"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 20 de marzo de 2025

Recortes sobre la Historia, la Evolución y la Decadencia

He aquí un ejercicio de pastiche de grandes aportaciones de varios renombrados autores. Lo único que añado es unos párrafos de coordinación y una breve introducción. El tema principal es la Decadencia de la civilización, tema tan caro a Splenger, el papel que juegan las masas cuando los revolucionarios han olido la herida por la que sangra “lo anterior” y se puede empezar las labores de demolición (obsesión de los republicanos españoles, como Azaña, que odiaba la historia de España y decía que había que empezar de cero con el equipo de demolición).
Los grandes cambios revolucionarios que han llevado a dictaduras totalitarias se han potenciado con el control de las masas. Donde no hay masas manipuladas mejor hablar de un golpe de estado, o un golpe de palacio. Tanto la Revolución Francesa, como la de Lenin (que admiraba enormemente la primera), como la de Mao... son grandes movimientos de masas. Las masas son aglomeraciones de gente sin ningún espíritu libre que obedece perrunamente a una consigna que le señala el objetivo. Estas masas son fenómenos sobre todo debidos en la sensación deprimente de alienación. 

Elías Canetti, Masa y Poder:
Un objetivo principal de la masa es dar caza a quienes no son suficientemente virtuosos, como los que están «en el lado equivocado de la historia» - como dice nada menos que Sánchez de los que no están a su lado -, pero, al fin y al cabo, declarar a alguien así es suponer que se conoce la dirección de la historia, un nivel del conocimiento no concedido a nadie. Porque ni siquiera quienes luchan contra el más abyecto de los despotismos pueden estar seguros de cómo acabarán los acontecimientos. Lo único que pueden hacer es luchar. Por lo tanto, reclamar categóricamente que se conoce el futuro cae dentro del ámbito de la ideología, de la que la multitud, o la turba, es un arma principal. Canetti, como escritor, es tan despiadado y obsesivo como las masas que describe, descomponiéndolas y catalogándolas en el transcurso de más de quinientas páginas. 
La existencia de la masa de acoso lleva al fenómeno de las ejecuciones públicas, que están vinculadas a la práctica del asesinato colectivo. «El auténtico verdugo es la multitud reunida en torno al cadalso», escribe Canetti. La más primitiva de todas las manadas multitudinarias dedicadas a la matanza colectiva es la turba que lincha, que piensa de sí misma que es humana solo porque sus integrantes no hincan realmente los dientes en la víctima. La víctima tiene aquí un aspecto diferente al de la muchedumbre. Está claro que no forma parte de ella. Y el hecho de que huya aumenta la sed de sangre de la multitud cuando sus miembros dan con ella. Es donde están las raíces más primitivas del racismo en el sur estadounidense. Incluso la inflación, afirma Canetti, es un «fenómeno de masas», ya que, a medida que la unidad monetaria pierde su valor e identidad, los individuos que la poseen se sienten depreciados, y, como no pueden admitir ante sí mismos su propia depreciación, aparece una masa que busca una víctima para esa depreciación, un chivo expiatorio. La inflación de Alemania que ayudó a que Hitler llegara al poder fue una de las más extremas de la historia económica. Y la víctima que la masa escogió para vengarse fueron los judíos, [que en realidad se habían integrado perfectamente a la sociedad alemana y había luchado y muerto por ella en la primera Guerra Mundial. El agradecimiento por su sacrificio fue el exterminio de 6 millones de judíos en la “Solución final” diseñada en la Conferencia de Wansee…]

Una vez formada una gran masa - sobre todo si se ha formado en todas las partes del mundo, como sucede ahora -, se la puede dirigir a aniquilar determinados objetivos señalados por el Líder, que es el único que sabe lo que hace. El historiador Oswald Spengler supo ver que la masa nació cuando el hombre empezó a emigrar a las ciudades.

Oswald Spengler:
“mientras que el campo produce lo «popular», la «ciudad mundial», es decir, en nuestro contexto, internet, produce la «turba».”

Ciudades que, por otra parte, fueron una evolución espontánea y positiva desde el punto de vista económico. La cercanía de todos aumentaba la productividad, y fueron un cambio benéfico comparado con el estado anterior de siervo de la gleba. La ciudad dio un impulso a la libertad individual innegable. Pero para que funcionase, había que hacer acopio de una cultura urbana, que a veces, sin verlo venir, producía masas de inadaptados, primeros candidatos a integrantes de la masa futura. Cuando la ciudad empezó a ser “demasiado” grande y gran productora de desechos, atrayentes para los inmigrantes vendidos de zonas devastadas, empezó a llenar sus calles de candidatos a ser absorbidos por una masa dirigida por el Líder.
El enfrentamiento entre la masa aleccionada y los individuos reacios a la sumisión lleva a la idea de Lenin de Totalidad, quintaesencia de la masa en la edad moderna. 

Robert Kaplan:
“Esta clase de turba es el máximo enemigo de la libertad, ya que su efecto es abolir el pensamiento individual en sí mismo. Recuerde que el nazismo y el estalinismo trabajaron muy a menudo en silenciar el pensamiento individual, de modo que cada uno estuviera de acuerdo con el otro. La llamada «cultura de la cancelación» en la que el estatus profesional de una persona y su habilidad para hablar y publicar se reducen o, en casos excepcionales, se extinguen.”
“… Esto es estalinismo sin nada de violencia y encarcelamiento. O leninismo, de hecho, ya que Lenin fue el que esencialmente inventó la noción de totalidad: que el resultado total de una vida está determinado por la aceptación personal de una sola idea.”

Hannah Arendt, según Kaplan:
Fue la filósofa de mediados del siglo XX, Hannah Arendt, en Los orígenes del totalitarismo, quien sugirió que los sistemas políticos represivos dependen de la soledad de los individuos, que necesitan escapar de su condición y ser parte de una masa.

Con la masa surgen las tecnologías que permiten controlarla, malearla y dirija a un fin alevoso, a la vez que las nuevas formas artísticas son cada vez más deplorables.

Oswald Spengler:
“«En cuanto a la prensa moderna», escribe Spengler, «el sentimentalista puede mostrar una enorme sonrisa de satisfacción cuando la prensa es “libre” constitucionalmente, pero el realista simplemente pregunta a disposición de quién está la prensa (...) Ningún domador tiene a sus animales más sometidos a su poder» que la prensa, continúa. «Desata a la gente como masa lectora y asaltará las calles y se lanzará sobre el objetivo indicado (...). La prensa es hoy un ejército (...), en el que los escritores son oficiales y sus lectores soldados.”

La masa es más fácil captarla en la juventud indefensa, todavía desorientada y fácilmente manipulable, como yo vi en mis años universitarios: una juventud obediente a las consignas del PCE, cuyo fin era que los jóvenes aprendieran lo menos posible. 

Robert Kaplan:
“Poner a la juventud en un pedestal todavía más alto, por lo tanto, es destruir la civilización.”

Cuando la civilización alcanza su máximo nivel de sofisticación y apoteosis, nadie se da cuanta, hasta mucho después, de que empieza la decadencia. Esa es la visión cíclica de Spengler de las civilizaciones, como organismos que nacen viven, crecen y mueren lentamente, no sin bruscos saltos en formas de guerras y conflictos. Es muy difícil detectar el momento justo en que todo el navío opulento de la gran civilización está ya navegando hacia su extinción. Cuando se empieza a hablar de decadencia, ya es tarde. A veces vemos una obra de arte como el summun de la expresión cultural… (estoy de acuerdo con un amigo, arquitecto, que se pregunta ¿qué ha aportado el arte plástico desde que Picasso inventó el abstracto?)

Robert Kaplan:
«… Incluso un clásico como West Side Story, con letras de Sondheim y música de Leonard Bernstein, que rompió los límites de la música popular y llegó en pleno apogeo del siglo estadounidense y del poder estadounidense —tanto como la intensa tragedia de Sófocles, Edipo rey, llegó en pleno apogeo del poder ateniense— probablemente no habría impresionado a Spengler, ya que todavía habría significado una regresión desde personas como Franz Schubert y Ludwig van Beethoven. Para Spengler el contexto lo forman nada menos que los vastos flujos históricos y culturales de siglos y milenios.»
«… todo lo posterior a artistas como Manet y Cezanne «es impotencia y falsedad», al menos a ojos de Spengler. En 1918, Spengler escribió que «se podrían cerrar todas y cada una de las escuelas de Bellas Artes sin que el arte se viera afectado en lo más mínimo».

Tomas Wolfe (según Kaplan): 
« El fallecido periodista y novelista Tom Wolfe llegó a conclusiones parecidas en su libro La palabra pintada (1975). Wolfe escribió que la pintura en el transcurso del siglo XX se había convertido no en una experiencia visual, sino en una ilustración visual de teorías del arte propuestas por un selecto grupo de críticos. De hecho, escribió que el mundo del arte había llegado a estar dominado por un estrecho y limitado grupo über-urbano de coleccionistas ricos, museos situados en ciudades superestrella, y un puñado de críticos influyentes, que juntos decidían lo que la gente veía en las galerías y museos.»

Y ¿qué decir de el espejismo de la razón?, espejismo que trajo la Ilustración (al menos la francesa, pues la anglosajona siempre fue escéptica sobre el poderío de la razón, con David Hume y Edmund Burke a la cabeza), que elevó la Razón a condición necesaria y suficiente para conquistar una sociedad mejor… la razón justifica siempre a posteriori los actos pasados, como una sierva fiel (Schopenhauer) a nuestras pasiones. 

