"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 16 de julio de 2023

Chaves Nogales y Azaña, “grandes estadistas”

En El Mundo, hoy, Arcadi Espada, con su lucidez habitual, nos desnuda a dos cabezas visibles que pasan por ser iluminarias de la (nefasta) República española que trajo la guerra cicil. He dicho trajo. Lo repito: trajo.
En un breve pero sustancioso párrafo, Arcadi desmonta al recién descubierto por Federico Jiménez Losantos & al como una lumbrera de la República, Chaves Nogales, que resulta no es tan lúcido como nos han querido vender. Tras la guerra civil, Chaves se atreve a decir que no habrá estado español si no se comprenden las maravillosas fuerzas separatistas, que en su opinión son la verdadera fuerza nutricional de un estado español “vigoroso”. Veamos más de cerca el texto de Arcadi:

Decía Chaves: «España no es una, sino varias. Querer unificarla es matarla. Al no saber esto el falangismo [el franquismo] no pudo crear un Estado. Hay que aceptar el separatismo catalán, el separatismo vasco y el separatismo innato de todo español, esa formidable y milagrosa fuerza centrífuga, que es lo mejor que tienen los españoles. Conseguir que esas fuerzas converjan en una superestructura (que no en un imperio), pero conforme a nuestro genio de la raza, que es un nacionalismo hijo del genio francés y adoptado por el gregarismo alemán, sería volver a la grandeza de España. Los únicos partidos posibles son los que están abiertos, de par en par, a la diversidad española».

Hace bien Abelardo Linares, en su artículo introductorio, al advertir de la sorpresa que pueden causar estas palabras de Chaves: «Pero no son en realidad demasiado sorprendentes. Se corresponden con los intentos de la Segunda República de lograr un Estado que acogiera la diversidad dentro de un proyecto común». Desde luego. Y se corresponden, además, con la visión que Chaves tenía del nacionalismo. Hay que leer en este sentido el amplio y entusiasta reportaje ¿Qué pasa en Cataluña?, que escribió para su periódico Ahora en febrero de 1936, y que Xavier Pericay recogió en Cuatro historias de la República (Destino, 2002). Su prevención frente al nacionalismo victorioso es nula, y equiparable a aquella benevolencia del ateneísta Manuel Azaña cuando en 1930 les dijo a un grupo de políticos catalanes: "He de deciros también que si algún día dominara en Cataluña otra voluntad y resolviera remar ella sola en su navío, sería justo el permitirlo y nuestro deber consistiría en dejaros en paz, con el menor perjuicio posible para unos y otros, y desearos buena suerte, hasta que cicatrizada la herida, pudiéramos establecer al menos relaciones de buenos vecinos".


Exactly. Es lo que siempre he pensado cuando me reprochaba a mí mismo que no podía tragar los escritos del “gran” Chaves Nogales, subido a los altares por la mediación de propagandistas como Jiménez Losantos & al. 
En cuanto a Azaña, no me pilla de sorpresa, pues ya sabía, desde que leí el magnífico estudio de José María Marco, que Azaña era un alucinado que pensaba que, como los separatistas catalanes eran republicanos, ¿que cosa más lógica que se entusiasmaran con él, la quintaesencia del republicanismo, y que le apoyarían sin fisuras en su peana de Dios vivo de la República? Es más, Azaña confiaba más en ellos que en La España no republicana, que era mayoría.
Repito, ¿No es de una lógica aplastante? Resultado: dos declaraciones de independencia en la corta vida de la II República, dos: 1932 y 1934, la segunda cuando el fracasado golpe de estado de los republicanos y PSOE contra su “amada” República, creada por ellos apenas dos años antes, repentinamente rechazable porque no admitía la “dictadura del proletariado” y ¡horror!, permitió que la derecha llegara al gobierno en 1933... 
Es curioso como esas trazas mentales invisibles son a la vez indelebles: pasa el tiempo y siguen ahí, con otros personajes dados a la ilusión vana, a la peligrosa ensoñación. Por ejemplo, el PSOE de Zapatero y Sánchez, que se creen capaces de domeñar el separatismo a base de besitos, cucamonas y cesiones y alianzas contra natura.
España no tendrá un sistema político estable mientras no se vea el
separatismo como una fuerza disolvente que sólo puede traer conflictos recurrentes, como los está trayendo ahora y promete que seguirá trayendo. Lo que hizo el infame Zapatero: traerse a la Moncloa a Artur Más para pergeñar un estatuto a la carta, que luego tuvo que enmendar el Tribunal Constitucional. Una prueba viva de que en el PSOE sobreviven fuerzas vivas, como el republicanismo, el federalismo y el marxismo (pese a borrarlo Felipe González), único signos de identificación a los que todos se a aferran pies no hay otros. Por eso hoy están de acuerdo con Podemos y los separatistas en aliarse en una tendencia para borrar al rey y la constitución, tendencia que no decrecerá...
Más de un siglo ha pasado desde desde que apareció esta tendencia disgregadora, y ahí la tenemos, cada día más joven.

2 comentarios:

Miguel E. dijo...

Y de ahí viene todo. De las fuerzas centrifugas y del euro.

Para contentar a las fuerzas secesionistas se creó el Estado autonómico que está arruinando España.

Y el euro llegó a darnos la puntilla.

Y te dice esto alguien que no comulga en absoluto con Vox.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Yo tampoco me fío de Vox, y estoy de acuerdo contigo. El estado de las CCAA, que era el objetivo del golpe del 23 F, ha puesto en marcha una lógica imparable hacia la centrifugación, y no solo por los separatistas.
Y el euro fue, efectivamente la puntilla.
En el siguiente post intentó explicar el porqué del euro.