Pues yo no lo diría así. Yo creo que lo preciso sería decir que “todo es corrupción en España”. Porque la corrupción de hoy no ha llegado ex novo por el sanchismo. El sanchismo es corrupción porque España es moralmente débil, y debilidad en cuestiones de moral pública es corrupción en potencia.
Y es lo que nos ha pasado siempre. Este país es corrupto por débil. Este país se porta medianamente bien cuando gobierna una mano dura. La tal mano dura constriñe la libertad, es obvio, pero impide que nos comportemos como niños groseros. No es que la mano dura sea benévola, es que ser español está reñido con la libertad individual y el orden social. O libertad u orden. Así sentimos los españoles. No somos partidarios de una libertad civilizada, compartida con los demás. Preferimos jugar a ver quién es el último que se salta las reglas y gana el partido en el último minuto y de penalti injusto. Si el árbitro se equivoca, pobre, allá él. El árbitro no está de autoridad reconocida para que aplique la ley. Está para ensuciar a su madre y, a ser posible, recibir un botellazo.
La democracia ha tenido muy mal asiento en España porque ni siquiera somos ácratas. Somos partidarios de que haya leyes para que las cumplan los demás y que se jodan, pero para que nosotros nos las saltemos, que da un gustirrinín inefable.
¿De dónde viene este ideal de bandolero feliz, perseguido pero nunca encontrado?
Pues no lo sé, pero siempre me he fijado en las diferencias de fervor religioso entre España y los demás países católicos cercanos. Por ejemplo, Francia. Francia es un país laico, republicano, y muy estricto con ese laicismo. La república francesa es muy estricta en eso. Se permite legalmente la religión católica pero no se le dan ayudas, y no tiene ninguna preferencia frente a las demás. La iglesia francesa se mantiene con la aportación de los fieles. Y los católicos franceses son pocos, pero se les nota un fervor espiritual que en España choca. Cuando lo vi oír oír era vez, en mi primer verano allí, le pregunté a mi madre sobre este particular, y me dijo que sí, que los franceses católicos sentían su religión más íntimamente y sin ningún significado exterior de alarde o exhibición. Al cabo de los años, cuando iba a Francia por trabajo, a veces iba con mi mujer a una misa francesa por saborear esa devoción austera, aparentemente veraz, que aquí no deja de ser una actuación de puertas afuera.
La historia de las dos iglesias han sido muy distintas, como es evidente. En España hemos “disfrutado” de un monologuismo ininterrumpido, sin espacio para el propio espíritu religioso, simplemente obedeciendo la consigna de la autoridad “con la boca pequeña”. La Iglesia y el poder siempre han estado íntimamente unidos por intereseses muy concretos que no vamos a detallar ahora. Cada uno en su especialidad se apoyaba en el otro. Yo mantengo el orden y mantengo el imperio, tú me controlas las almas con tus consabidos medios, y te guardo tu corralito, no dejando a otras creencias pisar nuestro suelo.
Pues creo que así sucede con todo en España. Y desde hace muchos siglos. Tenemos más estima al que pide limosna por la calle, bendecido por el párroco, que al que trabaja duro y se gana bien la vida. ¡Ay, si es rico! A ese, por derivación de ese espíritu a la izquierda, es un “burgués” que hay que sofocar a impuestos y a regulaciones hasta que caiga exhausto, sin compasión. No le sirve de nada ser un generoso filántropo que hace generosas donaciones, aparte de sus impuestos. Si de pasada se caen unos puestos de trabajo, no pasa nada, que del paro se vive muy bien. Luego no se explican los expertos la tasa de paro más alta de Europa y la falta de productividad desde la llegada de la Demos, que hemos interpretado con unos sesgos particulares nada beneficiosos.
Encima nos ufanamos de esta peculiaridad. Se me ocurren más cosas que decir, pero prefiero morderme la lengua por ahora.
