unas reglas de juego exquisitas, pero sin un hilo para que una autoridad moral como el rey pudiera, en caso excepcional, convocar elecciones anticipadas bajo determinados supuestos de gravedad para la Nación. La cosa da para que los grupos catalanes estén preparando el process 3.O. U todos los demás mirando a las estrellas. Sin con estos mimbres no se puede hacer un cesto, con estos políticos no podemos hacer nada positivo. 
Esto nos lleva a las frecuentes y crueles convulsiones en España, lo que quiere decir lo que quiere decir, ni más ni menos.

3 comentarios:

Pablo dijo...

"Un adelanto de lo que sin duda tendremos." La única pregunta es cuando.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Ya falta menos…

Pablo dijo...

Y tan endeble...
https://x.com/manuel_llamas/status/1933844259330724015?t=aHMBQnYRiq0XbdyMvbr1lA&s=08