"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 20 de noviembre de 2022

La gran farsa de la COP27 sobre el cambio climático

Al parecer, los países Europeos participantes han quedado “defraudados” por la poca ambición (sic) de los acuerdos de último minuto de la COP27 (Cumbre del Clima), madrugada de hoy en Egipto. El acuerdo ha sido forzado: nadie se quería ir sin firmar, pero nadie quería ceder. Más adelante, la excelente crónica traducida de “Le Figaro” . Lo que más me indigna es que se diga que los países ricos (en quiebra), o sea, nosotros, debemos pagar indemnizaciones a los países pobres por las catástrofes naturales quien sufran (aunque ellos no pagarán: gratis. Incluso puede ser rentable tener una catástrofe, si te indemnizan bien...). En todo caso, hemos comprometido uno se recursos que no tenemos y deberán crear generaciones futuras. ¿Que ganeraciones, con la caída demográfica a la quien astimos? 
Al parecer, somos culpables de toda catástrofe natural, las nuestras y las de otros. A mí me parece una farsa pretender que se conoce con precisión milimétrica que una Castástrofe natural se debe al calentamiento: antes había catástrofes naturales. Ergo, nos achacan toda la culpa del calentamiento a nosotros, los paganinis. 
Como me parece una siniestra farsa marcarse como objetivo un calentamiento máximo de 1,2ºc “sobre la temperatura de la era (Cumbre de Glasgow)”. ¿Se sabe cual era esa temperatura? No lo creo. En fin, se trata de sacarnos la manteca a nosotros mientras nos hundimos. Y nosotros mismos, que somos los únicos que vamos a cumplir los objetivos (véase gráfico)




... debemos cargar con un débito financiero sobre nuestras cargadas espaldas, hasta que se nos acabe el único motor productivo para sostener a los ya crecientes pasivos, por el enorme desvío de recursos hacia lo no productivo que aceptamos alegremente. 
Sólo cuando se nos caigan la venda que no nos deja ver - y será tarde, me temo -, y redirijámos nuestro votos... en fin. Ya estaremos famélicos. No hemos hecho frente a nuestros pasivos de pensiones, sanidad, etc. Y vamos a firmar unos nuevos por una causa tan buenista como catastrófica. Bueno, moriremos sin tener consciencia de lo que me nos mata, pues casi nadie sabe lo que es la CO27, menos aún su significado en el futuro. (He dejado las llamadas a otros artículos porque expresan muy bien lo que nos están metiendo con el embudo.)

Finalmente se adoptó una declaración final resultante de muchos compromisos, que pedía una reducción "rápida" de las emisiones pero sin nuevas ambiciones en comparación con la última COP en Glasgow en 2021.

“Debemos reducir drásticamente las emisiones ahora, y esa es una pregunta que esta COP no ha respondido”, lamentó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al término de la conferencia climática. Posteriormente, la Unión Europea dijo que estaba "decepcionada" por el acuerdo de emisiones. Francia y Alemania también lamentaron “la falta de ambición climática”.

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Sin embargo, esta edición estuvo marcada por la adopción de una resolución emblemática, calificada de histórica por sus impulsores, sobre compensación por los daños causados ​​por el cambio climático que ya sufren los países más pobres. Este tema de las "pérdidas y daños" climáticos en los países pobres casi descarriló la conferencia, antes de ser objeto de un texto de compromiso de última hora que deja muchas preguntas sin respuesta, pero reconoce el principio de la creación de un fondo financiero específico.

Meta difícil

El texto sobre la reducción de emisiones también fue muy cuestionado, y muchos países denunciaron lo que consideraban un paso atrás respecto de las ambiciones definidas en conferencias anteriores. En particular sobre el objetivo más ambicioso del acuerdo de París, limitar el calentamiento global a 1,5°C en comparación con la era preindustrial, que sin embargo se reafirma en la decisión final.

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Los compromisos actuales de los países signatarios del acuerdo no permiten cumplir este objetivo, ni siquiera el de contener el aumento de la temperatura a 2°C respecto a la era preindustrial, cuando el ser humano comenzó a utilizar masivamente combustibles fósiles. responsable del calentamiento global. Estos compromisos, suponiendo que se cumplan en su totalidad, en el mejor de los casos pondrían al mundo en camino a +2,4 °C para fines de siglo y, al ritmo actual de emisiones, a un catastrófico +2,8 °C. Sin embargo, con casi 1,2 °C de calentamiento actual, los impactos dramáticos del cambio climático ya se están multiplicando.

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El año 2022 ha sido una ilustración de esto, con su procesión de sequías, megaincendios e inundaciones devastadoras, impactando cultivos e infraestructura. Los costes de estos fenómenos extremos también se disparan: el Banco Mundial ha estimado en 30.000 millones de dólares el coste de las inundaciones, que dejaron bajo el agua durante semanas un tercio del territorio paquistaní y se cobraron millones de víctimas.

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Los países pobres, a menudo entre los más expuestos pero que generalmente son muy poco responsables del calentamiento global, han estado exigiendo durante años financiación para las “pérdidas y daños” que sufren.

En fin, nos vamos a meter un túnel sin salida, del que nadie, ni ricos ni pobres, saldrá. 
Horrorizado de el CCC, la LGTBI, las locutoras de Irene Montero, y un largo etc... Mientras, nuestra deuda (mejor dicho, la de nuestros hijos) sigue creciendo. 

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