Por una parte, sería mejor que Grecia suspendiera pagos cuanto antes y abandonara el euro... Eso parecía pensar Merkel este fin de semana, cuando estaba preparando la recapitalización de sus bancos dañados por la quiebra de Grecia...
Pero hemos visto, ayer y hoy, que Merkel ha cambiado de opinión: ha criticado acerbamente a su ministro de finanzas, por coquetear con la idea, y se ha puesto a hacer planes para evitar la caída de Grecia.
En definitiva, ha sentido el vértigo del vacío y ha preferido ganar (perder en realidad) tiempo otra vez.
De nuevo hoy los mercados han presentado mejor cara, aunque con gran volatilidad.
En Gavyn Davies/ "why-mrs-merkel-fears-a-disorderly-greek-default" se sugieren algunas razones para explicar el giro de 180º de Merkel. No son un misterio. riesgos de contagio, de caída en dominó, etc.
En el mismo artículo, también se exponen razones para acabar con Grecia y dejarla que suspenda pagos y devalúe. Se pone el ejemplo de Argentina, que en 2002 suspendió en 60% de sus deudas y devaluó un 60%, gracias a lo cual se recuperó rápidamente y volvió a crecer, como se ve en el gráfico. No es el único caso -Brasil, pocos años antes, hizo lo mismo- pero Argentina es un ejemplo paradigmático porque su tipo de cambio era un currency board, que es lo más similar al euro en cuanto rigidez e irreversibilidad.
No sabemos que nuevo conejo va a sacarse de la manga doña Ángela, pero si alguien ha seguido este blog los últimos meses, sabe lo que piensa muchos expertos, tanto americanos como europeos: hay pocos caminos para volver a poner en pie el tinglado, pero son todos muy radicales, e implican cambios políticos que no serán aceptados fácilmente por los que tienen que tomar la decisión. Van del euro bono (difícil sin una cesión de soberanía fiscal de todos a Alemania -lo que eufemísticamente llaman Unión Fiscal- quien, por otra parte, la rehuye) y un nuevo papel para el BCE, que tampoco Alemania lo acepta.
En todo caso, sólo los locos siguen creyendo que a base de recortar gastos fiscales, sin cambios monetarios, los mercados van a volver a confiar en el euro inmediatamente y va a volver el crecimiento y el empleo. Ese camino, aparte de hundir las sociedades y llevar a confrontaciones muy serias, es largo y penoso -si es que se le deja llegar al final.
Déjenme sugerir, para terminar, lo que una Unión Fiscal (aparte de implicar años de cambios legislativos), puede aportar pensando en lo que ha significado la Unión Monetaria, que no ha sido tal unión, sino un imperio del BCE/Alemania sobre los demás.
Mientras el BCE sea lo que es, propongo cambiar el nombre al tinglado de la unión Monetaria Europea y llamarlo IMA: Imperio Monetario Alemán.
Pero hemos visto, ayer y hoy, que Merkel ha cambiado de opinión: ha criticado acerbamente a su ministro de finanzas, por coquetear con la idea, y se ha puesto a hacer planes para evitar la caída de Grecia.
En definitiva, ha sentido el vértigo del vacío y ha preferido ganar (perder en realidad) tiempo otra vez.
De nuevo hoy los mercados han presentado mejor cara, aunque con gran volatilidad.

En el mismo artículo, también se exponen razones para acabar con Grecia y dejarla que suspenda pagos y devalúe. Se pone el ejemplo de Argentina, que en 2002 suspendió en 60% de sus deudas y devaluó un 60%, gracias a lo cual se recuperó rápidamente y volvió a crecer, como se ve en el gráfico. No es el único caso -Brasil, pocos años antes, hizo lo mismo- pero Argentina es un ejemplo paradigmático porque su tipo de cambio era un currency board, que es lo más similar al euro en cuanto rigidez e irreversibilidad.
No sabemos que nuevo conejo va a sacarse de la manga doña Ángela, pero si alguien ha seguido este blog los últimos meses, sabe lo que piensa muchos expertos, tanto americanos como europeos: hay pocos caminos para volver a poner en pie el tinglado, pero son todos muy radicales, e implican cambios políticos que no serán aceptados fácilmente por los que tienen que tomar la decisión. Van del euro bono (difícil sin una cesión de soberanía fiscal de todos a Alemania -lo que eufemísticamente llaman Unión Fiscal- quien, por otra parte, la rehuye) y un nuevo papel para el BCE, que tampoco Alemania lo acepta.
En todo caso, sólo los locos siguen creyendo que a base de recortar gastos fiscales, sin cambios monetarios, los mercados van a volver a confiar en el euro inmediatamente y va a volver el crecimiento y el empleo. Ese camino, aparte de hundir las sociedades y llevar a confrontaciones muy serias, es largo y penoso -si es que se le deja llegar al final.
Déjenme sugerir, para terminar, lo que una Unión Fiscal (aparte de implicar años de cambios legislativos), puede aportar pensando en lo que ha significado la Unión Monetaria, que no ha sido tal unión, sino un imperio del BCE/Alemania sobre los demás.
Mientras el BCE sea lo que es, propongo cambiar el nombre al tinglado de la unión Monetaria Europea y llamarlo IMA: Imperio Monetario Alemán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario