"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 7 de agosto de 2015

Expectativas Racionales, una narrativa de Krugman

Si tuviera que narrar la historia de las ideas económicas durante los treinta años de mi vida profesional, en muy breves palabras, escogería este magnifico post de Krugman. El post es sobre el cuasimonopolio de prédica que gozaron, durante cuarenta años, los economistas de las Expectativas Racionales, un monopolio que, visto desde el presente, es asombroso: más que nada, por ser totalmente contraintuitivo. Su imperio dogmático sobre la formación y la práctica de generaciones de economistas ha permeado las políticas de las sociedades occidentales (y no occidentales) de manera prácticamente totalitaria. Es obvio que hay intereses espurios en ello: los De EG predican que la economía debe andar por sí sola, que si hay desajustes deben corregirse los precios y salarios. Además, propugna la libertad financiera, lo que ha tenido funestas consecuencias.
Cuando terminé la carrera había aprendido, con bastante rigor (para lo que era la universidad española) el modelo keynesiano. Poco después tuve que tirarlo a la basura y engánchame la Buena Nueva, el paradigma creado por Robert Lucas. He de decir que los propios keynesianos ayudaron a cavar su tumba, pues su domino de la escena les había llevado a la corrupción de sus ideas y al fracaso en la crisis de 1973-80.

"Ensimismamiento y Alteración" podría ser el título de la historia de las ideas economicas (y no economicas).

El nuevo paradigma de las Expectativas Racionales, irradió desde EEUU a las cuatro esquinas del mundo; una vez dominado éste, cada país adaptó mejor o peor sus instituciones al nuevo e ineludible paradigma, fracasando casi todos. Las ER eran en realidad un cinturón castidad para los políticos, pues cualquier tentación de intervenir en el natural desarrollo de la economía estaba condenada al fracaso, fracaso que se pagaba con el descrédito.

La caída del Muro de Berlín fue un gran espaldarazo al nuevo dogma - a pesar de que en rigor, la caída de una aberración no era exactamente la corroboración de otra.

Nótese que la base de este nuevo imperio teórico no era un nuevo descubrimiento sobre el comportamiento humano, sino un supuesto universal irrebatible: los agentes (Uds, yo, el dueño de la empresa) actúan racionalmente, y además, aciertan. Es decir, al final sus decisiones son más acertadas que si se entremete el gobierno. Pueden errar un momento, pero esos errores les da nueva información que les facilita rectificar y acertar. La economía es un proceso convergente de prueba y error, al final se llega al óptimo. Nada menos. Pero leamos la interpretación de Krugman a esta historia, de cómo Lucas va rectificando su teoría a medida que se hace más difícil encajar la realidad en ella:

Al principio, Lucas reconoce que cuando hay cambios en la demanda los hay en la producción, lo que es un afirmación básica de la economía keynesiana: las reacciones a los imprevistos producen ajustes vía cantidades.

First of all, it’s true about the initial transparency. In the beginning, Lucas and disciples had a very clear statement of both the problem and their solution. They took it as an observed fact that fluctuations in nominal demand were associated with fluctuations in real output, as opposed to merely affecting the price level, which shouldn’t happen if prices were flexible. But they insisted that it was illegitimate to assume sticky prices and wages, that any story you tell must be grounded in microfoundations — and not just that, in maximizing behavior.
Entonces, ¿qué hacer para crear un nuevo paradigma, opuesto al anterior, que dé cuenta de este hecho? Así lo cuenta Krugman: en vez de asumir que hay rigideces que impiden que el ajuste se haga vía precios, Lucas introduce la información imperfecta: el agente es racional, pero no cuenta con información perfecta para configurar el futuro. Los empresarios, ante el choque, reducen la producción y despiden trabajadores, pero sólo hasta que extraen de los hechos la información veraz que le dice cual es su nivel de producción correcta, y entonces deja de contraer la actividad y actúa sobre el precio y el salario.
So Lucas came up with a story: it was all about imperfect information. Faced with a shock to nominal demand, producers couldn’t tell how much was just a money fluctuation and how much a real change in demand for their particular product, to which they should respond by changing output. So they would engage in signal extraction, making the best possible estimate; this would lead in aggregate to an upward-sloping aggregate supply curve, but only because of rational confusion. And this in turn had strong policy implications: you might see a relationship between money and output, but it would disappear if you tried to use it.
Es una bonita historia, pero errónea, como dice K. En su auxilio acudió una nueva escuela, los Neokeynesianos, que apuntalan el modelo metiendo un poco de realismo, desplegando una teoría micro que explicaba por qué siempre había rigideces de precios "naturales", que explican que los ajustes fueran vía cantidades, y que la política monetaria, al final, tuviera un sentido, si bien transitorio. El nombre de Neokeynesianos es un tanto engañoso, porque en realidad son más que nada monetaristas. Pero el caso es que los Neokeynesianos se adueñaron de los modelos de los bancos centrales (hubiera sido muy difícil que hubiera sido Lucas, quien propugna la inutilidad de éstos).

