"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 17 de mayo de 2022

Digamos adiós a muchas cosas...

La guerra de Putin ha marcado un giro profundo en el curso de la historia. Cuando todavía desconocemos las consecuencias de esta profunda cesura en el curso hasta ahora pacífico del (des)concierto mundial (o al menos con guerras locales que no amenazaban con expandirse), nuestro futuro está más incierto que nunca.
El otro día, Bayley, el gobernador del banco de Inglaterra pintó un panorama apocalíptico, con una posible escasez de alimentos y hambre en un contexto hiperinflacionista. Su pesimismo no daba lugar a dudas: los bancos centrales no tienen ahora mismo capacidad para frenar la inflación sin provocar una contracción brutal. En otras palabras, se declara impotente para ejercer su, en otras ocasiones, enorme poder para fijar el flujo de la economía.
Puede equivocarse, o exagerar mr Bayley, mientras los demás bancos centrales intentan mantener el discurso as usual, pero creo que efectivamente estas instituciones están literalmente desconcertadas sobre este nuevo escenario, donde cualquier super potencia puede romper todos los pactos de paz y empezar a hablar de “hundir en el mar a Gran Bretaña nuclearmemte” en la televisión que ven todos los rusos; todo son incertidumbres y pesimismo. 
Pesimismo que se fortalece con las dudas crecientes sobre las debilidades que muestran hasta ahora las potencias que lideraban Occidente. Particularmente dicho por EEUU, donde se sigue hablando con pasión de Libertad, pero siendo éste un concepto cada vez menos claro y más dividido. 
Según nos cuenta S. Jacobs.

En un mitin de Trump al que asistí en Austin durante el fin de semana, hubo un gran aplauso cuando Donald Trump Jr. criticó a la Casa Blanca por gastar miles de millones para ayudar a la Ucrania “cleptocrática”.

Esa es la otra visión de Norteamérica, que no predice precisamente una vocación de coger otra vez el timón de la libertad y de la democracia fuerte. La misma Jacobs termina su artículo con un párrafo nada optimista:

A pesar de lo sísmica que es la invasión rusa de Ucrania, las dos grandes preguntas de la geopolítica son si el PCCh puede sostener el crecimiento de China y si Estados Unidos puede dejar de desgarrarse el tiempo suficiente para formular una respuesta estratégica coherente al ascenso de Beijing. En este último aspecto, es difícil ser optimista.

Todo es confusión de confusiones. 

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