Solzhenitsyn, según Kaplan:
Solzhenitsyn: la historia esté gobernada por [el exceso de] la razón. La Revolución francesa, la Revolución rusa, la Noche de los Cristales Rotos, la Revolución cultural maoísta de China y la Revolución iraní son algunos ejemplos de locura de las multitudes urbanas combinadas con la irresistibilidad del extremismo que ayudó a dar su terrorífica dirección a la historia contemporánea y contemporánea temprana.
Incluso en Estados Unidos, las revueltas urbanas —que pueden estar motivadas por una demanda de justicia racial y contienen un componente violento que a veces es para bien y otras para mal— han afectado profundamente el transcurso de la política interior. Las revueltas urbanas son casi siempre un elemento común en las crisis de régimen, y no solo en el mundo en vías de desarrollo con ciudades cada vez más grandes. 
En otras palabras, el siglo XXI será progresivamente más tumultuoso. Es más, el núcleo de las dictaduras consiste en evitar la formación de multitudes espontáneas, que pueden formarse con más facilidad que nunca debido a la tecnología de los medios sociales. 
«¡La multitud!», escribe Solzhenitsyn. «Un extraño ser especial, tanto humano como inhumano (...) donde cada individuo fue liberado de su responsabilidad habitual y vio multiplicada su fuerza». La psicología de la multitud, o de la turba, es así: «Muéstranos a quién tenemos [a continuación] que hacer pedazos».

Como he dicho, es muy difícil determinar cuándo empieza la caída desde el apogeo, porque en el apogeo se sigue esperando un apogeo aún mayor. A posteriori es relativamente fácil construir un discurso con fechas, datos y eventos considerados cruciales. Pero yo creo firmemente que la historia no es determinista (no tiene un fin marcado por un ser superior); creo que la historia es, como leí hace tiempo, una cadena de consecuencias indeseadas (no buscadas), que aveces son hecho venturosos - aunque cuando llegan no se pueden valorar con los esquemas mentales antiguos -. Tiene que venir otra generación que esté más familiarizada con la novedad… lo cual tampoco deja de tener consecuencias, pues sin quererlo una generación o dos se quedan colgada de unos valores inservibles, mientras que la nueva goza de su buen momento, haciendo bien en no preguntar ni analizar a qué se debe su buena suerte; si lo hace, corre el riesgo de creer que es mérito suyo. Así que lo más probable es que el individuo esté siempre como descolgado de la realidad, lo cual, a veces, muy agradable. 

miércoles, 19 de marzo de 2025

Comentario sobre la guerra Europa-Rusia

Como saben, la UE, con Úrsula van der Leyen a la cabeza, está montando una guerrita que tiene a Putin sin dormir, desvelado noche y día. 
Starmer dice que ya hay montado un grupo “operativo” de 50.000 hombres.
¿Qué harán, Pedirán permiso a Putin para poner los pies en Ucrania? No, puesto que Ucrania es un país soberano… (lean aquí el fúnebre comentario que se merecen estos payasos. Por cierto, primera vez que veo mencionada la posible corrupción que hay detrás). Depongo un sabroso extracto:

La idiocracia europea, incluyendo al Reino Unido, parece decidida a intensificar la guerra contra Rusia, sin importar las consecuencias. Por supuesto, el impulso proviene de todos nuestros líderes que, como Ursula von der Leyen, se ríen de la idea de enviar a sus propios hijos a la guerra. Claro que se ríen: saben que no tienen ninguna posibilidad, pero mientras la lucha continúe, se pueden obtener beneficios desviando las enormes cantidades de dinero que fluyen hacia el complejo militar-industrial occidental y el agujero negro de corrupción que es Ucrania.
¿Se sienten afortunados?
Todos los daños colaterales sufridos en esa guerra valen la pena, en lo que respecta a la idiocracia: mientras la lucha continúe, no solo seguirán beneficiándose, sino que incluso existe la posibilidad de que algún evento fortuito revierta su derrota. Quizás se pueda persuadir a Trump para que renueve su compromiso con la seguridad de Ucrania; algo podría sucederle a Vladimir Putin, o algún evento podría galvanizar a la opinión pública occidental a favor de escalar el conflicto hasta una nueva guerra mundial. Pero apostar la casa a un golpe de suerte improbable equivale a la ruina del jugador. El hecho de que nuestros líderes sigan ese camino excluyendo cualquier otro debe ser la definición de idiocracia: incluso si lograran unir a Occidente para enfrentar a Rusia, la derrota sería el resultado más probable.

Sigue la estrategia Sánchez-Puigdemont de parcelar España

Con denuedo, sin paradas, sigue la estrategia de ruptura y confrontación de el Estado contra las Comunidades Autónomas. En la Constitución de 1978 se define el Estado como la suma de el gobierno central, las comunidades autonómicas, y los municipios. Lo malo de esa Constitución es que no queda precisado qué competencias se atribuyen a cada unidad administrativa. Además, esa definición quedó conculcada desde que a Cataluña se le regaló un nuevo estatuto que, pese a ser rectificado por el Tribunal Constitucional, fue uno vigoroso salto en el “espíritu y la letra” del “proces de independencia, que desde entonces cogió velocidad, hasta el fracaso de octubre de 1917. 
El indigno pergeñador de aquel estatut fue Zapatero, primer Presidente de gobierno en actuar de pirómano para alentar el movimiento de independencia desde el Estado español. No fueron los catalanes nacionalistas, que acababan de perder el referéndum de un estatut que había votada una “estruendosa minoría”. Sin embargo, Zapatero se encerró en la Moncloa con Artur Mas, en una noche insomne y mucho tabaco, y sacaron adelante un estatut que luego el Tribunal Constitucional hizo corregir, haciendo borrar la declaración general en que se definía a Cataluña como una nación. Pero el impulso no cesó.
Cada vez que han hecho un votación en sentido separatista la han perdido, por lo que, tras el fracaso de la declaración de independencia de octubre 2017, Cataluña y el gobierno de Sánchez (con la complicidad de su peón allí, Illa), han cambiado de estrategia, mucho más práctica que la de ir de frente. Se trata de ir cediendo competencias de Estado - según la Constitución deben ser gestionadas por el gobierno - con el apoyo traicionero de Sánchez y su cómplice Pumpido. 
El proyecto Sánchez sobre Cataluña y El país Vasco es hacer las cosas de tal manera que se beneficien los grupos separatistas y, ya de paso, crear una confrontación larvada (que en algún momento estallará) entre las demás Comunidades, ofreciéndoles como señuelo distintos y arbitrarios regalos, para diluir un Regalo echo previamente a Cataluña solicitado por la banda de separatistas. 
Com este procedimiento, Cataluña ha conseguido transferir a sus manos la gestión de puertos, presencia de fuerzas policiales en la gestión de fronteras, la gestión de trenes de corta distancia, la cancelación de una importante cantidad de deuda de Cataluña con el Estado - que seguro que no es más que un inicio, pues Cataluña demuestra una gran voracidad financiera -. La devolución la deuda cancelada pasa, pues, a cargo del resto de España. Es decir, les estamos pagando la independencia cediendo competencias y dinero para gestionarlas.
El resto de España ha rechazado el caramelito ofrecido para acallar voces, pero seguro que se les ocurre algo para que caigan en la trampa y tengan que aceptar, irremediablemente, un dinero que les pueden cercenar por otro lado. Por ejemplo, negándose (o racaneando) comprar la deuda regional, que por la norma actual debe ser aceptada por el gobierno, quien por otra parte presiona a las comunidades veleidosas (no a Cataluña).
El Estado central es el único que tiene poder recaudatorio importante, en un pacto de silencio por el que las comunidades intentan controlar los gastos a cambio de recibir su parte alícuota de los impuestos centrales. La deuda regional regional debería ser para cubrir un eventual desfase prestado por el gobierno.
(Esto en Madrid es diferente, pues es la única Comunidad que se financia en el mercado, es decir, tiene suficiente crédito para hacerlo).
En definitiva, las 15 restantes comunidades se enfrentan al “dilema del prisionero”,  entre seguir unidas ante la estrategia de dinamitar la nación, o bien dejarse sobornar por treinta denarios. El aceptar ese soborno a plazo será caer irremediablemente en manos del autócrata, que irá haciendo muescas en su pistola a medida que van cayendo una a una.
La fragmentación de España va también por otros caminos, pero este es ciertamente el más destructivo. Secar las fuentes de financiación, transferir asimétricamente rentas con ventaja para Cataluña y P. Vasco, hacer de las otras cada vez más pobres y, por ende, más pedigüeñas… asfixiadas hasta que se rindan. 
Y en este proceso acelerado me temo que el jefe de la oposición no se entera. La única que parece enterarse es Isabel Díaz Ayuso; por eso está cada vez más acosada por toda la fuerza del gobierno y del partido. Pero Ayuso, sola, no puede parar este proceso enloquecido, seguramente intencionado, que solo puede acabar con la ruptura de la Nación, entonces difícil de reconstruir. 

lunes, 17 de marzo de 2025

Frivolidad a grandes dosis

Los gobiernos europeos se han lanzado a una piscina sin agua, pero se han puesto a simular movimientos natatorios ridículos, aparte de que gozan de un lustroso sobre-peso.
La piscina se llama “salvemos a Ucrania”, y para ello “armémonos” ya. Especificar qué tipo de armamento corresponde a cada país y cómo se va a financiar no está especificado. Ni siquiera analizado, ni hablado. 
Por lo que he leído, el dictat de la UE, vía Van der Leyen, es que la coordinación común ya vendrá por sí sola, fácilmente, por que hay un objetivo común que es entrar en Ucrania para ayudar a tan noble país, lo que conlleva a un riesgo cierto de que Rusia amplíe su objetivo estratégico a toda Europa. Varios países ya se han desmarcado de Gran Bretaña y Francia, que pretenden meter tropas en Ucrania de “voluntarios” para vigilar el alto el fuego. O sea, para estar en la mesa de la paz. Lo que temen pánicamente es no estar en la foto con Trump, Putin, quizás Xi… pero, ¿se lo merecen?
En El Debate, leo este escalofriante párrafo:

