Es lo que nos explica Anxo en su artículo, aunque más sofisticado, pues habla de modelos que se han introducido desde la física (él es físico), con el fin de ampliar la eficiencia de los modelos usados por la regulación. Hasta hoy, la regulación se basa en someter a disciplina a cada uno de los bancos y actores participantes, sin tener en cuenta el conjunto. Ergo el conjunto puede petar pese al buen comportamiento de los actores.
Los de "Las ciencias de la complejidad", por el contrario, pretenden introducir métodos de regulación del conjunto.
Supongamos un sistema A en equilibrio, con cada banco cumpliendo sus ratios de capital y de liquidez. Un cambio en uno de los actores o en su relación con los demás puede arrastrar a todo el conjunto a la quiebra y, como sucedió en 2008, a poner a la economía al borde del precipicio.
No hace falta, repetimos, que la variación sea irracional. Puede ser un aumento del apalancamiento de uno de los bancos sobre otro, pero como éste está ligado por relaciones dedudas-activos con los demás, un error puede transmitirse a todos los bancos, sanos o insanos. Eludiendo la complejidad matemática del artículo, traslado aquí un parrafito de Anxo que explica muy bien lo que quiere decir:
Es decir, los datos individuales de los bancos no son suficientes para determinar la estabilidad del sistema, y cuando un banco se expone a otro sin tener en cuenta la relación de este con los demás puede alterar la estructura de todo el sistema. El mecanismo básico (pero no el único) es la aparición de ciclos, que hacen que una vez que se inicia un proceso de contagio se vaya amplificando al recorrer el ciclo una y otra vez. Esto ocurre también en simulaciones más realistas.
Lo mismo que se modeliza para los bancos puede hacerse para La Bolsa, y en mi debate con Enrique Zurita creo favorece mis posiciones. La Bolsa es en su conjunto un riesgo sistémico por mucho que sus participantes sean racionales y eficientes. No es la intromisión del intruso analfabeto la que desestabiliza La Bolsa. Es el propio sistema. La clave está, por supuesto, en el apalancamiento, sin el cual no habría tantos riesgos cruzados invisibles, o "Cisnes negros".
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