Olivier Blanchard, jefe de economistas del FMI, ha propugnado varias veces una tasa de inflación más alta (4%) para poder afrontar el problema de la deuda. Aquí, en una entrevista publicada en el País, parece renunciar a sus ideas. Pero afirma cosas interesantes.
Como sé cómo piensa Blanchard, casi no tengo dudas de su opinión.
R. Los países europeos de la periferia no se salvarán solo con sacrificios presupuestarios. Colocados en la imposibilidad de devaluar debido a la existencia de una moneda común, el euro, deben mejorar considerablemente su productividad, o bajar sus salarios, o ambas cosas. Eso supone unas reformas estructurales, especialmente de su mercado laboral. Hay que acabar con el dualismo entre los contratos indefinidos y los temporales. Eso también supone reformas en el mercado de bienes; muchos de los sectores protegidos tienen una productividad escasa. En Portugal, por ejemplo, el sector inmobiliario es muy ineficiente debido a la ausencia de economías de escala, ya que la abundancia de normativas impide que se construya un parque homogéneo. Esas reformas tardarán tiempo en surtir efecto y, antes de que veamos los resultados, estos países tendrán dificultades para volver a pedir préstamos en los mercados. En cualquier caso, esos países, como el resto de Europa, que se arrastra con un 1,5% de crecimiento y que está obligada a realizar ajustes dolorosos, tienen que comprender que, a la larga, deben proseguir sus esfuerzos.Es decir, no tengan esperanza, pero actúen como si la tuvieran. ¿O está expresando una verdad semi-oculta, como diciendo que el objetivo es inalcanzable (Esas reformas tardarán tiempo en surtir efecto y, antes de que veamos los resultados, estos países tendrán dificultades para volver a pedir préstamos en los mercados,) hagamos lo que hagamos, mientras no podamos adjustar cambios (no se salvarán solo con sacrificios presupuestarios.) ?
Como sé cómo piensa Blanchard, casi no tengo dudas de su opinión.
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