Europa se ha marcado tres objetivos de cara a un hipotético acuerdo de paz: rearmar y fortalecer a Kiev para que llegue con una posición de fuerza a las negociaciones, presionar a Rusia, a través de sanciones, para «debilitar la maquinaria bélica de Putin y llevarlo a la mesa» y, por su puesto, el despliegue de una «coalición de voluntarios» 

Leo en el Telegraph la opinión respecto a su loco Prime Starmer, que es de momento el más agitado y belicoso que hay en Europa. De repente se ha convertido en militar vocacional y expertísimo. (Mientras, Alemania decide rearmarse pero dando señales de tranquilidad a Rusia). Dice el comentarista:

“La naturalidad con la que nuestros líderes políticos y comentaristas discuten decisiones que podrían llevarnos a un conflicto armado debería alarmarnos a todos. La historia nos enseña que las guerras más desastrosas suelen comenzar con pasos pequeños y aparentemente inofensivos. El Primer Ministro debería estar preparado para responder a algunas preguntas tan serias.”
¿Por ejemplo. ¿Cómo podemos rearmarnos sin reindustrializarnos?
Considerando las otras amenazas que enfrentamos –y que la principal amenaza que Rusia nos presenta no es una invasión– ¿cuál es el equilibrio apropiado en nuestra capacidad de proyectar poder y fuerza por aire, tierra y mar?
El Gobierno afirma que necesitamos rearmarnos. Pero ¿nuestro programa de rearme se basará en la necesidad percibida de enviar tropas terrestres a Ucrania —que defiende una frontera con Rusia de casi 2400 kilómetros de longitud— o en una evaluación de las amenazas más amplias y directas que enfrentamos?

Es claro que preguntas de este tipo deberían hacerse a los líderes españoles, si los hubiere (por cierto, ¿qué opina Feijóo, al que le vendría de perlas definirse en función de los intereses nacionales… si supiera cuáles son? Para empezar, en España la respuesta a la pregunta ¿estaría dispuesto a tomar las armas por su patria? Es justo lo contrario que en Europa: 80% en contra 20% a favor…)
En definitiva, cada país tiene un ejército diseñado para defenderse de riesgos con un coste abordable. No debemos abandonar nuestra estrategia de siempre para inventarnos una deprisa y corriendo y echar a la alcantarilla paletadas de dinero. No creo que toda Europa esté en riesgo de estar invadida por Rusia (no England, por ejemplo), aunque hay países adyacentes que sí, como Polonia , Finlandia, los nórdicos… pero para ese tipo de riesgos está la OTAN, que es un marco de coordinación que debería respetarse, porque si le hacemos el juego a Trump, la OTAN desaparece. Ayudar a Polonia a defenderse no es igual que mandar tropas a Ucrania. 
Cualquier movimiento de chulería y menosprecio a Putin volverá a recrear los riesgos que han causado la invasión de Ucrania: el temor a verse cercado por países hostiles. Sin embargo, aquí, tanto el equipo de opinión sincronizada como los espontáneos a tirarse a la piscina vacía haciendo un tirabuzón, resulta que saben más de estrategia que el Pentágono. Y como sigan así nos meten en Ucrania. 
La guerra de Ucrania responde a varias causas, no sólo a la sensación de indefensión de Putin. Es una guerra geográfica de reconquista, con connotaciones imperialistas que siempre han estado muy arraigadas en Rusia. Dice Kaplan en “Tierra Baldía”:

“cada gran potencia, a su propia manera, de nuevo, es una potencia imperial. El imperialismo histórico ruso (retrocediendo a las conquistas de la dinastía Romanov) resultó evidente en Ucrania. 
El imperialismo histórico chino (retrocediendo a las conquistas de la dinastía Qing) es evidente en su deseo de gobernar Taiwán.”

Una buena parte de su población admite esto con total sinceridad. Esto le da aspectos a esta guerra que nosotros no vamos más que a agravarlos si nos metemos ahí. Aparte de lo que significa Ucrania para el imperialismo ruso, que nosotros no hemos entendido.
De nuevo Tierra Baldía de Kaplan:

“Una Ucrania victoriosa [como suelta hoy la UE] de posguerra se incorporaría de modo formal o informal a la OTAN y a la Unión Europea, desplazando físicamente a la Alianza Atlántica original hacia el este, con su equivalente económico. Incluso en las mejores circunstancias, eso sería mucho que digerir para los burócratas de Bruselas.”

Europa, además, NO es una nación sentida como tal por sus habitantes; más bien lo que sienten estos es que la UE ha sido un maná del cielo, aunque los alemanes tienen una opinión matizada: el euro les ha servido a ellos para ser más competitivos en los mercados industriales; pero están en contra de que Alemania sea donante neto de masivas transferencias al sur. Su sentido del ahorro les ha llevado a tener de las menores deudas de la UE. 
En cuanto el euro, no sé cuánto aguantará los tirones que va a sufrir de unos países sobre endeudados que se ponen ahora cascos militares y hablan de escudos antimisiles… las primas de riesgo ya se están desperezando, lo que puede llevar a una situación dramática como la del 2012. Podemos llegar a un impasse financiero antes de que vayan los primeros soldados al frente.

domingo, 16 de marzo de 2025

5 años después

El Covid nos invadió hace cinco años. Con esta excusa, se han escuchado verdaderas atrocidades desde uno de los polos que son hoy la política en España (pero también en el mundo). El mundo se ha polarizado, no sólo cada país en su geografía, sino también globalmente.
Por motivo del fúnebre aniversario, se han hecho recapitulaciones y balances de opinión. Para mí tienen el vicio de centrarse exclusivamente en favor o en contra del gobierno, cuando no fue sólo este gobierno quien falló: fallaron todos por un motivo elemental: la pandemia nos cogió desprevenidos a todos. Fue un nuevo virus, desconocido por la ciencia, y hubo que forzar la marcha para conseguir unas vacunas urgentemente. Estas vacunas han sido vilipendiadas injustamente, en mi opinión, aunque hubo alguna que resultó fallida por generaba efectos derivados indeseados. 
Pero la realidad es que lo único que se hizo bien en el mundo es desarrollar una vacuna a coste razonable, que inmunizó a millones de personas. Esto fue mucho más decisivo que el confinamiento, que ahora resulta que en países donde no se hizo obligatorio (creo que Suecia), han salido mejor parados. 
Aquí en España, el gobierno conculcó la ley, por supuesto, al cerrar el Parlamento; Además, se le puede acusar de llevar una gestión conspiranoica, falseando los datos y no dando los nombres de los responsables, con el nefasto Fernando Simón de portavoz, un nombramiento cuanto menos poco estético (y nada fiable). Por supuesto la poralización de los medios repuntó, como no ha dejado de hacerlo desde entonces. Hemos llegado al límite (que pronto será superado), de la acusación de una política a otra de asesinato (y homicidio), en el marco de una guerra sin cuartel del gobierno contra la presidenta de Madrid-comunidad, una guerra sucia, muy obsesiva, y la vez burda por el material bélico usado. Pero con ello van rayando poco a poco la mente de los lerdos que les votan, pues la política se ha convertido en una pelea con tirachinas que despiden sonoras palabras dirigidas a los electores de unas elecciones que todavía están lejos. A veces me pregunto si esto no dice algo del bajo nivel mental y cultural del ejército de propaganda.
Como la polarización ya es de escala planetaria, la nuestra cobra más fuerza, aunque no se sabe muy bien contra quién vamos. En unos días fuimos adalides contra Trump, y resulta que hoy somos amiguitos de Meloni y no nos va a a llevar a la guerra que tanto desea El inglés y Macron, el pequeño Napoleón. A ver lo que tarda Trump en meterles un viaje. 
En suma, la pandemia sin la ciencia hubiera sido otra cosa más mortífera. Ciencia que cada vez concita más agresividad entre gente que prefiere creer en el yin y el yan y la milagrería, y que acusan a los poderes ocultos de haber introducido en la vacuna un chip que te absorbe la mente. Los que yo conozco son gentes de izquierdas, obviamente, tan buenorros como tontorrones. No causan a sus hijos de las vacunas obligatorias, por lo que las guarderías podrían llegar a ser caldo de cultivo de futuras epidemias. Un sector en gran crecimiento, por lo que sé.

sábado, 15 de marzo de 2025

Okupas okupados por okupas de otra banda

En Mataró, cuentan en Vox, aquí, que un grupo “fuerte” de okupas de la ciudad - el Sindicat de l'Habitatge de Mataró -, ha decidido que los okupas in situ de un edificio no eran dignos de esa vivienda, y se ha considerado agraviado; por ende, han tomado el asunto en sus manos y han expulsado a los “invasores”, quedándose con la finca. (Bueno, no niego que pueda ser al revés, porque estoy un poco confundido.)
En todo caso: unos okupas se desalojan entre ellos y las autoridades no pueden hacer nada porque la honorable municipalidad (siempre espesa y ocupada en lo suyo, como es trincar) pues está dividida en sus lánguidos apoyos a unos okupas frente a otros. 
Por lo visto, el Sindicat de l'Habitatge de Mataró está muy bien considerado por la alcaldesa (o alcaldeso), o sea, por el grupo mayoritario del ayuntamiento. (Aquí mejor consulten el artículo referenciado, pues la verdad, sigo confuso).
Esto me recuerda a una novela de Wenceslao Fernández Flórez, “La novela número 13”, que describía el estado de desorden y anarquía (o anarquía y desorden, es lo mismo) durante la República y la guerra civil española. Libro que yo leía cuando preparaba la selectividad, el examen de entrada a la universidad - entonces un examen duro que salvé gracias a los temas que me tocaron -… 
Wenceslao contaba amenamente cosas así, y yo, que entonces vivía una sociedad estable, me partía de risa y me parecía imposible que sucedieran cosas así. No puede ser - me decía -, esto es imposible. 
Bueno pues lo era, como podemos ver ahora que están pasando aquella vieja película en cinemascope a todo color. 
Otro buen libro de Wenceslao es “Haciendo de república”, unos artículos cortos en los que insistía en lo mismo. En uno de ellos contaba como un fallecido ateo había sido enterrado en suelo santo por ser de familia muy influyente. Cuando llegó la república, sus compañeros de partido decidieron enterrarle en suelo non santo; pero para ahorrase el penoso trabajo de cavar, mover, cavar otra vez , etc., decidieron correr la vaya separadora y declarar non santa a tan noble zona. De este pelaje hubo muchas, a juzgar por las numerosas variaciones sobre el mismo tema. 
Pero lo que más me fascinó en mi juvenil imaginación fue, en La novela número trece, la historia de un pueblo gobernado por anarquistas que un día decidieron ir desnudos por obligación, pues eso de vestirse era burgués y reaccionario. El experimento fue un fracaso, porque desnudos somos más feos que vestidos: más vale sugerir que enseñar. Eso lo sabe cualquiera, salvo gente ideologizada, o deschavetada, que es lo mismo.
En resolución, esto es lo de siempre: Libertad sin Orden. Una de las primeras cosas que prefigura la anarquía es suprimir el derecho de propiedad y instaurar el derecho a la Okupación. Pero claro, hay muchos que se encuentran en la anarquía como pez en el agua… sobre todo si están en connivencia con los poderes.

