"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 28 de junio de 2019

Zafra

He llegado de un viaje de 700 km, que esta vez hemos decidido hacer en dos etapas. Esto ha sido una gran decisión, pues me ha permitido conocer Zafra, un gran Pueblo en pequeñito. Zafra tiene el encanto de de Sevilla, dicen, y los que lo dicen no andan desencaminados. El casco central de Zafra, el cogollito, es una maravilla de monumentos y encanto, sobre todo por la noche, en la que, pese al calor del día, refrescó y permitió disfrutar de su embrujo inenarrable. Los zafrenses son además acogedores y cordiales. 
Nos dio tiempo a visitar un par de Iglesias, con esa grandiosidad que encuentras en los sitios más insospechados. No tengo nada de beato, pero pensar que hay mucha gente que quiere borrar ese pasado nuestro, me subleva. Una de llenas, como en tantas otras partes, era la antigua sinagoga, u muchas casas tenía todavía huellas de su paso perdido por aquí. 





A las 12 de la noche, después de un paseo mágico, desde la azotea del hotel se divisaba todo el pueblo, con un cielo azul oscuro de verano templado, un silencio que permitía oír las campanas de la Iglesia principal. Zafra tiene mucha zona ajardinada, un aplaza Grande y otra Chica, y ahí probamos un vino de la tierra con sabor a auténtico, del que compramos unas botellas de recuerdo. A la vuelta me volveré a parar, aunque ya no tendré la sorpresa tan agradable de la primera vez. 
El hotel es una casa noble reconvertida, pero todavía conserva retazos de esos salones de las grandes casas de XIX, con chimenea espectacular, toda de madera, todo ello dando al patio central, adyacente  éste al patio abierto que por la mañana nos prestó su encanto de plantas y flores para el desayuno. Difícil imaginar cómo sería la vida en una casa así, que me recordó algunos cuentos de Azorín. Silencio, chimenea crepitando, un puro habano humeando, y una charla acompañada de buenos caldos. Detrás, tupidos, a lo lejos, los leves campaneos De la Iglesia cercana y el sonido del agua clara de una fuente en el patio. ¿Haría falta salir para no aburrirse? El no va más. 
Lejos de la mediocridad de la actualidad actual, de periódicos y televisiones, de los que, por cierto, no vi ni oí ninguno. Eso es lo que llaman “lejos del mundanal ruido”. Perfecto. 
Estuve por quedarme un día más, pero había que llegar a destino. 

3 comentarios:

Antonio de Badajoz dijo...

Me alegro de que te haya gustado mi tierra. Extremadura es la gran desconocida... Saludos.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Yo no la desconozco del todo, pero sí es eso, la gran desconocida.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Zafra es un pequeña joya.