"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 27 de octubre de 2023

El arte pop como anti sistema

Vivimos de los residuos de la rebelión de los años sesenta, aquella revolución fracasada que no cambió aparentemente nada, pero cambió todo en el orden cultural.
Fue el mayo del 68 en Paris, en EEUU, y en otros muchos países, que inspiró una nueva manera de ver las cosas. Se fraguó sobre todo en la músico pop, Bob Dylan, los Beatles & co, que con su éxito modeló la nueva forma de sentir - que no de pensar - de una juventud anhelante de nuevas proposiciones cardiacas, liberación de opresiones, sexuales sobre todo.
No fue una revolución clásica de asalto al poder (como lo fue la Revolución Cubana de 1959): no podía serlo, porque no se basaba en articulación de un razonamiento más o menos lógico. En realidad fechó sin saberlo el fin del marxismo como excusa para rebelarse. El marxismo había muerto como doctrina de la izquierda, aunque ésta no se dio por enterada. François Marchais, líder entonces del partido comunista francés, se desmarcó de los del 68 diciendo que “no era una revolución, era una fiesta de los hijos de papá”.
Y era verdad, era una fiesta de niños caprichosos, a los que ya nadie fue capaz de meter en cintura, pero que cambiaron definitivamente nuestra manera de sentir y ver la cosas.
Y todo ello porque estéticamente sí fue una revolución, y televisada. ¿Quién no escucha hoy algo de los Beatles, o de Bob Dylan, sintiendo que algo profundo está cambiando, que es un salto cultural innovador? Eso es lo que explica su éxito rotundo en la TV y el mercado, que les hizo multimillonarios, e inalcanzables como icono de la izquierda que se estaba quedando sin agarradera ideológica. Cuando la izquierda quiso utilizarlos como mascarón de proa, se hicieron a un lado (Dylan, Lenon), pues lo suyo era una revolución individual, no tenían Fe en las revoluciones de siempre.
De hecho, los iconos del sesenta y ocho hicieron fortuna gracias al capitalismo, rompiendo la dependencia drogadicta de Marx, sentando las bases de una nueva sociedad capitalista más libre individualmente, pero más escéptica, que es lo que el fondo sentían los jóvenes fans de esa nueva cultura. 
Con su individualismo latente dinamitaron el marxismo, y a cambio se adaptaron al capitalismo. No tenían una alternativa que proponer. Solo sentimientos difusos. Ahí nació el pensamiento débil de consignas sin justificación. Ya no era necesario. 
No intento despreciar esa cultura, que cambió radicalmente la perspectiva social. Eso no es posible, pues siempre en la historia son los cambios de creencia y cultura los que modelan la sociedad non nata aún. El romanticismo, por ejemplo, que tuvo grandes aportaciones literarias, musicales y pictóricas, no fue consciente de lo que estaba creando. Sin embargo dio origen a movimientos sociales en los que habría que incluir Hegel y Marx... y a la vuelta del siglo, como dice Berlin, el Nazismo. 
La ilustración trajo, con su excesiva inclinación a la razón, una frialdad aplastante que negó la existencia de un cerebro emocional. De ahí el romanticismo como reacción y sus secuelas, ¿Freud quizás? 
El sesenta y ocho fue una infiltración sibilina e irreversible en el cuerpo social, que ahora nuestra su peor faz en el sentimiento actual difuso, el Woke identitario, que ha barrido de la escena - y lo que nos espera - Derechos fundamentales como el de un juicio justo, el de la propiedad privada (okupas), los derechos humanos en suma,  y todo los que cimentaban la civilización actual. Ahora estás en riesgo de la cancelación: que te maten en vida. 
Así que nos dirigimos a algo ignoto, distinto y con tendencias autócratas, simplemente porque la mayoría no aprecia la vida en Libertad, que es lo que hemos disfrutado desde la Segunda Guerra Mundial.







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