viernes, 14 de marzo de 2025

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que Pablo me a descubierto una nueva veta de análisis de estos tiempos convulsos, he encontrado, a módico precio (2,99 €), un resumen de un clásico:
Despeja el horizonte de ideologías perversas y de la guerra que nos quiere vender Europa.


jueves, 13 de marzo de 2025

Robert Kaplan

ElMundo publica una entrevista con Robert Kaplan, uno de los más clarividentes (y pesimistas) observadores de la geopolítica de hoy. La entrevista se titula con un dicho del autor, 

“La democracia pervive en el tiempo cuanto menos democrática es”

Es una sentencia provocativa, pero verídica, que según el autor es lo que se comprueba al leer la historia de la humanidad. En su nuevo libro, “Tierra Baldía”, explica por qué, en su opinión, estamos en una fase histórica epigonal de la que no se espera que salga nada previsible y tranquilizador (Absténgase de leerlo el que quiere mantener un optimismo incólume ante el futuro). 
Kaplan es un autor interesante porque su instrumental analítico no es científico, sino que se basa en una amplia cultura que le sirve para encontrar analogías y puntos de apoyo tanto en la historia como en la Tragedia griega, o la Novela, que según él es capaz de reflejar una gran verdad que pasa desapercibida a los más sesudos eruditos. No por eso renuncia a ser riguroso en su desarrollo discursivo; su opinión es muy respetada en su patria, EEUU, por la que muestra una gran preocupación.
En Tierra Baldía parte de una comparación (creo que acertada) entre el mundo de hoy en descomposición y lo que fue la desafortunada “República de Weimar”, régimen político de Alemania de entreguerras impuesta a Alemania por los vencedores de la primera Guerra mundial. 

“El mundo entero es un gran Weimar en la actualidad… Al igual que en diferentes partes de la República de Weimar, nos encontramos en una fase sumamente frágil de transición tecnológica y política.”

Fue desafortunada porque fue un régimen diseñado con todo el idealismo pero ni una ración de realismo, que dio lugar a una sociedad descreída, empobrecida por las duras reparaciones de guerra impuestas por los Aliados, lo que desde el primer minuto impregnó a dicha sociedad de un rencor y a la vez una frivolidad cínica degradante: nadie creía más que en el placer inmediato, Berlín era la capital de la fiesta continua mientras su clase media yacía en la calle empobrecida tras una hiperinflación y una posterior contracción en 1929. Efectivamente, el resultado que trajo el destino de ese frenesí fue Hitler, un castigo demoníaco para toda Europa: Hitler.

Weimar fue el ejemplo perfecto de la sociedad actual, borracha de democracia - y de otras sustancias sin tasa -, que no se da cuenta de lo que dice Kaplan: el orden debe ir antes que la libertad, porque sin orden no hay libertad para nadie... De ello eran conscientes los padres de la patria americana, que fundaron una república que, a diferencia de una democracia, gobernarían las elites votadas cada 4 años por el pueblo.
Desde los padres de la patria, incluso de antes, EEUU ha fomentado la excelencia, para Jefferson la base de una sociedad libre y próspera. Este espíritu de superación individual como la base del bien social ya no es de recibo, según Kaplan, y la única manera de contener la deriva hacia el desorden y el caos sería volver a esa creencia… lo cual, piensa, es imposible. La única ventaja de EEUU es que está un poco más retrasado que los demás en la decadencia. (Tengo un amigo militar que cree por eso que EEUU será la Constantinopla de ahora, el trozo del imperio romano último en caer ante los sarracenos). 
Es verdad que los textos de Kaplan son rigurosos en su razonamiento, pero como he dicho, no son científicos; no responden a una ciencia establecida, sea la sociología, la economía o la historia. Sin embargo, te permite ver intuiciones que sientes sobre lo que estás viendo. Digamos que te pinta un cuadro grandioso que ilumina esas intuiciones.

“Las analogías pueden llevarnos por una senda peligrosa. No obstante, a menudo es la única forma de comunicar y explicar. Mientras por un lado una analogía es una distorsión imperfecta, por otro lado puede crear una nueva conciencia, otra forma de ver el mundo. Solo por medio de una analogía puedo empezar a describir la profundidad de nuestra crisis global. Tenemos que ser capaces de tener en cuenta que literalmente todo puede ocurrirnos. Esta es la utilidad de Weimar.”

 Por eso digo que se abstengan los que no quieren renunciar a su visión rosácea que, como decía el mismo Erasmus en su “Elogio de la locura” es necesaria para vivir. Pero, que quieren, Kaplan es fascinante, adictivo. Creo que las dos inclinaciones del ser humano, la curiosidad insaciable versus la locura, son irrenunciables. La curiosidad llevaba a André Gide a pedir a Dios que por favor nunca le revelara el misterio, pues no se podía vivir sin perseguirlo incesantemente. Pero es difícil sobrellevarlo sin la ayuda del olvido, o del aturdimiento de vez en cuando, o… que cada uno ponga su método personal. 
“El sentido de la vida es hallar una idea de qué es la vida”, decía E. J. Lo importante es que haya preguntas, aún sin respuestas.

Robert D. Kaplan: "La forma de democracia más exitosa es que no exista demasiada democracia"


martes, 11 de marzo de 2025

JF Martin Seco, JL Cebrián, MA Aguilar, et al…

Textos comparativos 
En un ejercicio de documentación, reúno aquí varios textos críticos sobre la nueva guerra propuesta por Ursula Van Der Leyen, (esa incapaz que lleva años manipulándonos), y que ha sido aceptada entusiásticamente por los países miembros, ya que para financiarla se les permite elevar el déficit del Estado sin tener que reducir gastos sociales, que son lo que sostiene el tinglado burocrático de Bruselas. Todos los autores piensan como yo : esta intervención en defensa de Ucrania, entrando nuestras tropas en el campo de batalla, es el camino más recto a la tercera guerra mundial. Por ello me parece que debería abrirse la opinión pública a un contraste de opiniones, debería manera que no sea la acostumbrada humillación del poder sanchista, que no ha hecho ni un gesto de preocupación por nuestros jóvenes que podrían morir allí, por el contrario, que está encantado con esta posibilidad de corrupción añadida. Este contraste de opiniones bien puede empezar por la de los “damnificados” del PSOE, que en algunos momentos fueron defensores de la socialdemocracia - que ya no existe. 
Me permito añadir algún comentario en alguno de los textos. Esta lista se irá ampliando con sucesivas aportaciones.

1) Antonio Caño (The objective marzo 10)

“La amenaza de ruptura de la tradicional alianza defensiva entre Europa y Estados Unidos plantea un reto monumental para Europa… En el caso de España, después de varios años construyendo muros de separación entre nosotros, acentuando lo que nos separa en lugar de lo que nos une y destruyendo todo signo posible de un proyecto nacional, la tarea que para el resto de Europa es gigantesca, para nosotros va a ser casi milagrosa.”


2) JF Martín Seco (Theobjective marzo 11)

“En estos momentos podemos deshacernos en insultos hacia Trump, incluso sorprendernos de sus acciones y abominar de su comportamiento, pero él y con él el giro dado por EEUU no deja de ser otro dato del problema. Por ello, los países europeos, más allá de indignarse, deberían hacer examen de conciencia y cuestionarse si no se han equivocado al alentar una guerra que estaba perdida desde el principio, puesto que la OTAN estaba decidida a no entrar de forma directa. Y desde luego ante la nueva actitud de EEUU, sería una osadía y hasta cierto punto una deshonestidad con Ucrania incitar y dar facilidades para que la guerra continúe. ¿Cuántos países europeos están dispuestos a mandar a sus jóvenes a morir al frente?
Termine como termine la guerra, no es cierto que ello abra el camino para que Rusia invada otro país europeoYa hemos dicho que Ucrania tenía una significación especial. Por muy mal concepto que tengamos de Putin, él sabe hasta dónde puede llegar, y atacar a un país miembro de la OTAN sería comenzar la tercera guerra mundial y no creo que esté interesado en ello. Es precisamente por este motivo por lo que ha querido evitar a toda costa que Ucrania entre en la OTAN.
Lo más peligroso quizás de la situación actual sea la levedad y frivolidad de los mandatarios europeos.
Los gobiernos europeos andan ahora levantando pendones y estandartes presas de la ensoñación de convertir a la Unión Europea en una potencia militar. En realidad, al final todo se ciñe a incrementar la inversión en defensa y en la necesidad de que todos los países gasten más en armas y soldados. El plan de Ursula von der Leyen se reduce a eso, a que de una forma o de otra los Estados se endeuden en 800.000 millones de euros más. Con no contabilizarlos y que no computen en el déficit se soluciona todo. Para esa idea tan brillante no se necesitaba ni Comisión ni reuniones.”

