"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 6 de noviembre de 2024

La caída acelerada del Estado

Sánchez ha dejado bien claro con sus últimas decisiones que va por delante de nosotros en su fervor de demolición de España con la ayuda de sus compañeros de viaje separatistas. Lo ha dejado claro como el agua: hay que dejar funcionar la iniciativa de las autonomías. España es un país ¿federal?, las comunidades son autónomas y deben tomar la iniciativa en casos de catástrofes naturales. De paso, ya que la oposición a mí Yo me pide que declare caso de emergencia nacional, les digo que me aprueben los presupuestos, que no he presentado ni siquiera formulado.

Doble trampa: que las autonomías del PP dejen ver su vaciedad incompetente, lo cual le ha salido muy bien – Mazón está amortizado -, y tengo cogido por sus partes al memo de Feijóo, que quedará mal me apoye o no me apoye en mis presupuestos trampa.

Al fin a estallado a la luz la verdadera política maquiavélica de este sujeto sin par, muy dotado para sacar fuego de una astilla verde y mojada, simplemente porque se la da bien ver como joder al contrincante y marcar una muesca más en su revólver silencioso.

No le hace falta ni siquiera los últimos avances de IA. Prefiere rodearse de una tribu cerril de necios que beben los vientos por el, le corean y le imitan cuando hacen declaraciones. El puto amo. El puto amo ha salido vivo de los desastres en cadena que ha provocado, y la ira de los afectados apenas le ha rozado. Estoy de acuerdo con Pérez Reverte: lo volverá a hacer. Volverá a ganar, pero antes habrá machacado a Feijóo hasta la ignominia; antes habrá roto la nación más antigua de Europa en dos o tres fragmentos, y Cataluña recibirá un tratamiento especial, (“único” dice Marichús), que arruinará a España para siempre, porque lo que quede de Estado será suyo y lo hará a su imagen y semejanza.

Porque, es así, despídanse de elecciones porque ya está avanzando con sus socios separatistas para construir (o destruir) un Estado asimétrico, dividido entre autónomos pobres, sin recursos, los cuales estarán en su mano y la de sus socios.

Ese es el panorama: una España rota “asimétricamente” con una economía empantanada por el peso de los impuestos y la deuda, cuyo recurso será totalmente arbitrario, como ya lo está empezando a hacer.

En la tragedia de Valencia hemos visto dos caras de este personaje único. Primero querer aparecer en el escenario dantesco como un salvador, lo que fue un error que pudo pagar caro. Luego, el desfallecimiento en el que cayó cuando repentinamente se dio cuenta de que le odiaban y amenazaban con matarle (si no llega a ser por los guardaespaldas). Solo hecho de menos la ausencia de su amada Begoña, para mayor contraste entre la pareja real y estos desalmados que se creen impunes (y la verdad es que lo son).

Hay quien dice que lo decisivo en la historia son las estructuras, las instituciones en las que encaja la decisiones humanas. Yo creo que este ser demuestra que el individuo maquiavélico también es decisivo cuando sabe leer las debilidades de esas instituciones y empieza a apoderarse de ellas y anularlas de su verdadero sentido de su existencia y las pone a su servicio. No es fácil lo que hace; no me imagino a otro. Tristemente ha nacido para aprovecharse de todas las debilidades del Estado democrático español, que son muchas.

Pero ya es tarde para remediarlo. Él ya tiene demasiados resortes en su poder, y va a tener más cuando consiga su operación fiscal Cataluña, que dejará seca financieramente al resto de España. Sabe, como cualquier déspota, que la pobreza del pueblo le hace más dependiente de las migajas que tira a boleo desde el balcón, por las que los miserables luchan por ellas. No dura mucho tiempo un déspota que permita un sector privado productivo.

No son las “condiciones objetivas” las que mueven la historia. Son los raros individuos sin alma especialmente diseñados para adueñarse de esas estructuras y ponerlas a su servicio. Ejemplos, Lenin, Hitler… monstruos de capacidades rara vez vistas, amorales que se fabrican una moral suya que justifica las aberraciones que se le ocurren.

Leer de ellos a toro pasado es fascinante porque encarnan el mal casi absoluto. Que te toque vivir bajo la bota de alguno de estos “seres excepcionales” es una mala suerte inmensa.


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