Ducale, eres un magnífico escritor: expresas muy bien tus sentimientos.
Ojalá pudiera yo prometer lo que prometes: que no eres ni serás economista. Para mí sería muy bonito, porque el economista es un "desfacedor" de ilusiones, por eso la llaman la ciencia triste. Y es verdad. Un economista de verdad no puede dar buenas noticias, al menos no sólo. Yo creo en la ilusión: es un arte mantenerla durante la vida, como sabe mi amigo charlete, que ha leido algo sobre eso.
Sólo te diré que tu amor estético por el oro es muy plausible, pero con sentimientos no se hace economía.
Comos sería muy difícil explicarte en pocas líneas las miles de páginas que se han escrito -áridas páginas, de de verdad: la economía no es literatura-. Resumiré mi opinión que he intentado poner arriba: el oro como moneda tendría más inconvenientes que las escasas ventajas que se le supone. En todo caso, gente con tus sentimientos haría desaparecer el oro rápidamente, y la economía se hundiría.
La crisis no ha sido culpa del oro y su ausencia. La crisis ha tenido varias causas, pero no la codicia, porque la codicia siempre está presente. No trabajemos con seres humanos que no existen.
La crisis está por explicar en sus causas últimas. Pero hay dos o tres hechos incontestables:
- La expansión previa del crédito en todo el mundo, muy por encima de los mínimamente razonable; esto implica una minusvaloración como nuca se ha visto, del riesgo individual;
- El lamentable estado en el que han caido y siguen cayendo los bancos en el mundo, fueran o no "sanos" Este riesgo conjunto o sistémico ha sido, en mi opinión, lo más grave, pues desgraciadamente, no cae bajo la competencia específica de nadie: ninguna autoridad nacional o supranacional tenía como deber concreto vigilar ese riesgo de contagio mundial.
- La virulenta reacción a los primeros síntomas de la demanda de dinero, que desaparece de la circulación. Por cierto, para que veas, la gente no se ha ido al oro, se ha ido a esos billetes que emiten los bancos centrales. Y estos han hecho lo único que podían hacer: suplir ese dinero retenido en la circulación, hasta que la confianza vuelva.
Yo lo que sí te voy a discutir es tu actitud de "Nonchalance" respecto al crecimiento, por que me parece, perdóname, esteticismo decadente muy común en Europa (Europa se muere de esteticismo): El crecimiento mundial en los últimos años ha sido muy sólido, y ha sacado de la pobreza a cientos millones de personas, en las que no pensamos cuando decimos que cambiar de coche no nos hace feliz. En efecto, cambiar de coche no nos hace feliz, y yo lo hago poco, pero no critico a quien lo hace. El crecimiento nos parece una frivolidad, pero es lo único que se como la pobreza en el mundo. Te garantizo que no es un problema de distribución de lo que hay; es un problema de crecer, porque crecer -y eso no lo entendéis los estetas- no implica consumir más, sino inventar medicinas, curas contra el cáncer, sistemas de cultivos más resistentes, alimentación más barata y accesible, educación donde falta, más bienestar de los débiles y ancianos, y, oh, maravilla, más tiempo libre para disfrutar de la belleza. Incluso la belleza de conducir un coche descapotable con bueno tiempo ¿por qué no? Un saludo, siempre Bienvenido.
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"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
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