Miguel Navascués. Totalmente de acuerdo con este artículo en el que L’Europe sale desnudada: levedad y frivolidad como dice M.S. Europa es un chiste, y siempre se olvida que si se pudo hacer en 1958 fue porque, previamente, el Plan Marshall de EEUU, en 1948, dio un gran impulso económico a Europa occidental (el Pacto de Varsovia, por orden de Stalin, lo rechazó). Antes d ese Plan, Europa era no sólo una “Tierra baldía” debido a la guerra, es que ya antes de l guerra era una economía reglamentada y asfixiada, con normas que impedían abrirse a los mercados más potentes, es decir, EEUU… que, por cierto, fue el país que hizo el esfuerzo financiero de la guerra en Europa. Porque no fue, ni la anterior, una guerra mundial, fue un guerra europea cuyos países siempre han tenido agarradas bélicas sangrientas con gran empeño y fruición. Y voy a decir un cosa : la UE se montó para que no hubiera más guerras europeas, pero ahora que veo a Alemania armándose por orden de Van Der Leyen, pues vete tú a saber en unos añitos…
3) MA Aguilar. (Voz Populi, marzo 12) 

“Como nos cantan con ardor guerrero los infantes uniformados “aún queda la fiel Infantería que por saber morir sabe vencer”. Saber morir es condición necesaria, pero no suficiente para saber vencer. En todo caso, por mucho que hayan avanzado las nuevas tecnologías, llega el momento en que es imprescindible, más allá de los drones o de los misiles, poner fuerzas sobre el terreno y los soldados que integren esas fuerzas estarán arriesgando sus vidas obedeciendo a los gobiernos que los hayan enviado, los cuales nunca están preparados para recibir a los muertos en acción, ni menos aún para soportar el impacto multiplicado que añaden a esas desgracias los medios informativos y las redes sociales. España, se nos dice, participará en la misión en Ucrania si logra las garantías de seguridad que exige.”

4) Juan Luis Cebrián (Theobjective marzo 12)

“Hemos visto a un Macron, debilitado hasta el extremo, tratar de emular al general De Gaulle precipitándose a protagonizar el diálogo con la Casa Blanca y prometiendo el amparo de la disuasión nuclear a sus vecinos, condición que prioritariamente nos afecta a los españoles. A Starmer competir con él pese a su no pertenencia a la Unión después del Brexit. Y a Von der Layen convocar en última instancia a los representantes de esta y a los jefes de operaciones y de los estados mayores militares de los países miembros. Por lo demás, las declaraciones han subido de tono. Ya se ha definido políticamente que la ilegal invasión de Ucrania es una amenaza, casi una declaración de guerra, a toda Europa.
Y sin embargo la historia y la geografía nos enseñan que no puede haber paz en nuestro continente si no hay un acuerdo de nuestros países con el un día denominado oso moscovita. El olvido de esta realidad ha costado ya en la actual guerra cientos de miles de muertos y heridos y hasta ocho millones de desplazados. Respeto y comprendo la energía patriótica de Zelenski y su ejército cuando prometen y se esfuerzan por su victoria, pero esta es cada día más improbable, sobre todo después del giro decidido por la Casa Blanca.”

5) Jesús Cacho (Voz Pópuli marzo 9)

“Ayer Juan Delgado contaba aquí que “Bruselas impulsa una tasa woke en plena guerra comercial que afectará a miles de pymes”. Se llama 'Directiva sobre Diligencia Debida de las Empresas en Materia de Sostenibilidad' que pretende obligar a los empresarios a comprobar si sus proveedores respetan los derechos humanos y los requisitos medioambientales. La norma dice que obligará a las grandes empresas, pero por ósmosis se extenderá a las subcontratas, a cientos de miles de pymes en toda la UE que verán sus costes disparados.”

MN: Es una pequeña muestra de unos artículos sustanciosos que les invito a leer íntegros. Sus autores vienen de las viejas filas de la social democracia, cuando ésta era sobre todo democrática. Yo participé aquellos años en aquel movimiento ilusionante (ahora sofocado por el autócrata de la Moncloa), cuando el PSOE era otra cosa más fiable, al menos en su parte visible. Supongo que comparto con ellos el sentimiento de indignación que me embarga por la deriva estrepitosa del PSOE de Sánchez- y, como dice Cebrián, del provinciano PP de Aznar -.
Impidamos, con nuestra con nuestras escasas fuerzas, que esta monstruosidad que lleva muy directamente a la III WW, siga adelante. 

lunes, 10 de marzo de 2025

800 mil millones

Según el cálculo de van der Leyen, Europa necesita 800 mm de euros para poner sus defensas a la altura necesaria para defendernos de la amenaza rusa. 
Según el cuadro adjunto, España tiene ya una deuda de 137,7% del PIB. 



Además, tenemos una estimación de pago de futuras pensiones que, según la legalidad actual de derechos de cobro, como nos cuenta 
Jesús Fernández Villaverde,

“el sistema actual tiene un déficit descomunal que, además, no deja de crecer. Según los datos más recientes de 2024, el gasto en prestaciones contributivas y de clases pasivas ascendió a 226.242 millones de euros, mientras que las cotizaciones sociales y de clases pasivas fueron de 174.250 millones de euros, lo que deja un déficit de 51.992 millones de euros. Si además excluimos las cotizaciones no contributivas, el déficit asciende a 60.136 millones de euros. Habría que añadir algunos gastos inevitables, como de gestión, lo que subiría la cuenta a 66 mm…”

Por razones electorales, hay gastos presupuestarios “intocables” (no hay gobierno que aguantara el intento de recortarlos), como son las pensiones. Seguimos con JFV:

“En 2023, las administraciones públicas tuvieron un déficit del 3,5% del PIB ("gasto intocable" de 31,4% más "gasto tocable" de 14,0% menos una recaudación del 41,9%). Si en 2050 quisiéramos equilibrar las cuentas con las previsiones de gasto actuales, el "gasto tocable" debería caer al 6,5% del PIB. Es simplemente imposible mantener un Estado moderno con un 10,0% del PIB (y mucho menos con un 6,5%) de "gasto tocable". Incluso los Estados liberales del siglo XIX, que no ofrecían muchos servicios públicos que hoy se consideran esenciales, gastaban más.

Dicho en plata, para que el presupuesto no estallara, y a la vez hacer el milagro de no tocar las pensiones, habría que contraer los gatos “tocables” a una cifra ridícula, como un 6% del PIB. Si, además, hemos de añadir una nueva partida de gasto militar, llegaríamos a posiciones imposibles de concebir racionalmente, que solo podría ser bajo una tiranía que reprimiera la sublevación de la calle. Esto sin contar el empobrecimiento que supondrá el efecto colateral en la economía productiva de la inevitable subida del coste financiero, posiblemente la inflación (la financiación demagógica). Ah, por no hablar de la necesidad de contraer la deuda autonómica (333 mm) para redirigirla a gastos militares. (Todo lo contrario del último movimiento del gobierno de cancelar deudas de CCAA a beneficio de Cataluña.)
En resumen: la idea de que Europa será capaz de añadir 800 mm €, más las siguientes partidas (habrá que mantener y alimentar ese ejército, y su correspondiente armamento); sin que la economía productiva se contraiga y, por ende, suba la inflación, y no  se restrinjan los gastos “intocables” por razones electorales, es una sueño inalcanzable dada la deuda que ya tenemos comprometida y la que se avecina. Lo mismo vale para Francia y demás fundadores de la UE, que lo que sí ha logrado de cierto es aislarnos más que nunca de nuestros aliados. 
Aparte de otras no banales observaciones, como que no  hay una nación europea que haga arder el calor patriótico del fuego extinto en el corazón vacío de los europeos, quien más quien menos no muy felices al ver contraerse la pensión, ver contraerse los viajecitos anuales, ver contraerse el trabajo de sus hijos y sus nietos… 
Yo no veo más que ceguedad y confusión de unos dirigentes que nos han traído hasta aquí y deberían dimitir. Deberían reflexionar más y detenerse en la aberración que nos proponen, mientras el mundo se aleja de nosotros a toda velocidad. Estos son cuentos de la lechera pero, además, muy siniestros, en los que el único horizonte es la guerra. ATPC los objetivos de progresar, innovar, crear empleos para los europeos, integrarse en nuestro mundo, al que parecemos renunciar por la alucinación. Iremos al tercer mundo directos y, además, sin ejército, salvo el necesario para montar unas dictaduras que gobiernen lo ingobernable. 

