"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 21 de noviembre de 2022

El mundo de hoy

El mundo de hoy me provoca un cierto sabor amargo. Quizás sea el avance natural de los años cumplidos. O también la natural nostalgia por el pasado. Uno cumple años, mira hacia atrás, y se autoengaña imaginando que   “El tiempo perdido fue mejor”, como decía Proust. Éste, al final de su magna obra de remembranzas y análisis sin piedad de la sociedad, Proust se da cuenta de la superficialidad de sus personajes, que acaban fundiéndose sin dignidad en un fundido en negro...
Yo creo que el mundo de hoy se ha despegado definitivamente de su profundo pasado. Lo ha simplificado en unas simples consignas únicas, bajo la cuales el pasado es rechazado en su integridad, inentiligible y condenable, por no haber sido origen de los dogmas proféticos que hoy dominan la escena: Nuevo comunismo, Calentamiento, muera el Capitalismo... Consignas que han inspirado nuevos grupos de “Acción Directa”, que juegan a deteriorar o derribar muestras de la cultura y de la historia, pedir más radicalidad a los gobernantes, que se someten mansamente y los subvencionan (mientras los países islamistas subvencionan terrorismo). Estos grupos radicales son jóvenes que se rebelan contra sus padres y sus abuelos. Algún que otro imbécil mayor les jalea, creyendo que al fin renace su marxismo, pero no: a ellos les da igual mientras los poderes democráticos suicidas les subvencionen. 
Su radicalización no tiene límites, y es de esperar que sus acciones simbólicas, como asaltar museos y derribar estatuas, pasen a mayores metas. De momento es un anarquismo light, que a medida que aumente su enfado se mostrarán más agresivos. No sé si llamarlo “Woke” (Despertar), palabra tan usada y malgastada  que no tiene significado seguro. Leo en el Telegraph, a Zoe T,

De hecho, por más gastado que se haya vuelto, "despertar" no puede descartarse, porque realmente hay una nueva religión, una que ha visto a los niños de primaria alimentados con el activismo transgénero y enseñado que están empapados en el pecado de la supremacía blanca. Uno que se ha hecho cargo de las empresas que obliguan al personal a recibir capacitación obligatoria sobre prejuicios inconscientes para enseñarles cuán racistas son en realidad.

Entonces, cuando la izquierda “progresista” trata de pretender que la palabra “despertar” ha sido cooptada por los derechistas que intentan avivar las guerras culturales y demonizar a las personas que solo son amables, buenas, razonables y antirracistas, uno tiene que refutar severamente su afirmación. Es pernicioso y manipulador y, como era de esperar, es un argumento de la duquesa de Sussex.

En fin, no me queda claro del todo.
Douglas Morris dice que la nueva cultura viene de una enseñanza desastrosa, con profesores que le han inseminado el desprecio por lo más elemental y el aprecio por consignas simples y enaltecedoras. Como ya es difícil inculcar el marxismo desde la caída del muro de Berlín, este arma revolucionaria que enalteció a las masas desde el siglo XIX, yo no hace mayor efecto que el de su adobo a las nuevas etiquetas. Las masas, por su parte, de momento están prendidas en las consignas gubernamentales, falsa democracia, ausencia de crítica, y santo temor al Calentamiento. Esos jóvenes radicales son la avanzadilla de la confusa Revolución en marcha.
Todo esto ha hecho despegar al mundo de hoy de su pasado, pero ha sido un despegue no hacia el futuro (revolución), no al pasado (contrarrevolución), si no a un pozo. Despegue hacia la nada. 
Los reformistas que inspiraron fecundamente, democráticamente, el siglo XX, no tienen papel alguno, no encajan, se les ha mandado al baúl de los juguetes rotos que nadie quiere, ni los pobres, que ya tienen sus juguetes en buen uso...
Hay muchos y crecientes signos de decadencia acelerada hacia ninguna parte, al tiempo que surgen nuevas dialécticas siniestras de Guerra Total, expresión que se acuñó en la WWI, referente a la implicación en la guerra de los civiles. Bueno, esto es un poco exagerado, porque siempre las guerras han secuestrado, matado y saqueado a los civiles. Lo que pasa es que el armamento era mucho más tosco. Ahora no. Ahora el letal armamento hace imposible no matar civiles apiñados en las ciudades, “vientre blando” de los frentes. Putin ha hecho alarde de esto en Ucrania. 
Ortega y Gasset dijo que el cambio generacional es determinante del signo de los tiempos. “Cambian dos generaciones, y todo ha cambiando”. Él vivió dos guerras de cerca. Estuvo a punto de ser ejecutado en la retaguardia Republicana (República que él ayudó a traer) de nuestra Guerra Civil. Como otros varios. Conformaron lo que se dio en llamar la “Tercera España” - republicanos que tuvieron que huir por ser señalados como “tibios” por las hordas revolucionarias que se apoderaron del gobierno del Frente Popular. 
La generación de hoy niega y prohíbe asomarse al pasado iluminador. Pasado que se puede valorar por un hecho: en el gobierno de Felipe González había una raya muy marcada que separaba el Socialismo demócrata con el Comunismo de Carrillo. Eso con el tiempo se tradujo en la absorción de las huestes comunistas en sucesivas marcas para tapar sus vergüenzas, hasta el Podemos de hoy.
Estas nuevas generaciones quiere borrar los fundamentos de la Democracia que nuestra generación y sus padres edificaron como casa común y cambiarla por la “Acción directa”. 
En la anterior generación, se creó una ilusión en la sociedad que consolidó los cimientos de la Transición, pese a sus enemigos de uno y otro signo. Ésta venció a sus enemigos afanados en destruirla, con el apoyo de la comunidad internacional. 
Los políticos de esos tiempos eran distintos que los de hoy. Una muestra: comparen Este discurso de Reagan, al que despreciábamos, porque nos tragábamos la propaganda socialista. Aún si no creen en él, hay un abísmales entre su nivel y el de ahora. El desprecio con que lo veíamos ¿se debía a? Derechista, republicano de derecha, fascista, etc. Lo que se propuso lo consiguió: hundir a la URSS. Creo que es el único caso conocido de triunfo absoluto.


Eso fue ayer. Sus creencias compartidas se han apagado y se han sustituido por las de hoy, que dinamitarán la democracia que queda. Ahora no hay  creencias, si no cinismo. Palabras como Patria, Deber, Libertad, suenan a hueco.
¿Historia circular, ya vista en el siglo XX? Hay pistas que lo confirmarían. La contrastación, sólo posible por los hechos venideros.
Una visión del mundo de ayer y hoy de Sánchez  Dragó,con sus errores y aciertos, sobre todo un gran vitalista.

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