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Ya he dicho que en mi blog hablo libremente. Pero, en todo caso, La puerta está abierta a la réplica a quien quiera darse por aludido.
Hay otros que no tienen ese canal a la réplica abierta. Esta mañana he oído a Federico en la COPE hablar de economía: penoso. Penoso porque no tiene ni idea, y penoso por la frivolidad con la que se toma lo que se está intentando hacer para frenar la crisis. Luego ha ridiculizado encarnizadamente (como siempre hace) a Magdalena Álvarez -con razón- pero él es igual o peor que ella. Por cierto, que creo que él se permite más liberalidades que yo en el tratamiento de la gente de la que habla, pero sin canales abiertos a la réplica. Me entristece decirlo, pero cada vez se parece más a un maestrillo sabelotodo.
Poco después, he oído a Carlos Herrera en ONDA CERO explicar lo que es un ciclo bajista para la gente profana. Una diferencia como del día a la noche. Herrera, sin ser economista, se ha molestado en asesorarse y ha explicado perfecta y meridianamente por qué y cómo en el ciclo bajista en el que estamos se va a seguir destruyendo empleo, diga lo que diga Zp. El que estuviera despierto a esas horas ha recibido una sencilla y honrada lección de economía. No sé que tipos de oyentes tienen unos y otros; me lo imagino más o menos, pero desde luego con lo que hace FJL se pierde audiencia; con lo que hace CH, se gana.
He intentado la respuesta directa en LD a los artículos que me llaman la atención por su incuria, pero no sé porqué rayos tengo que darles mi nº de teléfono. ellos se protegen bien de la posible crítica.
Cuando digo ellos quiero decir todas las figuras, desde Federico, Girauta, LLamas, GEES, etc, que han dicho las mismas nonadas sobre la crisis y las políticas aplicadas. Especialmente doloroso me ha parecido lo de GEES, al que seguía con entusiasmo, hasta que en un art. sobre la crisis me sacó de mi "ensueño": unos que se dedican a estudios estratégicos NO pueden ignorar la crisis del 29 y sus consecuencias estratégicas (y trágicas). No pueden. Si lo hacen, se han retratado.
Las interrelaciones entre la primera guerra mundial, la crisis del 29 y la segunda guerra mundial son demasiado importantes como para ignorarlas. Un economista puede justificar no saber estrategia, pero un estratega tiene que saber que se están repitiendo hechos que condicionaron la segunda guerra mundial de una manera muy significativa: que Hitler llegó al poder en un país arrasado por el tratado de Versalles y por la crisis. Que el triunfo de Mussolini no es ajeno al malestar social causado por la crisis. Que la respuesta de Inglaterra y Francia a Hitler se demoró, entre otras cosas, porque económicamente estaban hechos unos zorros y no había recursos sobrantes para rearmarse. En fin, que el profundo malestar abrió las puertas, en Europa, a los partidos que una década antes no existían ni se imaginaban, y que el miedo a la revolución comunista en auge hizo que las clases medias se echaran en brazos de los únicos partidos que prometían orden: los nazis y fascistas.
Todo esto me lleva a decir que el liberalismo no reside en LD. demasiado dogmáticos sobre unos textos meritorios, pero insuficientes para explicar la realidad. El verdadero liberalismo está en EEUU. Estos liberales nuestros son liberales de salón. Torean muy bien en sus salones, sin cornamentas que embistan todos los días. Muy fácil. Por cierto, salones muy bien amueblados por rentas muy coquetonas.

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