sábado, 8 de marzo de 2025

La clave del éxito de la AI

Por lo que leo aquí, la condición necesaria, sine qua non, para tener IA, es la disponibilidad de energía abundante. La IA es, además de la llave del futuro, una gran glotona consumidora de energía. Por eso ya hay países que sin saberlo se están apeando del futuro. 
Por ejemplo, Alemania, por su nefasta política medioambiental de cerrar centrales nucleares y aumentar su dependencia del exterior al 60% de su consumo. Ha querido implantar la industria solar/eólica, que tienen una gran limitación: no es almacenable, y cuando el sol no sale o el viento no sopla, es carísimo mantener la oferta a un nivel mínimo de uso cotidiano. La alternativa es el apagón. (por razones similares, España es otro candidato a no disponer de IA, es decir, a la pobreza.)
No es ninguna broma: ser pobre es una tragedia, pues te conviertes en un país mendicante de ayuda de otros países, y no está garantizado, como es visible ahora, que estés gestionando por un gobierno dictatorial, encantado de tenerte en la pobreza para repartir las migajas de las donaciones (lo que él no se embolsa) y que le hagas reverencias - y compitas con los demás a ver quien hace mejor de poner el culo en pompa. 
En cambio, como Francia ha guardado sus centrales nucleares - aunque tendrá que hacer fuertes inversiones para reactualizarlas -, se pierde permitir con cierto optimismo su futuro en AI. 
Sí, pero, ¿de donde va a salir el dinero en un país endeudado y con un déficit del 5% del PIB, que quiere además más gasto militar para mandar soldaditos a Ucrania? A y está la puerilidad de nuestros políticos europeos, como Macron, a quien le encantan hacer trucos de magia pero le salen fatal, porque es un chapuzas que no tiene en cuanta la realidad. 
Otro país que lo tiene jodido respecto a la AI es Gran Bretaña; parece mentira que el país que tiene  petróleo en el mar del norte, y tenía centrales nucleares, ha malgastado todo en nombre de un ecologismo que pronto va a perecer, por que la AI es imparable, no se puede renunciar a ella, y su necesidad de energía creciente hará saltar por los aires el discurso de Greta Thunberg - aparte de coger con el pie cambiando a todos los políticos de hoy en día -.
Y sí, vamos camino de ser pobres, sin tardanza. Ya somos innecesarios, irrelevantes, de ahí nuestra gesticulación histriónica con lo de la guerra de Ucrania, que ¡nosotros! Vamos a parar ahora mismo (vean el vídeo en el que Sánchez se pone nervioso cuando le preguntan si va a mandar soldados españoles a Ucrania. De milagro no le da una hostia a periodista al que le temblaba la voz formulando su pregunta, al final de la rueda de prensa).

viernes, 7 de marzo de 2025

Guerra

Resulta que en un pis pas hemos pasado de ser pacifistas-verdes y ahora, deprisa y corriendo, nos quieren meter en una guerra con Rusia. Por cierto, para ayudar a Ucrania, que nunca ha sido más que una provincia de Rusia. Incluso algunos hablan ya de ir a Ucrania a combatir. Europa se ha pegado el lujazo de quitar barreras a los presupuestos para que quepan los nuevos y pimpantes ejércitos. Insensatos…
No tenemos dinero, estamos endeudados hasta las cejas, y tenemos un pasivo de futuro en pensiones y salud agonístico, impagable. Si esas pensiones futuras de nuestros hijos se rumoreaba que no se iban a pagar, ahora quieren mandarlos a la guerra para que se forjen en la batalla y en la muerte, y dejen de ser jóvenes inmaduros a base de hostias.
Vamos a ver: 
no existe un ejército si no hay una nación. La nación europea no existe. No basta salir de la nada un ardor guerreo europeo. 
Eso es una limitación fundamental, porque las economías de escala aconsejan que cada país se especialice en un tipo de arma; pero entonces eso llevaría a que los soldados de cada unidad jerárquica no serían del mismo país. ¿Vamos a tener que aprender a marchas forzadas ese inglés que tanto nos cuesta para medio-entendernos con nuestros compañeros de pelotón?
Esto por señalar dos de los impedimentos de los muchos que surgirán por el pequeño detalle de que Europa no es una entidad nacional, y nunca lo será. 
Veo más efectivo y urgente que España refuerce su capacidad militar, con especial énfasis para cubrir algunos riesgos que han crecido por el flanco sur; y que cada país haga lo mismo. Sería mucho más efectivo que intentar montar un ejército europeo de la nada:
el reclutamiento va a ser difícil, porque será difícil enardecer los corazones de nuestros jóvenes.
Todo esto empieza por la amenaza de Trump de no aportar más en la defensa de Europa, porque sabe muy bien que no somos capaces de construir una patria llama Europa. Pues fingir que existe o que no se nota, es una mentira muy peligrosa.
Sin EEUU no somos nada, menos que un islote desierto en medio de la nada. Necesitamos de nuevo converger con ellos y acordar un periodo razonable para reforzar nuestras defensas en el marco de la OTAN. Es una estructura que ya está ahí, que ha servido para defendernos, pero que ahora EEUU desprecia porque los europeos hemos aportado poco. Pies negociemos mayor aportación y seguir siendo aliados. A lo mejor no es tarde.

jueves, 6 de marzo de 2025

Yeltsin, atónito

En su primera visita a EEUU (1989), Boris Yeltsin, presidente de Rusia (predecesor de Putin), quería que le llevaran a un supermercado americano, a ver si era verdad lo que le habían contado. Sus huéspedes no entendían su interés, pero cedieron y le llevaron a uno que estaba cerca. Su asombro al ver la cantidad y variedad en oferta es patente en la foto. Luego dijo que se le derrumbó el comunista que llevaba dentro. Yeltsin fue el único mandatario liberal, que creía en la libertad. Pero fracasó, simplemente porque a la población no le entusiasmaba la idea. 

Esta guerra hay que pararla ya

Está guerra se está convirtiendo en un matadero de jóvenes cada vez más jóvenes. Occidente ha pedido a Zelensky que baje la edad mínima de reclutamiento a 18 años. Lean lo que dice Julius Strauss, testigo de muchas guerras, además de ésta:

El mayor problema para el ejército ucraniano es la falta de personal, pero las soluciones son complicadas. Mientras algunos en Occidente han instado a Kiev a reducir la edad de reclutamiento de 25 a 18 años, los ucranianos están divididos al respecto. La mayoría piensa que la edad debería reducirse un poco, quizá un año o dos, pero hay una reticencia general a reducirla a 18. "Tengo un sobrino de 19 años", me dijo una mujer ucraniana. "Es un niño. No sobreviviría en el frente". En lo que hay más acuerdo es en que demasiados hombres en edad de combatir están eludiendo el reclutamiento. Se esconden en casa o sobornan a médicos o funcionarios para que los eximan. Endurecer las reglas parece algo obvio, y la mayoría lo apoya, en principio. Pero cuando se trata de amigos y familiares, hay mucho menos entusiasmo. Le pregunté a un joven de unos veinte años si tenía miedo de que lo llamaran a filas. "Aterrado", dijo.

Debido a la escasez de reclutas, a los soldados que están en la reclusión no se les permite regresar a sus hogares. Un soldado-médico, "Volvo", habló en nombre de muchos. Está enojado porque, después de tres años de guerra, no está recibiendo ningún permiso significativo, a pesar de que tiene tres hijos. Estos hombres están cansados, desmoralizados y algunos tienen problemas psicológicos. Pero también son algunos de los soldados más experimentados y efectivos del mundo en este momento. ¿Cómo puede Kiev rotarlos y mantener las líneas? No hay una respuesta fácil.

lunes, 3 de marzo de 2025

Más sobre la verdad del conflicto Rusia-Ucrania

Copio y pego unos enlaces con unas conferencias y entrevistas de Jeffrey Sachs, sobre la verdadera razón del conflicto Rusia-Ucrania-Europa.



Estas declaraciones aclaran un tanto la razón por la que hemos llegado a este conflicto indeseable que ahora, curiosamente, Europa quiere abrazar como cosa suya, cuando EEUU, con la llegada de Trump, ha suspendido su línea geopolítica de dominar el mundo, embarcándonos como sin querer a nosotros. Trump ha denunciado esa línea anterior de geopolítica que seguía EEUU y está buscando una paz que, ante todo, tranquilice a Rusia sobre la estabilidad de sus fronteras. 
Debemos apoyar esa paz porque Europa ha empezado a creerse una especie gran potencia (sin ejército ni nación) y habla como tal, cuando en realidad es un mero castillo de naipes a punto de derrumbarse. ¿Y qué hacen los europeos (o sus líderes que, presuntamente, nos representan) en el peor momento? Llamar a la guerra como niños imbéciles y mal criados. Claro que esto, como dice Jeffrey Sachs en una de las entrevistas, es cosa de le élite, que en el caso del Europa está muy alejada de “su pueblo”, por denominarlo de alguna manera. 
Ucrania no es un cordero indefenso atacado alevosamente por Putin. Lo que ha hecho Putin es el único paso que le quedaba para frenar el cercamiento que EEUU y Europa le han estado haciendo, metiendo a los países limítrofes con Rusia (su cinturón de seguridad) en la OTAN, cuando ambas partes habían acordado, en el año 1991, que si Rusia aceptaba la reunificación de Alemania, los occidentales no aumentarían ni un centímetro el perímetro de la OTAN. Este pacto se traicionó reiteradamente por EEUU, a pesar de las reiteradas protestas de Putin mientras metían en la OTAN a Estonia, Lituania, Bulgaria, Letonia, Rumanía, Polonia, Hungría, etc., todos antiguos países bajo la influencia de la antigua URSS, poniendo en riesgo el cinturón de seguridad de Rusia. El último eslabón iba a ser Ucrania, que nunca ha sido más que una provincia de la Rusia zarista y de la URSS, a la que USA, con la complicidad de la UE, querían colocar el la OTAN. Ello, en la práctica, se traduciría en que pudieran instalarse misiles de corto alcance a poca distancia de Moscú.
No es que Putin sea un angelito y EEUU el demonio. Lo que pasa es que Putin tiene argumentos sólidos para justificar lo que ha hecho, y Trump le da la razón, por eso creo que Trump es el único capaz de alcanzar un alto el fuego y, ojalá, la paz, que una Europa vieja y caduca que de repente quiere jugar a los soldaditos. 
Es curioso que hasta 2008, Europa era reticente a seguir los pasos de EEUU, y desde entonces cambió su línea y se alió con USA en su guerra particular de gran potencia menguante. Una vez iniciada la invasión de Ucrania, hubo otro momento crucial que rememora Sachs, cuando en 2022 Turquía organizó un intento de alto el fuego y de paz que Putin aceptó, pero Zelensky, con el apoyo de EEUU y UE, rechazó. ¿Por qué? ¿A qué jugaban EEUU y, sobre todo, La UE? Resulta que llevamos casi 20 años jugando con fuego y no se nos había comunicado; porque la versión que ha circulado en la prensa nacional, y la extranjera que yo sigo, es la de Zelensky-Caperucita versus Putin-el-lobo, al que han llegado a comparar con Hitler. No es que Trump sea mi héroe; hay muchas cosas que me disgustan de él, pero si estábamos jugando a la ruleta rusa, no lo sabíamos.
A donde nos han llevado. A ver cómo nos sacan de esta peligrosísima situación. De momento, como dice Nina Schick

“The war in Ukraine—now entering its third year—is the biggest issue. Trump has made it clear he intends to end it, one way or another. If that means cutting a deal with Russia, so be it. Let’s get it done.”