It was a lovely, intellectually interesting and exciting approach. It was also quite wrong.
The wrongness took a few years to become irrefutable. By the early 1980s, however, it was overwhelmingly clear that rational confusion couldn’t explain business cycles, either empirically or theoretically — business cycles last too long, rational agents should be able to tell real from nominal shocks using information like asset prices, and more. And so you had a substantial chunk of the profession going back to sticky-price models, arguing that under imperfect competition things like menu costs or slight deviations from perfect rationality were enough to make money very non-neutral in the short run.
Pero Lucas y sus seguidores no podían admitir esto, ni siquiera un mínimo papel de la política monetaria. Eso habría dinamitado su bonito modelo que estaba conquistando el mundo.

But Lucas and his school couldn’t do that, because they had burned their bridges. They had seized the moment when people took their models seriously to loudly and aggressively declare that Keynesianism of any form was total nonsense, that everything macroeconomists had done in the previous four decades was worthless. it would have taken a lot of intellectual integrity to admit that they might have been premature, that their models weren’t working and that maybe there was something in that Keynesian stuff after all. And that kind of integrity did not manifest itself.
En vez de eso, se inventaron una nueva teoría del ciclo, la Teoría de Ciclo Real,

Instead they went even further down the equilibrium rabbit hole, notably with real business cycle theory. And here is where the kind of willful obscurantism Romer is after became the norm. I wrote last yearabout the remarkable failure of RBC theorists ever to offer an intuitive explanation of how their models work, which I at least hinted was willful:
Que es un intento de nuevo fallido de retorcer la evidencia para que encaje en el modelo. Esta teoría dice que los ciclos son producidos exclusivamente por choques de oferta, y si hay alteraciones de nivel de empleo, se debe a que los trabajadores de los "viejos" sectores no saben leer los nuevos tiempos y no admiten que su salario de equilibro ha bajado.

Esta breve historia ha tenido una influencia decisiva en las políticas de muchos países, sobre todo monetarias. Fue el origen de que los bancos centrales se fijaran sólo objetivos de estabilidad de precios; y efectivamente, la inflación desapareció del mundo civilizado. Afortunadamente, los Neokeynesianos introdujeron un nivel de la eficacia de la política monetaria que suavizó las recesiones. Curiosamente, se sigue hablando, todavía hoy, del peligro inflacionista, lo que demuestra la fuerza con la que enraízan las leyendas. ¿No hay todavía gente que sueña con el patrón oro?

Su aspecto más negativo fue que sobre las ER se justificó la gran liberalización financiera, gracias a a la paralela teoría de la Eficiencia de los Mercados, cuyo autor mas renombrado, Eugene Fama, recibió el premio Nobel hace un par de años (curiosamente compartido con Shiller, un keynesiano de verdad). Esta teoría ha servido evidentemente intereses muy concretos, que son la causa principal de la Gran Crisis financiera.

La influencia de las idea en la política es inevitable. Lo único que se puede hacer es defender al diversidad, mantener abiertas las cátedras y centros de opinión a la crítica. En ese sentido, pese a la desigualdad económica que hay en EEUU, es ejemplar el nivel debate que hay. Puede que no sea perfecto, pero en comparación con esta charca de ranas en la que todas las ranitas (paniaguadas) sólo cantan excelencias del euro (hijo bastardo de las Expectativas Racionales), a mi me parece envidiable.

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