Pero no empece que la guerra en la que está enredándose Putin es un execrable ejercicio de matanza indiscriminada, digan lo que digan los defensores de Putin. Y lo peor está por venir. Tanto si a Putin le salen los planes - que de momento no le son favorables -, como si no. Putin ha echado un órdago a Occidente, y de momento lo va ganando pese a sus torpes tropiezos en Ucrania. Si no consigue sus objetivos, se buscará otros, y nosotros pagaremos las consecuencias.
Se discute si Putin es más comunista que fascista, lo cual no creo que sea relevante. Putin es agresor de un país independiente, miembro de la ONU, y sus métodos pueden ser identificados por ambos bandos: matanza indiscriminada, terror entre los civiles, limpieza étnica...
El mundo y sobre todo Occidente ya no será igual tras esta guerra malhadada. No sabemos calcular el alcance económico que nos aguarda, pero va ser una buena mordida. Nuestras rentas van a sufrir un recorte significativo, y la recuperación de una cierta estabilidad no estará exenta de una subida de impuestos para cubrir esa deuda que este gobierno ha creado porque le ha salido de las narices.
Sí, vamos a ser más pobres. Ya lo somos, pero no hemos empezado a pagar los pasivos que están a nuestro nombre. Y suerte tendremos si no necesitamos un rescate. No importa, seremos más pobres.
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