Europa se reinventa dando piruetas

Europa ha mostrado signos de enorme desconcierto ante el choque entre Trump y Zelensky, lo que ha interpretado erróneamente como su oportunidad para salir al escenario y demostrar que, pese a no contarse con ella en el reparto de la Tragedia, ella es muy capaz de ser la protagonista. 
Aquí les dejo con una selección de párrafos de un analista (https://open.substack.com/pub/yaschamounk )que conoce bien a Europa  - y sus meteduras de pata -, en los últimos años, en todos los foros. Europa no ha comprendido todavía cómo Trump gana en EEUU y que éste ya no es el aliado más fiable…

En el otoño de 2016, fui miembro junior de la Academia Transatlántica del German Marshall Fund, un puesto que da una idea del ambiente general que prevalece en las respetables, aunque un tanto formales y poco imaginativas, instituciones que se dedican a garantizar el buen funcionamiento de la alianza occidental. Unas semanas antes de que Donald Trump se enfrentara a Hillary Clinton, hicimos un viaje por carretera para reunirnos con los principales responsables de las políticas en Berlín.
En cada reunión, nuestro sherpa, Stephen Szabo (un hombre con un comportamiento típico del Middle West tan plácido que es fácil pasar por alto lo incisivas que suelen ser sus preguntas) presionaba suavemente a nuestros interlocutores sobre sus planes para una posible administración Trump. Y en cada reunión, las respuestas de los Verdes y los Demócratas Cristianos, de los Liberales y los Socialdemócratas eran casi idénticas: Trump no puede ganar, 
pero ¿y si lo hace? 
La política exterior estadounidense seguramente no cambiará tanto, pero ¿y si lo hace? 
Las cosas volverán a la normalidad después de Trump. 
Pero ¿y si no lo hacen? Silencio. Encogimiento de hombros. Y luego, en pocas o muchas palabras, el estribillo implícito: Tienen que hacerlo. Porque cualquier otra cosa sería impensable.
Esto marcó el tono de lo que Europa hizo (o más bien, no hizo) durante los siguientes ocho años. Aunque los líderes del continente estaban profundamente desconcertados por la victoria de Trump, trataron su presidencia como una pesadilla única de la que todos despertaríamos eventualmente, con las leyes del mundo que nos rodea mágicamente restablecidas a la “normalidad”. Aceptaron consejos sobre cómo estrecharle la mano a Trump durante las cumbres. Intentaron apaciguarlo con modestos aumentos de sus presupuestos militares o espectáculos suntuosos durante las visitas de Estado. Esperaron el momento oportuno y esperaron a que los estadounidenses entraran en razón eligiendo a alguien como Joe Biden. Y luego, por supuesto, eso fue exactamente lo que hicieron los estadounidenses, aparentemente demostrando que la inacción europea (en realidad nacida de una total falta de imaginación) fue un golpe de genio táctico.
La misma negación de las realidades inminentes ha dado forma a la respuesta europea desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022. En todas las conferencias de seguridad, los expertos y los estrategas militares se preocuparon por el grado en que el apoyo a Ucrania se estaba convirtiendo en un juego político en Washington. ¿Leyó usted acerca de los congresistas republicanos que votaron en contra del último paquete de ayuda?, diría un experto. ¿Ha visto la última publicación de Truth Social sobre Zelensky que Trump envió desde su exilio en Mar-A-Lago?, susurraría otro estratega militar.
Pero la creciente preocupación nunca se tradujo en acciones reales. Si bien Europa ha hecho una contribución significativa a la defensa de Ucrania en los últimos años, los líderes políticos del continente nunca desarrollaron un plan sobre cómo podrían contener a Rusia si una nueva administración en Washington realmente los dejara a su suerte. De hecho, algunos de los mismos políticos que ahora parecen genuinamente conmocionados por la traición de Trump han traicionado a Ucrania por razones políticas. Por ejemplo, ante una ardua lucha por la reelección como Canciller de Alemania, Olaf Scholz promocionó repetidamente su renuencia a hacer más por Ucrania como una muestra de su criterio superior, insinuando que la posición más agresiva adoptada por su principal rival, Friedrich Merz, correría el riesgo de incitar a una Tercera Guerra  Mundial.
Un término que les gusta especialmente a los políticos  europeos es el “efecto Bruselas”.
Según esta idea, repetida hasta el cansancio en discursos y conversaciones privadas durante la conferencia, la verdadera superpotencia de Europa es su capacidad para liderar el mundo en materia de regulación (no es broma). Si la Unión Europea adopta un nuevo conjunto de reglas, las empresas lejanas de Asia o América del Norte que quieran mantener el acceso a uno de los mercados más grandes del mundo tendrán que acatar los deseos de los burócratas de Bruselas. Incluso cuando se trata de tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial, insistieron los otros miembros de mi panel, Europa sigue siendo una fuerza con la que el mundo tendrá que contar.
Un problema de esta visión es que demuestra una pobreza de ambición escandalosa. Pensar que el papel que le corresponde al continente que inventó la imprenta y la máquina de vapor, el automóvil y la World Wide Web es convertirse en el regulador en jefe del mundo es (como ya he escrito antes) una reminiscencia del sueño de un niño de crecer para ser vigilante de un pasillo. El otro problema de esta visión es que es un ejercicio de ilusiones. Si bien esta ambición puede ser desalentadoramente modesta, el estado actual del continente la hace completamente irreal.
Tomemos el caso de la IA. Cuando pregunté a los miembros de la audiencia de la conferencia si tenían ChatGPT instalado en sus teléfonos, casi todos levantaron la mano. Cuando pregunté quién tenía DeepSeek, aproximadamente una cuarta parte de la audiencia levantó la mano. Cuando pregunté sobre MistralAI, la tecnología más avanzada de Europa en este ámbito, solo vi una mano. (El ex vicepresidente de la Comisión Europea me señaló con orgullo que no había notado que una segunda persona también había levantado la mano).
Durante la Guerra Fría, los países europeos que estaban sujetos a la esfera de influencia de la Unión Soviética terminaron siendo dictaduras comunistas, todos y cada uno de ellos. Los países europeos que formaban parte de la esfera de influencia de Estados Unidos terminaron convirtiéndose en democracias, todos y cada uno (prácticamente). Tarde o temprano, los estados clientes suelen llegar a parecerse a sus patrocinadores.
La última opción es que Europa haga lo que sea necesario para volver a ser un actor histórico por derecho propio, pero eso exigiría mucha más imaginación y un esfuerzo mucho mayor de lo que casi todo el mundo en Europa parece dispuesto a reconocer. Los europeos tendrían que invertir mucho más dinero en reforzar sus fuerzas militares para poder proporcionar seguridad a su propio continente de manera creíble, por supuesto, pero también tendrían que reconocer que su capacidad para valerse por sí mismos es totalmente incompatible con su resignación implícita a ser el continente de los museos, los monumentos y la mediocridad.
La necesidad más urgente que tiene Europa ahora es invertir en su propia defensa. Después de dos terribles guerras mundiales, países como Italia y Suecia, comprensiblemente, prefirieron gastar dinero en escuelas y planes de pensiones en lugar de en soldados y aviones de combate. Y como Estados Unidos emergió de la primera mitad del siglo XX con vastos recursos y un compromiso permanente con la alianza occidental, pudo externalizar gran parte de su seguridad al Tío Sam.
La era en la que los europeos podían externalizar con fiabilidad su seguridad a Estados Unidos ya ha terminado.

Como me decía un amigo, Europa se ha quedado en un mero parque temático, muy suspicaz cuando se le señala un fallo, y orgulloso de su sistema ordenancista que asfixia la creatividad y la innovación. Entonces parece poco creíble que, de repente, deprisa y corriendo, vaya a tomar las únicas decisiones que la salvarían de la insignificancia galopante que nos acecha. 
Es más, las locuras que están haciendo los últimos días - un verdadero absurdo que es un boomerang que nos va a estallar en la cara -, solo pueden interpretarse como meter palos en las ruedas de un proceso de paz que tenía escasas posibilidades, pero realmente el único que había, porque Putin (que tiene la sartén por el mango) solo confía en Trump. 
Putin tiene la última palabra decisiva porque en cualquiera momento puede dejar las conversaciones sin grandes daños a su economía, que ha florecido durante la guerra. Además, tiene una corte de consejeros no unánime sobre una paz: algunos querrían proseguir la guerra y ampliarla hacia el sur…
Me da la sospecha que Zelensky ya había acordado, previamente a su numerito, montar el pollo para que Europa tuviera una excusa y montar el espectáculo que estamos viendo, y que no lleva a ninguna parte salvo a una posible III WW. Por favor, UE, deja de soñar despierta y haz un acto de dignidad final, no propongas cosas para las que no estamos preparados, aparte de arruinados (lo que sabe todo el mundo). Deja de jugar a la guerra como un niño con una granada en la mano. Piensa seriamente un plan de rearme puramente defensivo, a nuestro alcance, y déjate ya de alharacas. Nos estás metiendo en un avispero que puede acabar con todos nosotros. 
Como dice  Pero el llamado de Sir Keir Starmer a que Europa haga el “trabajo pesado” para salvaguardar la futura independencia de Ucrania servirá de poco a menos que él y otros líderes europeos puedan persuadir a la administración Trump para que apoye su iniciativa. Como dice Con Coughlin , The Telegraph,

“Está muy bien que Starmer llame a una “coalición de los dispuestos” para proteger a Ucrania, que podría implicar el despliegue de tropas y aviones de combate británicos, pero esas promesas servirán de poco mientras los líderes europeos no aborden la cuestión fundamental de sus fuerzas militares, que carecen de recursos y fondos suficientes.”

domingo, 2 de marzo de 2025

España como final

¿Qué es España? Un país, una nación, un estado? No. España es una cueva de malhechores 👇👇👇. Eso sí, desmembrada.

