Se habla menos del montaje que organizó para “llegar” en taxi (y no en coche oficial) desde su casa a Telemadrid, montaje del que se sigue descubriendo más puntos sospechosos: el taxista es un miembro de Podemos, ésta en la lista electoral, y se sospecha que le recogió a 50 metros de la Emisora, donde llegó en su coche oficial (véase el último Quilombo). Por cierto, ¿que hace éste sujeto que ya no está en el gobierno usando coches oficiales?
Da miedo. Estos sujetos no tienen límites a la hora de forzar una realidad que no les favorece, y ello gracias a que tienen a su disposición emisoras de Tv dominadas por agentes suyos, políticos y sindicales. ¿Y quién regaló esos medios a la izquierda? Pues nada menos que el PP, que tiene un pasado de alfombra voluntaria de grupos izquierdosos que no soñaban éstos en su vida. Telemadrid, una sucursal de la izquierda gracias a peperos como Gallardón, un personaje del PP reprimido, no sabemos el porqué, en sus siniestras ínfulas de ateo izquierdoso.
Esto, por unas elecciones regionales en Madrid que parecen una guerra sucia. Sucia por un bando, hay que decirlo, capaz de usar recursos sucios e incluso la violencia (véase Vox en el mitin de Vallecas) para conquistar la capital, el único muro de resistencia a la política supuestamente progresista - en realidad sucia, artera - que hoy impera en España.
Es lo malo de la grandísima política y candidata Ayuso: es del PP. Desgraciadamente, su gran personalidad será subsumida por un partido moralmente desvaído, en manos de un grupo que seguro no está nada a gusto con una candidata con tanta personalidad. Es lo malo del sistema electoral español, en el que no se pueden elegir personas. Las elecciones
proporcionales, un veneno para la representación democrática.
Es lo que tenemos.
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