"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 8 de junio de 2021

Ideas económicas comunes

Las ideas económicas más divulgadas suelen ser erróneas y muy perjudiciales para el buen resultado económico. Desgraciadamente, en España, esas ideas son apoyadas o alimentadas por las propias autoridades.
Una de esas ideas, que temo se transmite en el bachillerato cuando en verdad debía ser corregida, es que el fruto económico (digamos el PIB), es una tarta de determinado tamaño, de manera tal que si consigues aumentar tu porción es porque se la has arrebatado a otro, o viceversa. De ahí que cuando hay crisis, y el PIB disminuye inevitablemente, se frustran necesariamente las expectativas de la porción de tarta que toca a cada uno, y surge el malestar y la amargura que se desencadenan en la sociedad - malestar justificado en muchos porque pierden el trabajo o sus ingresos. 
Es difícil convencer a la gente que se está haciendo lo posible para superar la crisis, pero mucho más si la visión general es que la “tarta es fija”. Porque la solución pasa por aumentar cuanto antes el PIB o tarta, no repartirla improductivamente, obedeciendo a los grupos de presión, de manera que el reparto final afecta gravemente a la productividad futura. La tarta ha disminuido, hay gente más necesitada que otra, pero hay que tener cuidado para que no caer e tentaciones de ceder a tal o cual grupo de presión, descabalgar la estructura productiva, de manera que le recuperación sea más penosa y tardía. 
Yo no creo que haya mucha gente que piense recto que la tarta es creciente en tiempos normales, y que la política económica debe atender a objetivos presente y futuros, que son los más complicados y disputados. 
Los pensionistas, desde su perspectiva vital, son egoístas, y quieren una subida de su pensión ahora. Pero el estado ha de atender a la obligación que tiene respecto a las pensiones futuras, de ahí que deba proveer con tino a esas pensiones futuras, instrumentar medidas para que ciertos límites de trabajadores/pensionistas no se desequilibren. Si las previsiones demográficas apuntan a una fatal reducción de la población laboral y un aumento de los pensionistas, hay que tomar medidas complejas para que el tamaño de la tarta siga creciendo, y no se la coma ahora la mala gestión de las pensiones. 
Como, por cierto, sucede en España, en que la pensión actual de los perceptores ha aumentado más que los precios (es decir, ha aumentado en términos reales), mientras que las reservas del futuro han disminuido, y sin embargo han presionado con tenacidad para obtener más. A ellos no les preocupa el futuro a medio plazo de país. 
Algunos países europeos (Inglaterra, Austria, Holanda) han impuesto medidas para solucionar esto, medidas que impulsan el ahorro privado de los trabajadores como fondo de sus pensiones futuras (tal medida, con sus variantes, es llamado el sistema de “la mochila”, en la que el trabajador acumula un ahorro de su sueldo que se lleva en su mochila si es despedido o se va a otra empresa, en la que sigue acumulando fondos). Estos fondos son además sustitutos del impuesto que antes pagaban el trabajador y el empresario como contribución a la Seguridad Social, con la que se pagaban las pensiones actuales. Se trata de que ahora financien las pensiones de futuro, que no sea a cargo de los trabajadores del futuro. 
Europa debería impulsar un movimiento de todos los países en ese sentido, 
Pero se enfrenta a la fuerza más o menos consentida de los sindicatos de cada país, que también tienen representación en las instituciones europeas.  Tanto los países como la UE muestran una debilidad mórbida ante el problema. 
Tampoco deja de ser un problema electoral, en el que el gobierno siempre está tentado de poner el objetivo en la cantidad de votos que representan los pensionistas. Nadie va a votar por el futuro, en el que sólo vivirán sus hijos.

1 comentario:

Pablo dijo...

Solo vivirán sus hijos... si es que los tienen, que cada vez es más raro, aquí y en todas Europa.