Arcadi Espada

Artículo de Arcadi Espada. Imprescindible

(Ejercitar) Pasé parte de la semana reuniendo informaciones y comentarios de militares españoles sobre la defensa y la guerra. Uno de ellos acababa nuestra conversación con la famosa frase de Jean Monnet, en su Mémoires (Fayard, 1976): «Siempre he pensado que Europa se haría en las crisis y que sería la suma de las soluciones que se dieran a estas crisis». En efecto, Europa no ha sido nunca el resultado de un solo acto. El militar añadía: «O esta crisis se resuelve con un gran acto de creación o se llevará por delante a la Europa que conocemos y amamos». Y es de este final del que voy a partir.
Cuando acabó la Guerra Fría, Europa tomó una decisión racional: reducir su inversión en Defensa. Había caído el Muro y había acabado la Historia, según la vulgata que se hacía de Fukuyama. El nacionalismo, que causó las dos guerras mundiales del siglo XX, y el autoritarismo eran amenazas del pasado. La democracia liberal había vencido. Los ejércitos europeos siguieron siendo ejércitos, pero en miniatura. Lo dijo bien Josep Borrell: ejércitos bonsái. Desde principios de este siglo los recursos de la defensa europea han estado por debajo del 2% del PIB. Al fin de las amenazas seculares se unía la justificación de que los americanos acudirían siempre al rescate. Los europeos trataron de pagar la deuda acompañando a Estados Unidos en su transitorio afán de democratización del mundo. Acompañándolos, pero sin apenas muertos. Nadie como España llevó la desinversión en defensa hasta el extremo. En 2019: 0,9%. En 2020: 1%. En 2021: 1%. Hoy está en el 1,3%. Los militares suelen tener en la cabeza a Napoleón. Sus tres necesidades imprescindibles para la guerra fueron: «Dinero, dinero y un poco más de dinero». Pero uno de esos militares, Teodoro López, jefe del Estado Mayor de la Defensa, matizaba hace unos meses que el dinero debe gastarse en el clásico Si vis pacem: «Aunque mantener una disuasión efectiva sin duda es caro, en términos económicos el conflicto armado lo es mucho más. Pero si encima se pierde, es absolutamente inadmisible» (La Verdad, 14 de marzo de 2024). Europa observó perpleja, con ejércitos subfinanciados y una cultura de defensa casi inexistente, la Ucrania invadida. De repente se veía a sí misma como la vio el citado Borrell: «Una herbívora en un mundo de carnívoros». La perplejidad ante la guerra fue la sorpresa de no tener con qué hacer la guerra.
Los ucranianos, sin embargo, no tuvieron otro remedio que hacerla. Muchos militares españoles han estado y están en contacto con sus compañeros ucranianos. Allí. Pero también aquí: instruyéndose en las unidades y curándose en los hospitales. Las cifras que revelan son desoladoras. La población, la primera: ha pasado de 40 a 30 millones en apenas tres años. Ocho millones de ucranianos han huido al extranjero. Otro millón está combatiendo. Y el último que queda son heridos, prisioneros o forman parte de la población de los territorios ocupados. Es verdad que Rusia no ha ganado la guerra y el avance de sus tropas es mínimo. Pero Ucrania encara un grave problema de reclutamiento. Trump, ese canalla de reality, tenía razón el viernes ante Zelenski cuando le espetaba que ya no tenía soldados. El gap entre sus necesidades y lo que puede reclutar es aproximadamente del 30%. Esta falta de efectivos se ha compensado en parte con la tecnología. Solo en lo que va de año Ucrania ha usado más de 40 mil drones en el campo de batalla. A pesar de ello, hay una palabra que se repite en Kiev y en todos los que llegan de Kiev. Es colapso. La ayuda norteamericana no va a continuar. Y la ayuda europea es insuficiente para proseguir la guerra. Tiene razón el canalla show: solo de Estados Unidos depende cuánta derrota se añada a la paz. Europa no tiene armas. Ni tampoco tiene hombres capaces de morir por Europa. Desde 2022 todos los que han muerto por Europa son ucranianos: ahí acaban todas las declamaciones.
La cándida pereza europea no solo afecta a la inversión. Hay un problema profundo de mentalidad que aflora allá donde se excave. El Pacto Verde europeo, por ejemplo. Establecía regulaciones que excluían o limitaban la financiación a sectores que no se consideraban sostenibles o éticos. Entre ellos la industria de defensa. El resultado fue que bancos e inversores europeos abandonaron el sector o restringieron su financiación. Pero además de dinero hace falta investigación. Bastará este titular de hace 20 años del diario El País: «Once universidades renuncian a desarrollar investigación militar». Es muy instructivo leer los estatutos de la Universidad Autónoma de Madrid o de la de Barcelona. Esta frase, por ejemplo, del capítulo de contratación de la universidad madrileña: «Quedan excluidos aquellos contratos y cursos que sean de naturaleza bélica y cuyos resultados deban ser secreto militar». Y esta de los Principios de actuación de su homóloga barcelonesa: «La Universidad fomenta la cultura de la paz, el progreso social y la igualdad, y renuncia a la investigación directamente orientada a finalidades militares».
117.000 militares forman las Fuerzas Armadas españolas. De ellos, 75.000 pertenecen al ejército de tierra. No llenan ni donde Mbappé. La profesionalización de las Fuerzas Armadas –un resultado, por cierto, del Pacto del Majestic– coincidió con la austeridad a que obligó la adopción del euro. Lo que condujo a nuevas reducciones de unidades y personal, a la limitación del mantenimiento y a las dificultades de adquisición de nuevos materiales. El reclutamiento no funcionaba por las míseras condiciones económicas que se ofrecían en aquel tiempo de bonanza. Pero antes de mejorarlas se optó por una solución que lo dice todo, absolutamente: la reducción a 70 del coeficiente intelectual mínimo de los nuevos alistados. En las Fuerzas Armadas modernas queda poco lugar para estos coeficientes. Los medios son tecnológicamente complejos, incluso en primera línea de fuego. El reclutamiento mejoró a partir de 2006 con la Ley de Tropa y de Marinería y la crisis acabó haciendo el resto. Pero otra vez están surgiendo dificultades para completar la plantilla de las unidades que más sufren en combate. Y esto ocurre en tiempos de paz –relativa. Ahora cabe imaginar lo que sucedería ante una guerra, por limitada que fuera, en una comunidad de hijos únicos y perros ya con hermanitos. No es posible sostener un Ejército con la natalidad bajo mínimos. Otra vez Napoleón, ahora contemplando la inmensa línea de cadáveres franceses en Eylau: «Une nuit de Paris réparera tout cela».
La palabra ejército procede del latín exercitus, que significa «ejercitar mucho». La vida del Ejército no es la guerra, sino la preparación permanente para la guerra. En los últimos años se ha trasladado sin matices la legislación de la conciliación laboral a las Fuerzas Armadas. Un padre o una madre con hijos menores de 12 años está en su derecho de no acudir a maniobras. Se concilia. No se ejercita. Un inmenso despropósito. Valdrá el ejemplo imaginario de los bomberos, un servicio 24/7. El conductor concilia de 8 a 10, el responsable del grupo de presión de agua, de 13 a 14. Por lo que el turno de 8 a 15 solo está disponible para actuar de 10 a 13 y el resto de las horas no puede acudir al incendio. No solo un despropósito. Un fraude a la comunidad. Luego está la disciplina. España ha alineado su legislación militar disciplinaria con la de Europa. Para decirlo con suavidad: una legislación adecuada a la Europa postheroica en la que la cobardía es incluso un valor.
De modo que este es el escenario. Un protectorado abandonado por su protector. ¿Ejército europeo? Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, cifra en cinco años la formación de ese Ejército. Un brindis al sol, que en cualquier caso no ilumina la siniestra zona de sombra en Ucrania. Hay ejército cuando hay Estado. Sin Estado, solo hay mercenarios. Mis militares creen que la única salida realista es fortalecer el pilar europeo de la OTAN. Por ejemplo, Europa ha de tener sus propios Awacs, los aviones de detección temprana de amenazas, o sus propios Himars, el sistema de lanzamiento de cohetes de artillería que, aun con las limitaciones impuestas por Estados Unidos, usa Ucrania. Esto exige mucho gasto. Adquirir las capacidades del que las tiene, que son inevitablemente los americanos, ahora sometidos al canalla Survival, e invertir en I+D para desarrollarlas autónomamente en el futuro. Pero hay una condición: Europa debe unir sus industrias de defensa. Y eso lo pondrá difícil el nacionalismo. Los nacionalismos.
Los europeos quisieron expulsar a la guerra de la realidad. En estos casos se echa mano de una frase –mejorada– de Ortega, de La rebelión de las masas: «Toda realidad ignorada prepara siempre su venganza». Va bien aquí Ortega. Unas líneas después escribía: «Europa será la ultranación». A diferencia de tanto imbécil de nuestra época, sabía manejar el prefijo.
(Ganado el 1 de marzo, a las 12:21, enterado de que Donald Trump va a hacer del inglés la lengua oficial de Estados Unidos, porque este rústico provinciano ignora que el inglés es la lengua oficial del mundo).