"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 5 de mayo de 2011

Otra perla Jurídica

Maruja Torres, en el País:

Nos hallamos inmersos en un ambiente moral caracterizado por el infantilismo más agudo. Ello explica los tres falsos debates abiertos en los medios a raíz del reciente ojo por ojo practicado a Bin Laden.
Uno: fue justicia o fue venganza. Para que haya justicia tiene que haber una actuación judicial, una detención y un proceso. Fue venganza. Es cierto que un juicio de este tipo corría el peligro de provocar a los terroristas; pero los pequeños españoles nos arriesgamos a ello, juzgando a los autores del 11-M (sic). Que no es justicia lo avala ampliamente el hecho de que, aparte de Barack Obama, esgrimen tal argumento los conocidos juristas Bush hijo y Aznar, que le ha mandado un telegrama al sucesor de su amigo.
Efectivamente: los "pequeños" españoles nos arriesgamos a ello, y nadie movió una ceja  para apoyarlos o defenderlos (a los convictos), lo cual, tristemente, me lleva a sospechar que no fue AlKaeda quien lo hizo. Pero, bueno, repito: si fue AlKaeda, ¿por qué esa frialdad ante la muerte del criminal?
Si fue Ben Laden, yo me alegro de su muerte. Si no lo fue, también, porque las imágenes de los aviones impactando en las Torres, y éstas cayendo ante el estupor del mundo, nunca la olvidaré. Nunca, ninguna película de ficción que haya visto o veré, podrá impactarme con la sensación de desmoronamiento del mundo. Como tampoco olvidaré la imagen de los trenes de Atocha explosionando ante el pánico de los pobres viandantes  que allí estaban.
Terrorismo: ejecución de personas inocentes, de manera brutal, para infundir el terror entre los supervivientes. Son crímenes que intentan transcender en el tiempo, más allá de su vileza moral. Persiguen doblegar a una sociedad, que ésta pida a gritos a sus representantes, que se rinda. Y a fe que en España lo han conseguido.
Los actos terroristas están impregnados, revestidos, de una ética, son crímenes horrendos porque están hechos en nombre de una ética, que sólo podemos juzgar desde otra ética, la nuestra. Para ellos no sólo es justificado el terror, sino que su dios (o su patria) se lo agradece y premia. Ben Laden se regodeaba con sus amigos viendo la imagen de sus crímenes. Etarras celebran con champán en las cárceles, los crímenes de sus compañeros. Para ellos son grandes victorias altas cotas de éxtasis y de empatía con sus simpatizantes.
No es guerra, ni lógica de guerra, es otra cosa. Se ríen de nuestros tribunales, cuando les procesan. ¿Ha visto doña Maruja cómo le sierran (no le cortan, eso sería poco sufrimiento) la cabeza a un periodista occidental que han capturado? es fácil, pues luego difunden las imágenes, se las mandan a los familiares. ¿Cómo se puede soportar eso, esa rendición de antemano ante el enemigo, que va creciendo, engreído?  Estoy seguro que podíamos haber acabado con ETA hace décadas, con tal de que hubiéramos estado de acuerdo en ello.
¿Por qué darles la ventaja de nuestras disquisiciones bizantinas?
 No veo, entre tanto empeño en la melopea de confusión jurídica, ni una gota empatía con las víctimas, como no la han demostrado nunca a lo largo de nuestra historia reciente.
Infantilismo atroz, el vuestro.  

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