Venía de haber estudiado cuatro años de intensas lecturas. Había aprendido alemán, francés, ya sabía inglés, había leído Grandes filósofos... como Shopenhauer, que le fascinaba.
Cuando conoció a los más destacados españoles, le sorprendió ver qu’en yodo el mundo hablaba con gran seguridad de autores que ni habían leído ni podrían, pues no sabían idiomas. La rotundidad de las opiniones manifestadas a voz en grito, totalmente arbitrarias y erradas, le decepcionó mucho. Conoció un número escaso que no cayeran en esa tónica. Habla muy buen de Cansino Assens, gran traductor de varias lenguas y autor de libros no muy conocido.
Ahora esos iletrados facundos están en el poder, en su sitio aledaños o soñadores do que lo asaltan con violencia, una alucinación que me deja atónito. Sus electores más cualificados votan con los pies, con espíritu de rebaño.
Así nos va.
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