7 comentarios:
Pues sí. España es socialista, con el fervor religioso que sólo puede dar la envidia. Como bien dices, el Sanchismo tiene una fortísima raigambre popular (Sánchez ha salido de las urnas, como Perón). Como sus predecesores socialistas, sólo saldrá de la Moncloa cuando hagan quebrar la economía. Y sólo por unos años, después marea de resentimiento nos los devolverá. Y seguiremos yendo a trompicones, de crisis en crisis hasta la dictadura de turno, que será recibida con alborozo. Y vuelta a empezar.
Pues muy buen comentario
Feliz Año, aunque yo también creo que en 2025 va a estallar la burbuja inmobiliaria.
Sea cuando sea (¿durante la nueva presidencia de Donald Trump?) a España le van a apretar las tuercas próximamente. Estados Unidos (Trump) exigirá más ajustes dentro de la UE (por la guerra de Ucrania, o por una nueva guerra con China o porque sí) y aquí nos vamos a romper por las costuras (¿default a la griega?).
No veo otra solución durante los próximos diez años en España. Ni Vox ni nadie.
¿Alguien ve a Vox recortando las pensiones o eliminando Comunidades Autónomas sin presión por parte de los "mercados"?
En esos temas se ha llegado más allá de lo posible. No se puede desandar el camino de la descentralización, a menos que hubiera un consenso que no va a haber. Hay tanto enfrentamiento entre grupos y fuerzas políticas que lo más probable es que todo se caiga entre quiebras y quebrantos de todos.
Y sin rescate europeo, me temo. Lo peor de este gobierno es que ha empozoñado tanto que es imposible un acuerdo de mínimos para salir de esta. Y todo por su dependencia de Junts y Bildu, que están encantados con la polarización y la ausencia de Estado central. Véase DANA. ¿Por qué Sánchez no cogió el toro por los cuernos, no se declaró líder del auxilio en nombre de la constitución (que dice que en caso de emergencia extrema la responsabilidad es del gobierno, el único que tiene todos los recursos)… Porque ni quería de ninguna manera, en beneficio de sus socios separatistas, dar la imagen de un gobierno central fuerte. España ya no es un Estado, es una confederación débil, que debería previamente reunirse entre 17 estaditos para decidir o no socorrer a Valencia. Y eso se irá extendiendo. No he visto que a feijoo le inquiete, por el contrario: quiere “robarle” a Sánchez el apoyo de Junts y PNV, que ven las puertas del cielo abrirse. ¡Sos partidos centrales en descomposición compitiendo por nuestros favores! En fin, que solo “algo mu gordo” podría devolver las cosas a su sitio natural. Pero no lo va a haber. Imposible. ¿O tú lo ves posible?
He oído "rescate europeo"? Pero no decían que España era demasiado grande para ser rescatada? Cuando quiero acojonar a mis amigos europeos (residentes comunitarios que pasan el invierno y parte del resto del año por estos lares) les digo que España es como Grecia solo que 5 o 6 veces más grande. Un agujero 5 o 6 veces más grande que llenar con euros (SUS euros), vaya. Se quedan blancos, oye. El poco moreno que han conseguido aquí lo pierden de golpe.
Pues por eso digo sin rescate, me temo. No hay dinero, pues ellos están blancos, no habrá voluntad por nuestra parte, no habrá gobierno nacional interesado en dar prueba de que existe… Desde Paiporta, veo a Sánchez decidido a limpiar el terreno de Puigdemont. A Feijoo en cambio, no lo veo más que interesado en ver si se pone de acuerdo con Junts.
Todo es un despropósito claro, una alucinación grotesca, pero es que son días grotescos. Mira la polémica Cuerpo Yoli por la jornada laboral. ¿Cabe en cabeza normal que esa rubia sea vicepresidenta y quiera reducir la jornada sin bajar los salarios? Un sinsentido, una aberración que vemos como normal: a ver quién gana. Yo me siento como pez en una pecera viendo la locura de fuera.
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