"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 21 de enero de 2023

Inversión directa extranjera

La inversión directa del exterior en España es un buen indicador de la expectativa económica suscitada por nosotros para el capital más estable. Es decir, del inversor que piensa a largo plazo y considera que España es un destino fiable, a medio y largo plazo, para su capital.
Por lo tanto, en su cálculo se excluyen las inversiones a corto plazo que responden al cálculo de una rentabilidad que cubre los riesgos a plazo de, digamos, menor de un año, riesgo que es fácil de estimar y determina llamar rentabilidad exigida. Por ejemplo, un bono nacional rinde - y por lo tanto, refleja en - un tipo de interés que cubre los riesgos de capital, inflación, devaluación cambiaria, etc. 
La inversión directa en principio no es sensible a esos capítulos de riesgo. Supone que a largo plazo serán compensados. Lo que le interesa al inversor es instalarse en España, fundar una empresa o participar en una existente, y el beneficio a largo que, capitalizado, le compense. Estudiará por lo tanto, la estabilidad política y social, la seguridad jurídica, la protección de la propiedad privada, las garantía de que podrá liquidar y recuperar su capital y ganancias sin impedimentos... 
es decir, es el inversor descrito por Shumpeter, que tanto anhelan los países en desarrollo como fuente de todo lo que conlleva este tipo de inversión: financiación estable y renovada, factor empresarial, nueva tecnología, puestos de trabajo... 
Es difícil acotar este concepto en cifras. Se sabe que ha sido crucial para los países subdesarrollados  que han conseguido dar el salto de la renta per capita al primer mundo, como España en los sesenta, Corea del Sur en los ochenta, Irlanda recientemente. Irlanda es un ejemplo especial porque uno de sus objetivos fiscales es gravar poco a la inversión directa, nacional o extranjera. Por eso nos ha rebasado netamente en renta per capita.



¿Impresionante, no? 
Lo malo es que la inversión directa es difícil de contabilizar con exactitud. Del flujo total de capital extranjero que entra en un periodo, habría que desgajar lacompra de títulos de renta fija y acciones compradas por motivos especulativos, muy apalancadas, y fácilmente liquidables y retornadas al país de origen.
En las comparaciones se suele usar la metodología de la OCDE, imperfecta pero homologables para todos los países que la siguen.
De esa metodología son las cifras que reproduce el BdE en el siguiente cuadro, de inversión directa en España en los últimos años. 



Lo que vemos es que, desde que gobierna Sánchez, se ha registrado una notable caída de las inversiones extranjeras, más de un 31%. La política de esta gobierno ha sido tan nefasta para la inversión general que lo que sorprende es que la caída no haya sido más pronunciada.
Me propongo obtener una serie más larga para medir el clima económico y políticas favorable, o no, para la inversión en las distintas etapas políticas.

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