Si todo este sueño pesadillesco de borrachos resacosos se cumpliera, dicha bandera tendría tres estrellas más y flotaría al viento en tres nuevos territorios convertidos en nuevos estados useños.
(Por si acaso, no he dicho que Trump y Musk hayan cogido una trompa elefantisiaca, sino que han actuado como si. En términos presuntos)
Vayamos a las consecuencias. De repente los mercados se han acordado que todos los países líderes están endeudados hasta las trancas, y que las previsiones de un 2025 tranquilo y beneficioso empiezan a romperse por las costuras. Además, resulta que en la borrachera creativa han anunciado aumentar el déficit fiscal, pero a la vez subir una burrada los aranceles, lo que en el más elemental sentido común se traduce en un repunte de la inflación. Ergo, si había ya una lógica de subida de tipos de interés por el déficit y la deuda, si encima hay riesgo de más inflación y de bancos centrales intentando taponar la avería con subidas renovadas de sus tipos de interés… el panorama se empaña notablemente: Posible conflicto de grandes potencias que no se van a quedar quietas si EEUU decide poner un pie en Groenlandia, O Panamá (supongamos que lo de Canadá va de farol etílico). Resultado: más posibles subidas de tipos de renta fija, que ya están llegando al nivel de la rentabilidad esperada de las acciones, que deben, supuestamente, rendir más que la rentabilidad fija por que corren más riesgos. Entonces, ese escenario rosáceo que se vislumbraba de crecimiento fuerte, ausencia de inflación, tipos de interés fijos estables, y eclosión (que ya viene tardando) de la IA, se ha nublado. Se van a oír “tambores lejanos” y ruidos de craquelaciones inquietantes.
¿Pero no venían estos tipos a imponer una paz en Ucrania, estabilizar Oriente medio, y liberalizar la economía, y a liquidar sin misericordia al Woke? La verdad es que vaya forma de liberalizar. Vaya forma de darle alas al Woke. Por eso he puesto el símil de la borrachera, porque desde luego rapto de lucidez no lo parece.
Si se piensa bien, esto era de temer. Vivimos tiempos de aflicción, deletéreos, en los que cualquier cosa es posible menos seguir igual, por no mencionar lo imposible: ir a mejor. Hemos de acostumbrarnos a este signo de los tiempos, que son recios para nuestra enfeblecida conciencia humana, muy atormentada de culpabilidad. Nunca hemos creído tan poco en cosas mínimamente serias, y tanto en frivolidades que acaparan los titulares de la prensa. C’est la vie.
En cuanto al patio de atrás de Europa, o sea nosotros, antiguo Imperio imperial, seguimos en nuestras cuitas; sigue ganando por goleada el inquilino de la Moncloa, retocando leyes para refinar un poco más su “muro protector”, en realidad cada vez más divisivo entre españoles. Nos han embarcado en una trifulca sobre Franco, en la que los hunos y los hotros no saben a ciencia cierta cierta qué papales les tocarán. ¿Héroe o villano? No creo que haya muchos héroes, aunque la masa aplaudirá según quien tire más caramelos, como en la cabalgata de los Reyes Magos. Y es que sí, somos como niños.
Voy a formular una pequeña ley histórica sin más ambiciones que de copyright. La historia es acción y reacción, y consecuencias indeseadas. Ejemplo: Crece y se consolida el Woke, y se apropia de las etiquetas de la izquierda; los disgustados, cada vez más, contraatacan tarde y mal, y surge una nueva derecha conservadora no exactamente igual a la anterior. ¿Quë tiene que ver Kenedy con Biden? Nada, salvo que el Woke dio sus primeros vagidos con él. ¿Y Esinhower con Trump? Nada, salvo que uno era un conservador realista y el otro es … indefinible. Pero todos ellos son pequeños eslabones de las consecuencias no deseadas.
3 comentarios:
Lo más desconcertante es el papel, que no entiendo, de Musk como desestabilizador precisamente de los aliados de EEUU, básicamente Alemania y el UK. La campaña a favor de AfD y en contra del primer ministro británico (recién elegido) no tiene precedentes. No es que no se lo merezcan pero, ¿que magnate se ha arrogado nunca tal autoridad? Este hombre (si no cambian la constitución) no puede ser presidente useño pero tal vez el lo que quiere es ser emperador...
Bueno, es que se han salido ambos de las promesas electorales. Y Musk ya da más miedo que Trump. Me han dicho que es ya propietario del 49% de satélites que hay en el espacio, lo que debe suponer el 80% de los que funcionan y más modernos. Poco falta para que prohíba la circulación libre de información en el sentido que a él le venga peor.
Y pone en órbita la mayoría de los nuevos satélites que se lanzan al espacio con sus cohetes reutilizables. Amazon es dueña de los megaservidores (grandes como manzanas enteras de edificios) que acogen los datos "en la nube". De hecho controlan más de la mitad del tráfico mundial de datos por Internet.
Bienvenido al mundo de la tecno oligarquía, donde los reyes son derribados por nuevos reyes aún más poderosos. Menos en China claro, allí nadie se atreve a mirar a los ojos al dios estado.
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