"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 26 de agosto de 2016

Francia y el euro. Cada vez más tensiones subterráneas

Francia es uno de los pilares de la UE, junto con Alemania. Para ambos la UE y el euro son un asunto de máxima prioridad, que llevan en común bajo los espíritus fundadores de De los años 50, años de una manera de pensar totalmente hecha astillas hoy en día. 
El problema es que sólo Alemania ha sacado ventaja de la UE, mientras Francia, su pareja de baile en todas las instituciones europeas, en las que cierran filas frente a cualquier disenso, esta atacada del Cancer (sic) social que puede acabar hasta con la V Republica fundada por De Gaulle. 
En Francia hay más descontento con la UE que en Gran Bretaña, que acaba de largarse de la inanidad de la UE. Como nos cuenta A E-P, en un artículo muy completo -él vive en Francia - sobre los últimos movimientos tectónicos que prometen unas elecciones próximas controvertidas, en las que cada uno ha tirado su máscara tradicional y se ha vuelto furibundo contra Europa. No solo Le Pen amenaza con tirar el tablero por los aires. 
Sarcozy ha anunciado su candidatura con un programa de extrema derecha, con llamadas explícitas a controlar desde el gobierno la población musulmana. No ha dicho nada del euro, pero los enfrentamientos con Merkel, antes su "pareja de hecho", serán inevitables: se ha declarado radicalmente en contra de la supremacías del Trataso de Lisboa ("constitución" europea), sobre la ley francesa, y eso llevado a la práctica solo se puede entender de una manera: "Non a L'Europe"
El candidato socialistas es más explícito. Quiere, como Pedro Sánchez, destruir toda la legislación laboral, pero no habla nada del Cancer propiamente francés, que es su pesada Administración, que cuesta el 56% del PIB, es decir, como un país nórdico, pero sin la eficacia en tantas cosas de esos países. El paro en Francia no ha bajado apenas desde la crisis, anclado en el 10%, al contrario que Alemania, lo que bien mirado, es un escándalo, porque la firme creencia en los años ochenta era que sus economía funcionaban con el mismo pulso, incluso con el mismo corazón. Ya he sido testigo en reuniones de la OCDE en que ambos países hablaban al unísono, aunque la realidad era muy distinta. Ahora Francia es el país de descontento, que se traduce en tres partidos explosivos que pueden ganar las elecciones. Quien gane, ¿se someterá al humilladero que hay a la entrada de la ceremonia de la unción por Europa del nuevo presidente? Si no es Le Pen, probablemente, pero las tensiones irán en aumento, seguro. 
Otro enfermo terminal es Italia, en la que se puede  producir un revolcón si Renzi pierde el referéndum, en el que quiere cambiar la ley electoral -sí, otra vez- y reducir el Senado a una cámara de chichi-nabo. Pero ha dicho que dimitiría si no lo consigue, lo que abriría las puertas a los anti UE.
En Europa es todo media verdad, media mentira. Por eso nada se acaba de arreglar del todo, y hay que volver a intentarlo. Mientas, los líderes de vez en cuando, como recientemente Merkel, Hollande, y Renzi, hacen grandes alardes y rogatorias a la sagrada UE, como al única solución, o mejor aún, el único objetivo, conservar las siglas. Pues que las conserven, pero revuelquen el contenido. 
No hay gobierno europeo ni se le espera, pero la UE es un tinglado que no permite que gobiernen los gobiernos nacionales. Volviendo a Francia, ni es capaz de curar sus males propios, pero tampoco es capaz de enfrentarse a Alemania y exigir un nuevo modelo europeo. Alemania está a favor de la libre entrada de los refugiados, lo que fue un detonante del Brexit. El Brexit ha acicateado a los antis franceses, que podrían ganar un referéndum más fácil que el el RU. 
Mientras, en España seguimos bailando el cursi rigodón de formar un gobierno que caerá a la primera moción de censura que se le ocurra al deschavetado Snchz. Un gobierno tan débil como no hemos conocido desde los gobiernos de Suárez sin mayoría absoluta. ¿Y cuánto duró el primer gobierno constitucional? De 1979 a 1981, agobiado por sus traidores internos y él acoso inmisericorde, y  antipatriótico del PSOE. De ahí viene las CCAA enloquecidas. Prepárense para recibir sacudidas de todo los lados, de fuera y de dentro. 


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