Cuando Europa se sintió fuerte, decidió dar el salto hacia la unión política total. Se puso la primera piedra con el Tratado de Maastritch, primera declaración de intenciones de que desde ese momento, cualquier paso sería irreversible. Por lo tanto, la Unión Monetaria, decisiva en el camino hacia la unión, no tendría ninguna salida posible ni voluntaria ni forzada. A eso se le llama quemar las naves para no tener más remedio que avanzar.
¿Europa? ¿quién puede decir lo que es Europa? Europa existe físicamente, aunque sin mucha precisión. ¿Turquía, es Europa? La única idea que conocemos todos de Europa y su Unión es que "es la voluntad de que no vuelvan las guerras que asolaron Europa". Hay otras ideas alternativas, pero que no han cristalizado oficialmente: Europa es la cristiandad, se descubre ahora. Y es cierto, si algo define a Europa es el cristianismo; Europa se hizo a sí misma defiendiendo el cristianismo frente al Islam -dice Julián Marias. Pero no creo que esa idea tenga la homogeneidad y la fuerza para priorizarla sobre otras consideraciones, más prácticas, y fundar un europeismo sobre ella.
Se es cristiano en muy distintas concepciones: Inglaterra es cristiana, y el continente también: Pero Francia tiene un catolicismo muy distinto del Español, y el concepto de sociedad del protestantismo Inglés es opuesto al del catolicismo español. Si nos pusiéramos a discutir ahora los méritos de uno u otro concepto religioso, nos dividiríamos más, seguro.
Así que se tiró por el camino eminentemente práctico, lo cual me parece bien. En lo práctico incluyo la "solidaridad social", imprescindible, se entienda como se entienda.
Pero, en un momento determinado, se decidió erróneamente que por lo práctico podría aspirarse a un poder equivalente al de EEUU, abandonar su alianza que había funcionado razonablemente bien desde la guerra, y Tratarle de tú a tú. Se dio un salto gigantesco del concepto de Gaulliano de Unión de naciones soberanas (confederal) a cesión de soberanías en una sola (federal).
Recuerdo a Felipe Gonzalez, cuando se negociaba el tratado de Maastritch, diciendo: "Bueno, de aquí se irá a un concepto confederal o federal, qué más da"... A él le daba igual, evidentemente, pero las consecuencias sería distintas... En el sistema mal llamado democrático, que tenemos, lo único que le interesa al mandatario de turno es salir airoso de sus responsabilidades, y no es airoso pasar a la historia como el que truncó el proceso hacia la Unión. Eso imprimió una inercia al movimiento que, cuándo cogió fuerza, se hizo imparable. Ya nadie se atrevía a manifestar dudas ante una opinión pública no muy captada por la idea de la felicidad eterna gracias al euro. En Alemania, e incluso Francia, un gran sector social estaba contra la idea; y no digamos en Inglaterra, que no entró. En Francia se hizo un referendum (última oportunidad de hundir el barco) en el que ganaron por los pelos los euristas, y en Dinamarca perdieron, lo que retrasó unos años el euro.
Por lo menos en esos países hubo un gran debate de ideas, cosa que no aconteció en España, donde el debate de ideas siempre empieza con una idea indebatible: la que se debate. Con este simple condicionante se lanza las fieras (periodistas ignorantes) a la arena televisiva, y así salen las cosas.
Ayer me decía un amigo, médico, que el veía que esto no aguantaba. Decía, entristecido, que había faltado al euro y la unión una carga emocional... Pero yo creo que la ha tenido: una carga emocional negativa, que es la que destacaba Krugman en un sencillo pero espléndido artículo que traduje ayer en el Aerostato. Sí, si que ha habido carga emocional, pero ni a propósito hecha para enfriar y odiar el euro y las instituciones que le rodean. Negativa, abstracta, vergonzante, simbolizada en esos puentes y símbolos abstractos que ilustran las monedas el euro, y que nadie sabe lo que son...
Yo creo que la carga emocional ha tenido un doble cometido: ha vaciado de emoción el sentido de nación como algo obsoleto y antiguo, y luego ha producido un rechazo instintivo por el "creacionismo" eurista. referendums tras referendums han demostrado que los europeos están más que hartos. O sea que nos han dejado sin lo uno y lo otro.
De todas maneras queda mucho trecho por recorrer al euro, pese al desconcierto general y la tendencia centrífuga que ha despertado. El euro no se cuestiona en muchas partes, aunque sí, abiertamente, en el único país que puede protegerlo. En España adormecida, ni se discute del tema, así que, cuando falle, nos enteraremos por la prensa y TV.
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
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