"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 12 de septiembre de 2022

Rusia siempre pierde

Rusia, cuando ha intentado jugar a gran potencia y ha salido a la guerra fuera de su territorio, ha perdido irremisiblemente, en gran parte por ineficacia y antigüedad de su ejército.
Ejemplo de ello son la guerra de Crimea (1860), la guerra contra Japón (1905) y la guerra de Afganistán (1990).
Todas estas derrotas tuvieron graves consecuencias internas, sublevaciones de grupos modernizadores que querían menos autocracia zarista. Con la guerra de Crimea se avanzó en el levantamiento del estado esclavista, que atribuía a los terratenientes la propiedad de sus campesinos, entrando como bien de capital en las compra-ventas.
Pero estas reformas se atascaron, provocaron reacciones represivas de la corte y los propietarios, hasta que la de 1905 empezó a despertar una conciencia de izquierdas, como podemos más leer en Wikipedia.

En 1905, los grupos revolucionarios se habían recuperado de la opresiva década de 1880. El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), de tendencia marxista se creó en 1898 y acabó dividiéndose en 1903, dando lugar a los mencheviques y los bolcheviquesLeninpublicó su obra ¿Qué hacer? en 1902. El Partido Social-Revolucionario (SR) se fundó en Járkov en 1900, y su «Organización de Combate» (Boyeváya Organizátsiya) asesinó muchas figuras políticas importantes hasta 1905 e incluso después; entre éstas se encuentran dos ministros del InteriorDmitri Serguéyevich Sipiaguin en 1902 y su sucesor, el tan odiado Viacheslav von Pleve, en 1904. Estos asesinatos condujeron al gobierno a transferir aún más poderes a la policía.

La guerra contra Japón, en un principio popular, estaba ahora contribuyendo al descontento general por la sucesión de las derrotas y la falta de objetivos claros. La evidente desigualdad de la emancipación estaba siendo revisada, al tiempo que los campesinos protestaban quemando granjas en todo el país.

Finalmente, la derrota de Afganistán fue el preludio del hundimiento moral de la URRS, la fracasada llegada del Gorbachev, quien fue incapaz del “cambiar las cosas para que todo siga igual” en beneficio del Comité Central, y después de años de desorientación, la llegada de Putin al poder. 
Esto a mí me hace sospechar que el ejército ruso que perdió en Afganistán no se ha modernizado tanto como nos quieren vender, y la paliza recibida en Ucrania, con sus soldados huyendo y abandonando armas y uniformes, viene a confirmarlo. Como dice Agapito Maestre,

Dos grandes humillaciones más ha recibido el ejército ruso: Jerson y Jarkov. Son dos pruebas de lo que vengo manteniendo aquí desde el primer día de la guerra: Rusia no es una gran nación militar sino un país en bancarrota dirigido por una banda de desarrapados excomunistas. Rusia es un país con los pies de barro mantenido artificialmente por políticos corruptos occidentales, que fueron comprados por la mafia rusa, y la China totalitaria de Xi Jinping. También la ofensiva de Jarkov se estudiará en las Academias Militares del mundo entero. El número de prisioneros rusos es tan elevado que el ejército ucraniano no sabe qué hacer con ellos. Los datos exactos todavía se desconocen, pero en pocos días el Estado Mayor ucraniano los publicará oficialmente. De momento, levantemos acta de lo obvio: hay un serio problema de mantenimiento de tanto prisionero ruso.

La derrota de Rusia ¿volverá a suponer movimientos de rebelión anti Putin?
Seguramente, aunque no podamos hacer muchas conjeturas sobre el resultado. Rusia es un país que ha fracasado lamentablemente en sus intentos de modernización y occidentalización, la penúltima vez por culpa de Lenin. La última, de Putin. 
No seamos optimistas sobres nuestras relaciones con un país que desde pedro I el grande, no ha conectado bien con Occidente. Rusia tiene muchos valores culturales que admiro, entre ellos Turgenev, el gran escritor que fue el más ardoroso defensor de la modernización de Rusia, como se puede leer en el magistral libro “Los europeos”, de Orlando aCijes. 
Pero algún cambio veremos, ineludiblemente. 

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