Una cita de Hayek demuestra que no estamos ambos tan en desacuerdo, cita que entresaco de la que me ha mandado uno de los críticos.
Y me parece haber un paralelismo entre ese buen salvaje, al que pervierte el estado, con el buen hombre que sin hacer daño a nadie, convive con sus vecinos e intercambia sus mercancías.
No puedo creer en ello sin pensar que Rousseau fue el antecesor del comunismo, consecuencia de creer que el hombre es bueno y lo pervierte la sociedad, la propiedad privada, a las que que demoler para que resurja el hombre bueno.
Repito: no hay mercado, ni actividad pacífica alguna, sin ley. Por supuesto, mejor que está ley sea democrática, pero eso no llegó hasta la revolución “gloriosa” en Inglaterra. Tiempo al tiempo.
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