Mientras Trichy emprende su escalada de tipos, en USA se discute furibundamente sobre si el QE2 ha servido de algo (aquí, una buena síntesis sobre el debate). Es curioso esta abismal distancia de valores entre dos continentes. Recordemos que EEUU está creciendo, que la inflación está controlada, que el déficit exterior también, y que sí: el paro decrece demasiado despacio. Entonces, unos y otros discuten sobre si se debe interrumpir o no el QE2. Esta semana habrá novedades en un sentido o en otro, Pues el FOMC se reúne, y el jueves (por vez primera) Bernanke anunciará y explicarán sus decisiones no con una nota, sino en persona. Muy interesante, estén atentos.
Yo personalmente soy incapaz de decir si ha de seguir o no el programa de adquisición de deuda. Si el gobiernos se hubiera estado quieto... pero no: ha estado emitiendo como un loco mientras la FED compraba deuda. Eso es una locura. Si el Gobierno mostrara un compromiso sólido con la reducción de la deuda a medio plazo, y mientras la inflación sigua controlada, podría aceptarse una prórroga del QE2. Al fin y al cabo, como se ve en la gráfica, la inversión nominal total (línea roja: incluye la inversión inmobiliaria), y la empresarial (línea verde) se han pegado una galleta de órdago, de la que no se han repuesto. Eso es un signo de desconfianza, y ciertamente, es un signo de que las empresas siguen prefiriendo la liquidez a la adquisición de capital productivo. Por eso, esencialmente, no aumenta el empleo. Por lo tanto, el crecimiento se debe esencialmente a la gran productividad de la capacidad instalada, lo cual es desde luego estimable.
Para mí la mejor señal que podría dar el gobierno es pactar con la oposición una consolidación fiscal creíble, lo cual mejoraría las expectativas de las empresas sobre sus beneficios netos de impuestos. Eso, además, liberaría de peso a la FED, que tendría más margen de maniobra. Pero hay que tener en cuenta que las reacciones al alza después del batacazo no se obtienen fácilmente, y que se tarda en recuperar la confianza de los inversores.

por cierto, si incluyo la inversión española (azul siguiente gráfico) , la galleta es similar, pero sigue cayendo. Todo un síntoma. Hemos de hablar de esto.

Yo personalmente soy incapaz de decir si ha de seguir o no el programa de adquisición de deuda. Si el gobiernos se hubiera estado quieto... pero no: ha estado emitiendo como un loco mientras la FED compraba deuda. Eso es una locura. Si el Gobierno mostrara un compromiso sólido con la reducción de la deuda a medio plazo, y mientras la inflación sigua controlada, podría aceptarse una prórroga del QE2. Al fin y al cabo, como se ve en la gráfica, la inversión nominal total (línea roja: incluye la inversión inmobiliaria), y la empresarial (línea verde) se han pegado una galleta de órdago, de la que no se han repuesto. Eso es un signo de desconfianza, y ciertamente, es un signo de que las empresas siguen prefiriendo la liquidez a la adquisición de capital productivo. Por eso, esencialmente, no aumenta el empleo. Por lo tanto, el crecimiento se debe esencialmente a la gran productividad de la capacidad instalada, lo cual es desde luego estimable.
Para mí la mejor señal que podría dar el gobierno es pactar con la oposición una consolidación fiscal creíble, lo cual mejoraría las expectativas de las empresas sobre sus beneficios netos de impuestos. Eso, además, liberaría de peso a la FED, que tendría más margen de maniobra. Pero hay que tener en cuenta que las reacciones al alza después del batacazo no se obtienen fácilmente, y que se tarda en recuperar la confianza de los inversores.
por cierto, si incluyo la inversión española (azul siguiente gráfico) , la galleta es similar, pero sigue cayendo. Todo un síntoma. Hemos de hablar de esto.
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