Ha salido el IPC de enero, alarmante según los datos: un 3,3% en un año. Pero es el IPC, y el IPC no representa la tensión inflacionaria de una economía. Es un índice engañoso, como intento mostrar en las figuras adjuntas.
Arriba, el IPC (% anual), que como se ve desde la crisis mantiene una tendencia alcista que aconsejaría exactamente lo que va a hacer Trichet: subir los tipos.
Sin embargo, si nos fijamos, abajo, en el deflactor del PIB (mucho más fiel a las tensiones internas de precios) vemos que este alcanza en la misma fecha un 1,4% anual, y no se le ve una clara tendencia alcista; por el contrario, apunta hacia abajo claramente. El riesgo es el opuesto al que indica el IPC.
Uno de los mayores errores de los años noventa fue poner a los bancos centrales a controlar el IPC, un indicador sensible a factores externos a nuestra economía, y muy poco relacionado con el coste real de producción.
Como pueden ver, en el mismo gráfico añado el PIB nominal, para los monetaristas la guía clave para saber si la economía está creciendo excesivamente. Como ven, la nuestra no, rotundamente. El último dato del PIB nominal es un mero 1,5% anual , una cifra preocupante porque, técnicamente, indica riesgo de deflación. En realidad el PIB real fue negativo en 0,1%. Con un paro gigantesco del 20% -que indica unos recursos ociosos y cada vez más fuera de uso-, caer en la estulticia de Trichet & Co, implica que tardaremos al menos una década en normalizarnos.
Dejarse llevar, como hacen los periodistas /(alentados por economistas sin carnet), por el IPC, es un error alimentado por la memez de de los burócratas. El eurolibor está subiendo, y Trichet no niega las gana que tiene de meter tijera. El recorte en la renta de las familias se va a traducir en menor demanda y más paro. Entonces el IPC bajará, pero quizás demasiado tarde. Trichet o su sucesor habrán decidido.

Sin embargo, si nos fijamos, abajo, en el deflactor del PIB (mucho más fiel a las tensiones internas de precios) vemos que este alcanza en la misma fecha un 1,4% anual, y no se le ve una clara tendencia alcista; por el contrario, apunta hacia abajo claramente. El riesgo es el opuesto al que indica el IPC.
Uno de los mayores errores de los años noventa fue poner a los bancos centrales a controlar el IPC, un indicador sensible a factores externos a nuestra economía, y muy poco relacionado con el coste real de producción.
Como pueden ver, en el mismo gráfico añado el PIB nominal, para los monetaristas la guía clave para saber si la economía está creciendo excesivamente. Como ven, la nuestra no, rotundamente. El último dato del PIB nominal es un mero 1,5% anual , una cifra preocupante porque, técnicamente, indica riesgo de deflación. En realidad el PIB real fue negativo en 0,1%. Con un paro gigantesco del 20% -que indica unos recursos ociosos y cada vez más fuera de uso-, caer en la estulticia de Trichet & Co, implica que tardaremos al menos una década en normalizarnos.
Dejarse llevar, como hacen los periodistas /(alentados por economistas sin carnet), por el IPC, es un error alimentado por la memez de de los burócratas. El eurolibor está subiendo, y Trichet no niega las gana que tiene de meter tijera. El recorte en la renta de las familias se va a traducir en menor demanda y más paro. Entonces el IPC bajará, pero quizás demasiado tarde. Trichet o su sucesor habrán decidido.
1 comentario:
Me parece que al final si se les a ido la mano a los impresores. http://www.rankia.com/blog/llinares/695712-compra-volatilidad-bruto mírate los vídeos. Creo que es un tema a seguir.
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