"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 19 de octubre de 2024

La elusiva verdad

“Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así, puedes hacer lo que quieras.”

Hannah Arendt,
historiadora y filósofa alemana, desarrolló el concepto de “La banalidad del mal”.

Más allá de esta opinión - acertada - de Hannah Arendt, yo veo en la mentira algo congénito al hombre más potente que el deseo de verdad:
Desde la infancia se aprende a desinformar. Lo llevamos en los genes, no hay más que refinar su capacidad. P.ej., cuando Pedrito le dice a Juanito: “eso es mentira, y lo sabes”, es desinformación si no se pueden comprobar los hechos. No sabemos de cierto quien dice la verdad. En el colegio estábamos todo el día “desinformando” sobre cualquier cosa. Las discusiones eran una pugna por ver a quién se le daba la razón; a nadie le interesaba la verdad. El resultado final no era demasiado ético. En el mejor de los casos, un dictamen lo más ecuánime posible. 
La opinión pública es el telar donde se fabrica la alfombra que tapa la verdad de los hechos, y al día siguiente volverá a ser tejida para envolver y ocultar los hechos. 
Un ejemplo. Hace meses que no sabemos nada de Ucrania después de unas contundentes victorias en suelo ruso. ¿Qué ha pasado desde entonces? Solo nos hablan de la guerra palestina, nada de la de Ucrania. Sospecho que algo ha cambiado y alguien ha decidido echar la cortina. ¿Esto es debido a la libertad de los medios o a instrucciones de los que deciden de qué se habla? 
Desde Galileo, Newton etc., sabemos que la verdad solo se alcanza si hay hechos contrastables que la confirman. Después de cada especulación debe venir la búsqueda de hechos que corroboren la hipótesis, siendo esta siempre provisional hasta que con el tiempo se encuentran otros hechos que no encajan, y alguien formula otra hipótesis más potente que da cuenta de los nuevos hechos. Esto solo existe en las ciencias naturales. En los demás campos, que son la gran mayoría - y los más importantes -, nos conformamos con una burda imitación del método científico, nunca perfecta, y susceptible de ser manoseada por unos y otros. 
Por eso decía Josep Pla que los “constructores de pueblos no eran los ingenieros ni los científicos, sino los poetas”. Eso es quizás una maldición del género humano: que las emociones sean más capaces de absorber lo que está en el aire, sin discriminar si es verdad o no. 
El mayor sueño distorsionante de la humanidad es, probablemente, el marxismo como fundador de sociedades. El marxismo era una falacia como se comprobó mucho después, setenta años después de su despegue en el 1917 con Lenin. Éste sabía muy bien lo que le convenía para establecer su revolución: mentir y exterminar a sus posibles enemigos, incluidos a los que confiaban más en la democracia pacífica. 
Durante años y años, casi hasta 1989, nadie se cuestionó- todo lo contrario - en occidente la veracidad y la nobleza de la sociedad soviética. Algunos intelectuales justificaban los crímenes y hambrunas como “un mal necesario”. Otros sencillamente no lo veían. La opinión pública, durante décadas, tuvo un sesgo a favor del “Hombre Nuevo”, que es lo que estaba surgiendo en ese experimento social sofocante y criminal. 
Algunos, pocos, intelectuales anglosajones (los franceses cerraron filas hasta los años noventa, cuando fue publicado por Stéphane Courtois “El libro negro sobre el comunismo”) informaron sobre la realidad de lo que pasaba: Stalin era, sencillamente, un monstruo de maldad no muy diferente a Hitler. Así lo declararon Kingsley Amis y su hijo Martin (Koba el Terrible), posiblemente reanudando la línea abierta por Arthur Koestler, ex comunista y ex miembro del Comintern al servicio de Stalin (hay que leer sus lúcidas memorias). También Kingsley fue miembro del partido, como tantos otros que fueron los primeros en ser conscientes de lo que había dentro. Otro ejemplo: Jorge Semprún, que se enfrentó a Carrillo (y se fue), por su dictadura en el partido y la distopia de éste sobre la realidad de España: estaba empeñado en derribar a Franco con las armas (luego cambió).
Toda esta ceguedad y empanada de occidente fue en buena parte debida a la política de propaganda iniciada por Lenin y seguida por Stalin, que puso en manos de un genio inteligente y malvado (llamado Munzenberg) el Comintern, al que convirtió en la oficina propagandística más eficiente de la historia. 
Como dije en un post anterior, su objetivo no era propaganda, sino mentiras contrapropagandistas para que la gente sintiera desconfianza y rechazo hacia su sistema democrático. 
Si estos hechos son ciertos, se puede concluir que la mentira es muy rentable, en todo caso más que la verdad, aunque sólo sea por el deseo de muchos de guiarse por ella y sus encantos. La mentira que nos viene cuando los Putines del mundo controlen la IA, posiblemente multiplicará por miles la eficiencia de la mentira sin necesidad de “acción de campo”, sino de potentes ordenadores. Así llegamos a la paradoja de Russell: “lo que dice en la otra cara de esta hoja es mentira. En la otra cara pone: lo que dice en la otra cara es verdad”… En la historia no siempre ganan los buenos.
No le auguro una vida plena a nuestra libertad y desarrollo (íntimamente unidos, no se sabe por qué). 
La historia ¿tiene sentido?¿es unidireccional? En Macbeth leemos una frase que siempre me ha fascinado; algo que podría decirse de la historia:

“La vida no es más que una sombra… una historia narrada por un idiota llena de ruido y furia que no significa nada.”

No hay comentarios: