"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 14 de febrero de 2025

Desmontando un vaga ilusión

Lo que ha hecho Trump en poco más de una hora es desmontar la ilusión de UE y OTAN. Durante años, desde la caída del Muro de Berlín, no se ha querido ver que la UE - con el impulso de EEUU -, estaba haciendo gestos teatrales rocambolescos, ingresando países de la órbita de Rusia en la Unión y el la OTAN, con gran enfado de Putin, que entonces no podía hacer nada, pero al cabo de los años ha respondido a la provocación a su manera: apoderándose de Crimea en 2014 e invadiendo militarmente Ucrania en 2022, desencadenando una guerra atroz y de gran mortandad. 
Entonces pareció revivir la OTAN, impulsada por US, que consiguió que el fantasma se moviera. Llegaron ayudas a Ucrania, pero la parte mayor desde EEUU. Lo que aportaron los países europeos fue poco en comparación, pero no dejó de dejarles desabastecidos de armamento no reemplazado, justo ahora que Trump quiere obligar a la UE a invertir el 5% del PIB en fuerza militar. 
Esta cifra es una quimera. Estamos los europeos endeudados más allá de una línea que una decisión de este tipo haría temblar a los mercados de capitales. Para empezar, pondría en riesgo al euro, otra ficción que se sostiene gracias a la política Draghi. Habría apretujones para vender deuda pública (como las hubo en 2012), empezando por… por la de todos, diría yo, salvo quizás la alemana, porque es el país con menos deuda. 
Los demás países de la UME han sobrepasado varias veces el límite pactado en Maastritch de un máximo del 60% y del 3% de PIB en deuda pública y déficit anual, medida sanitaria que ha saltado por los aires, básicamente porque los gastos de consumo y bienestar han seguido subiendo generosa e irresponsablemente con la excusa de la crisis y la pandemia. Francia, por ejemplo, tiene un déficit mayor que el 5% y la deuda cerca del 125% y subiendo. Eso solo se financia con bestiales subidas de impuestos (que afectan negativamente a la inversión) y con la inflación, que es un recurso de urgencia porque sus daños son importantes. Por ejemplo, la deuda del COVID se pudo reducir un poco gracias a la inflación de 2021-22, que luego pudo reconducirse hacia la normalidad con subidas de tipos de los bancos centrales. En otras palabras, la inflación se solventó con una gran captación de fondos del sector público a costa de la inversión privada, fondos que además se dedicaron a gasto de consumo público. Por eso no ha habido recesión en todo los países (España, por ejemplo), pero han sido unos años de despilfarro consumista y aumento de la deuda. 
Además de estos “pequeños” deterioros macroeconómicos, estamos perdiendo todas las demás batallas importantes, como se puede leer en este jugoso artículo de Luis Garicano, que nos explica que estamos estampándonos en la segunda revolución tecnológica, en la que China se está acercando peligrosamente a EEUU. 
Es decir, en competitividad, en tecnología, en desequilibrios macroeconómicos, aparte de la crisis demográfica que nos augura un nivel de deuda 500 veces el de hoy, vamos pero que muy mal. Hace tiempos ya que Europa perdió el liderazgo del mundo en manos de EEUU, pero es que ahora nos vamos a convertir en país subdesarrollado, y no en desarrollo, y sin visos de ganas de luchar siquiera por taponar alguna de las heridas, a las que se ha respondido con chapuzas como la inmigración masiva sin orden ni selección. 
Ahora ya solo nos falta ponernos enfrente de Trump, que está, por ahora, ganando lo que quiere en el concierto mundial. Ha acabado con la guerra de Israel-Hamas (guerra que ha perdido Iran, por cierto), va a acabar sin la de Ucrania, lo que no hay más remedio que agradecérselo. 
Voces europeas, como la de Sánchez, pretenden que la UE, una entelequia malherida, se oponga a Trump en sus negociaciones con Putin, lo que es para echarse a llorar. Otras voces sesudas, como la de Martin Varsavsky, hace elegantes encajes de bolillo para que creamos que todavía es posible la remontada.
Europa no tiene ninguna contraoferta en la balanza, es menos que nada. Además, si Trump consigue una paz duradera, beneficiará a Europa con una energía rusa más barata.
“Qué tiempos hemos llegado a ver, sir John Falstaff”

6 comentarios:

Pablo dijo...

Todo el mundo tiene la sensación de que vivimos el final de una era, lo que no imaginábamos es que iba a ser un final tan abrupto. Los estadounidenses al final de la llGM decidieron mantener en pie a los pequeños y mezquinos países del viejo mundo (Rusia aparte, claro). Se lo pagamos con envidia y mal disimulado resentimiento. Pero al menos hacíamos bulto, supongo.
Ahora estamos solos y seguimos siendo pequeños y mezquinos. Será divertido ver a la Comisión imponer aranceles a productos americanos. Las represalias de Trump se dirigirán precisamente contra productos alemanes y franceses. Adiós a la guerra comercial. Nos rendimos. Al final los ingleses resultarán haber sido los más lúcidos.

www.MiguelNavascues.com dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
www.MiguelNavascues.com dijo...

No lo podías decir mejor. Y sí, hemos sido mezquinos, demasiado, sobre todo la France de Se Gaulle, que inventó el antiamericanismo como arma política… y los USA se lo consintieron salvándoles el culo, y la honra, en Vietnam, y llevándose el escarnio del mundo señalándoles con el dedo. En el fondo ha sido un venganza que ni Kissinger logró imaginar. Nené, desde ahora te limpias tu la caquita.
Siento una especie de satisfacción revanchista.
:tú crees que esto va a influir en España? Me refiero a Sánchez.

Pablo dijo...

Algo estará tramando, seguro. Es un artista utilizando los fracasos en su favor.

Anónimo dijo...

Síííí

Anónimo dijo...

Pero tendrá que sortear a Albares, el defensor de fuerte!