La escena más familiar es hoy los cuatro miembros de una la familia arquetípica (ya casi relegada en el pasado), sentados en la mesa de un restaurante, ensimismados con la pantallita, buscando anhelantes algo que les redima. De vez en cuando, en uno de los cuatro se le dibuja una sonrisa. Efímera. No se sabe si ha encontrado un amor en una página cualquiera, si es un amor tradicional o homo, si es trans o está por concretarse el perfil. A veces conectan con alguien que es algo y merece una sonrisa.
El ensimismamiento está en boga. Las relaciones son indefinidas y volátiles. Para qué luchar por conservarlas, si habrá otra que se aparecerá en la mágica pantalla. La amistad ha sido sustituida por el “tío, tía” que no compromete a nada. Las relaciones sexuales son cada vez más simples y a la vez más complicadas. Se prueba todo. En los periódicos hay todos los días consejos de un “experto” que te dice cómo correrte mejor. No era tan difícil. Hay técnicas, y sus resultados no dependen del amor, sentimiento complejo, inmanejable, anticuado.
Se desdeña el trabajo. Se prefiere la jornada a tiempo parcial. Más tiempo libre y menos sueldo. Se buscan alquileres colectivos. Nuevos agrupamientos son posibles. Dos tíos y una pareja. Se paga igualitariamente, pero hay polizones, porque uno que tiene más dinero le ayuda a otro porque lo prefiere de compañía.
Luego está lo del tiempo de ocio. Afortunadamente, las bajas sanitarias son más fáciles. El otro día escuchaba a uno contarle a otro que le preguntaba por su nuevo trabajo: - “pues tío, estoy encantado, llevo dos meses y medio de baja y mola!”. Baja por enfermedad y seguir cobrando. Hay está el chollo: poca paga, pero tiempo libre y bajas de salud. Óptimo. El que no puede que se quede en casa de sus padres, a mesa puesta, que ya no da vergüenza, no es un desdoro. Les queda dinero para montar una juerga, o algo extravagante, como contaba uno el otro día: - “joder tengo unas agujetas en las piernas, ayer fuimos a una finca e hicimos una guerra simulada, de esas con escopetas que te manchan la ropa de un color, que es que te han matado, y joder tío, 6 horas en cuclillas para esconderte del enemigo, buaff, no veas! Ahora, eso sí, qué guay! Otro contaba que estaba cabreado porque sus amiguetes habían montado la barbacoa en un chalet de la sierra (seguro que del padre de alguien) a partir de las 12 de la Noche, y joder, no podía ir! Me imaginaba que gracia le harían a los vecinos una barbacoa de unos barrancas que seguro iba a durar hasta el medio día…
Sin ambiciones, ven la vida pasando más o menos felices con sus juguetes y sus ficciones, sus cañitas y sus cubatas. Fumando tabaco de liar. Es más barato y sirve para liar porros.
Y el móvil, todo centrado en el móvil. Hacen bien? Pues no les critico. Me lo paso bien cuando les escucho a hurtadillas. Están viviendo como hippies, solo que mucho mejor. Subvencionados por los padres y el Estado. La paguita. Trabajar pero poco. Compartir piso. Etc. un sueño solo posible en un corto tramo de la vida. Estos ya no aspiran a un Erasmus. No hay inquietud por el futuro.
¿Hay futuro? Nosotros éramos más inquisitivos. Había cierta pasión por la verdad. ¿O éramos, simplemente, más pedantuelos? Quizás. Nos movíamos en un tupido telar cruzado por cuerdas que eran los medios con los que tú argumentabas. Te lo habían dejado tus padres, que lo habían recibido de generaciones anteriores. Lo bueno es que era reparable. Si se detectaba un error se subsanaba. Se modificaba con acierto o desacierto. Podías cambiar la ruta. Con todas sus deficiencias, era algo. Ibas de nudo en nudo, despejando el horizonte. Los de hoy no tienen nada de eso. Van a ciegas. Hay que reconocer que no tienen ninguna culpa. Nuestro telar no estaba diseñado por nadie, pero alguien vigilaba por él. A ellos se les ha deconstruido ese telar, que ha quedado hecho cenizas en el suelo.
3 comentarios:
No recuerdo quien dijo eso de "los que tienen un objetivo en la vida buscarán un camino hacia su objetivo", o algo así. Evidentemente, los que no tienen ninguno se quedarán donde están, pasando el rato como mejor puedan.
Por supuesto no todos los que tienen un objetivo en la vida lo alcanzarán, pero me llena de sana envidia leer que, de todos los grupos étnicos que pueblan ese maravilloso crisol que son los EEUU, el más prospero de todos (con la probable excepción de los judios) es el de... Los inmigrantes de la India.
Es que la cultura indú ha demostrado con creces una capacidad intelectiva increíble. Sí, comparable a la judía. Y EEUU sigue siendo el país de llegar una mano delante y otra detrás y triunfar.
Con una mano delante ÿ otra detrás, pero con la cabeza bien amueblada. Por eso los de las tecnológicas están tratando de traer más asiáticos a EEUU. Mejicanos les sobran a patadas.
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