"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 10 de marzo de 2009

Milongas marianas (a Arpama)

Como ya les dije ayer en el Aerostarto http://elaerostato.blogspot.com/, yo soñaba, gracias al humorista Woodhouse, con ser un personaje de sus libros: un rentista que no da ni golpe, que desayuna en la cama, y a eso de media mañana primaveral (siempre es primavera en el mundo de Woodhouse) da un paseo por Hide Park hasta llegarse al clug de los "Zánganos", en el que se reunen los cachorros de esa clase privilegiada que corta el cupón, y con eso tiene para pasar 15 días en la costa Azul, un mes en Biarritz y, los fines d semana, ir a un palecete de alguna tía, propia o ajena, a revolotear por la campiña inglesa y ponerse los cuernos unos a otros. Bueno, eso no sale en los libros de Bertie Wooster, que es un personaje puro y angelical que sólo piensa en que le dejen en paz, un tanto misógino, que no necesita al sexo femenino para ser feliz. Sus amigos son muy enamoradizos, y se meten en unos líos tremendos, del que los saca el listillo de Jeeves, el mayordomo y factótum de Bertie. Pero nada de sexo: los libros de Woodhouse funcionan porque no hay sexo, y por lo tanto conflictos, desgarramientos, infelicidad y suicidios, etc. Sólo tienen un problema estos chicos, cas: como convencer a un pariente, del que heredarán cuando se muera, que apoquine la guita por adelantado, pues no tienen dinero de bolsillo y se andan prestando unos a otros Soberanos y Guineas para aguantar un enamoramiento furibundo, pero casto.
Así transcurre una trama blanca, aérea, de incidente en incidente cada vez más chusco y más inofensivo, pero que para algunos supone noches sin dormir si acaso una esposa (que tiene el cordón de las bolsa) descubre que su marido, el Conde **, en sus años mozos tonteó con una corista a la que servía champán en el zapato...
Todo un bonito entretenimiento que jamás se puede tomar en serio. Es como si viendo una película de Superman, crees que te puedes tirar por la ventana que volarás.
¿Y no será -me digo compungido y acongojado-, que los auristas del J. de Mariana sólo han leído estos libros y por eso creen que el patrón oro les va a permitir llevar una vida regalada...?
En todo caso, su Edad dorada, su Golden Age, no ha existido como ellos la imaginan. Fue una época dura para la gran mayoría de la población, en la que sólo tenían ingresos seguros los rentistas del cupón: Pero éstos no eran un clase media amplia, sino unos pocos privilegiados que se colocaban sagazmente en bonos soberanos. La edad de oro de esos bonos fue la que coincidió con el gold stándard claro, pero era de oro para esos 250 mil ricos que podían permitirse comprar grandes cantidades de deuda; la cual estaba asegurada por tres factores:
-el patrón oro mantenía la estabilidad de precios, aún a costa de alguna que otra deflación, lo cual, total perjudicaba a los demás.
- Las colonias eran una gran válvula de escape para tensiones de todo tipo: Era un mundo colonial, y sólo los grande países fuertes tenían crédito suficiente para estar en el patrón oro. España no fue un de ellos.
- El servicio de esa deuda-el cobro de intereses y capital- no era moco de pavo: llegó a represntar entre un 30% y un 50% del gasto presupuestario en Inglaterra, y se cubría con impuestos indirectos, que caían mayoritariamente sobre las clases más expuestas a caídas de renta y pérdida del trabajo cuando había esa pequeña deflación que para los auristas del mariana sería una gran bendición. Sí que lo era entonces, para esa clase potentada que detentaba la deuda y, por casualidad, controlaba los hilos del mercado secundario.
- Un elemento esencial era un ejército temido, que pusiera orden dentro y fuera de las fronteras del Imperio, y que no dudaba en invadir un país soberano (sic) de latinoamérica cuando éste amagaba con no pagar sus deudas.
-Otra cosa, era esa deuda socialmente rentable, pues se usaba para financiar infraestructuras? Pues no. Lo que financiaba era La santa Trinidad de los liberales: Seguridad interna, seguridad externa, y seguridad frente a la seguridad. naturalmente, esa seguridad no se medía sin un pequeño sesgo... También se adoctrinaba mucho en el "santo temor al déficit" -si oyen la COPE vlo oirán cada dos por tres- Lo cual es lógico, pues ya tenían suficiente endeudamiento con las guerras coloniales y otras...
Ese es el gran siglo liberal. Grande, ¿para quién?


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Luis quedo algo 'perdido' pensando en ese tipo de sociedad que describes y que a mi me resulta tan extraña y lejana. Es dificil para mi entender, aunque se que asi fue y aun es. Sociedades donde las cosas son para minorias hereditarias. Ahora las cosas han de ser para el mayor numero de personas, por ello se investiga y se lucha en las empresas, y asi ha de ser. Cuando yo vi el primer TV de plasma colgado de la pared de la tienda, era de 19" y costaba $20,000. Dios!!!...No salia de mi asombro. Claro que entonces yo vivia en asombro permanente, aun tenia que acostumbrarme a que en los super habia de todo y en gran cantidad, y yo que llegaba de donde nada habia y todo era una lucha...HUM!!. Pero aquella maravilla nadie la podia comprar, aquello no tenia sentido. Claro que a mi me daba igual que tal maravilla costara $20,000 o que hubiera costado $10, yo lo unico que tenia era un gato dentro de una caja de carton con agujeros...De todas formas esas cosas de los ingleses antiguos nunca las he entendido bien.
Vaya que me quedo un poco en las nebulosas pensando como seria aquello.
Charlete.